LOS ESTUDIOS EXPLORATORIOS
Los estudios
exploratorios se efectúan, normalmente, cuando el objetivo es examinar un tema
o problema de investigación poco estudiado o que no ha sido abordado antes. Es
decir, cuando la revisión de la literatura reveló que Únicamente hay guías no
investigadas e ideas vagamente relacionadas con el problema de estudio. Por
ejemplo, si alguien desea investigar lo que opinan los habitantes de alguna
ciudad sobre su nuevo alcalde o gobernador y cómo piensa resolver los problemas
de ella, revisa la literatura y se encuentra con que se han hecho muchos
estudios similares pero en otros contextos (otras ciudades del mismo país o del
extranjero). Estos estudios le servirán para ver cómo han abordado la situación
de investigación y le sugerirán preguntas que puede hacer; sin embargo, el
alcalde y la ciudadanía son diferentes, la relación entre ambos es única.
Además, los problemas son particulares de esta ciudad. Por lo tanto, su
investigación será exploratoria —al menos en sus inicios—. De hecho, si
comienza a preguntarle a sus amigos lo que opinan sobre el nuevo alcalde, está
comenzando a explorar.
Los estudios
exploratorios son como cuando viajamos a un lugar que no conocemos, del cual no
hemos visto ningún documental ni leído algún libro (a pesar de que hemos
buscado información al respecto), sino simplemente alguien nos ha hecho un
breve comentario sobre el lugar. Al llegar no sabemos qué atracciones visitar,
a qué museos ir, en qué lugares se come sabroso, cómo es la gente; desconocemos
mucho del sitio. Lo primero que hacemos es explorar: preguntar sobre qué hacer
y a dónde ir al taxista o al chofer del autobús que nos llevará al hotel donde
nos instalaremos, en la recepción, al camarero del bar del hotel y en fin a
cuanta persona veamos amigable. Desde luego, si no buscamos información del
lugar y ésta existía (había varias guías turísticas completas e incluso con
indicaciones precisas sobre a qué restaurantes, museos y otros atractivos
acudir; qué autobuses abordar para ir a un determinado sitio) podemos perder
mucho tiempo y gastar dinero innecesariamente. Por ejemplo, vemos un
espectáculo que nos desagrade y cueste mucho, y perdemos uno que nos hubiera
fascinado y hubiera costado poco (por supuesto, en el caso de la investigación
científica la inadecuada revisión de la literatura tiene consecuencias más
negativas que la frustración de gastar en algo que finalmente nos desagradó).
Los estudios
exploratorios nos sirven para aumentar el grado de familiaridad con fenómenos
relativamente desconocidos, obtener información sobre la posibilidad de llevar
a cabo una investigación más completa sobre un contexto particular de la vida
real, investigar problemas del comportamiento humano que consideren cruciales
los profesionales de determinada área, identificar conceptos o variables
promisorias, establecer prioridades para investigaciones posteriores o sugerir
afirmaciones (postulados) verificables (Dankhe, 1986). Esta clase de estudios
son comunes en la investigación del comportamiento, sobre todo en situaciones
donde hay poca información. Tal fue el caso de las primeras investigaciones de
Sigmund Freud que surgieron de la idea de que los problemas histéricos estaban
relacionados con las dificultades sexuales, los estudios pioneros del SIDA
(Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), los experimentos iniciales de Iván
Pavlov sobre los reflejos condicionados e inhibiciones, el análisis de
contenido de los primeros videos musicales, las investigaciones de Elton Mayo
en la planta Hawthorne de la Compañía Westem Electric, etc. Todos hechos en
distintas épocas y áreas, pero con un común denominador: explorar algo poco
investigado o desconocido.
Los estudios
exploratorios en pocas ocasiones constituyen un fin en sí mismos, por lo
general determinan tendencias, identifican relaciones potenciales entre
variables y establecen el tono’ de investigaciones posteriores más rigurosas”
(Dankhe, 1986, p. 412). Se caracterizan por ser más flexibles en su metodología
en comparación con los estudios descriptivos o explicativos, y son más amplios
y dispersos que estos otros dos tipos (v.g., buscan observar tantas
manifestaciones del fenómeno estudiado como sea posible). Asimismo, implican un
mayor “nesgo” y requieren gran paciencia, serenidad y receptividad por parte
del investigador.
LOS ESTUDIOS DESCRIPTIVOS
Muy
frecuentemente el propósito del investigador es describir situaciones y
eventos. Esto es, decir cómo es y se manifiesta determinado fenómeno. Los
estudios descriptivos buscan especificar las propiedades importantes de
personas, grupos, comunidades o cualquier otro fenómeno que sea sometido a
análisis (Dankhe, 1986). Miden o evalúan diversos aspectos, dimensiones o
componentes del fenómeno o fenómenos a investigar. Desde el punto de vista
científico, describir es medir. Esto es, en un estudio descriptivo se
selecciona una serie de cuestiones y se mide cada una de ellas
independientemente, para así —y valga la redundancia— describir lo que se
investiga.
Los estudios
descriptivos miden conceptos
Es necesario
hacer notar que los estudios descriptivos miden de manera más bien
independiente los conceptos o variables con los que tienen que ver. Aunque,
desde luego, pueden integrar las mediciones de cada una de dichas variables
para decir cómo es y se manifiesta el fenómeno de interés, su objetivo no es
indicar cómo se relacionan las variables medidas. Por ejemplo, un investigador
organizacional puede pretender describir varias empresas industriales en
términos de su complejidad, tecnología, tamaño, centralización y capacidad de
innovación. Entonces las mide en dichas variables y así puede describirías en
los términos deseados. A través de sus resultados, describirá qué tan
automatizadas están las empresas medidas (tecnología), cuánta es la
diferenciación horizontal (subdivisión de las tareas), vertical (número de
niveles jerárquicos) y espacial (número de centros de trabajo y el número de
metas presentes en las empresas, etc.); cuánta libertad en la toma de
decisiones tienen los distintos niveles y cuántos tienen acceso a la toma de
decisiones (centralización de las decisiones); y en qué medida pueden innovar o
realizar cambios en los métodos de trabajo, maquinaria, etc., (capacidad de
innovación). Sin embargo, el investigador no pretende analizar por medio de su
estudio si las empresas con tecnología más automatizada son aquellas que
tienden a ser las más complejas (relacionar tecnología con complejidad), ni
decimos si la capacidad de innovación es mayor en las empresas menos
centralizadas (correlacionar capacidad de innovación con centralización).
Lo mismo ocurre
con el psicólogo clínico que tiene como objetivo describir la personalidad de
un individuo. Se limitará a medirlo en las diferentes dimensiones de la
personalidad (hipocondria, depresión, histeria, masculinidad-femineidad,
introversión social, etc.), para así describirla. Desde luego, el psicólogo
considera las dimensiones de la personalidad para poder describir al individuo,
pero no está interesado en analizar si mayor depresión está relacionada con
mayor introversión social (en cambio, si pretendiera establecer correlaciones,
su estudio sería básicamente correlacional y no descriptivo).
Así como los
estudios exploratorios se interesan fundamentalmente en descubrir, los
descriptivos se centran en medir con la mayor precisión posible. Como mencionan
Selltiz (1965), en esta clase de estudios el investigador debe ser capaz de
definir qué se va a medir y cómo se va a lograr precisión en esa medición.
Asimismo, debe ser capaz de especificar quién o quiénes tienen que incluirse en
la medición. Por ejemplo, si vamos a medir variables en empresas es necesario
indicar qué tipos de empresas (industriales, comerciales, de servicios o
combinaciones de las tres clases; giros, tamaños, etc.).
La
investigación descriptiva, en comparación con la naturaleza poco estructurada
de los estudios exploratorios, requiere considerable conocimiento del área que
se investiga para formular las preguntas especificas que busca responder
(Dankhe, 1986). La descripción puede ser más o menos profunda, pero en
cualquier caso se basa en la medición de uno o más atributos del fenómeno
descrito.
Los estudios
descriptivos: predicciones incipientes
Los estudios
descriptivos pueden ofrecer la posibilidad de predicciones aunque sean
rudimentarias. Por ejemplo, si obtenemos información descriptiva del uso que
hace de la televisión un grupo característico de niños (digamos de 9 años y que
viven en la zona metropolitana de la Ciudad de México), tal como el hecho de
que dedican diariamente —en promedio— 3.30 horas a ver la televisión
(Fernández-Collado, Baptista y Elkes, 1986) y si nos encontramos con un niño
(“Alonso”) que vive en dicha ciudad y tiene 9 años, podemos predecir el número
de minutos probables que Alonso dedica a ver la televisión a diario, utilizando
ciertas técnicas estadísticas y sobre la base del promedio del grupo de niños
al que Alonso pertenece (estas cualidades de la información descriptiva serán
detalladas en el capítulo “Análisis e interpretación de los datos”). Otro
ejemplo sería el de un analista de la opinión pública que, basándose en datos
descriptivos obtenidos en una encuesta llevada a cabo entre todos los sectores
de una población de futuros votantes para determinada elección (número de
personas que dijeron que habrán de votar por cada uno de los candidatos
contendientes), intenta predecir —probabilísticamente— qué candidato triunfará
en la elección.
LOS ESTUDIOS CORRELACIONALES
Los estudios
correlacionales pretenden responder a preguntas de investigación tales como:
¿conforme transcurre una psicoterapia orientada hacia el paciente, aumenta la
autoestima de éste?; ¿a mayor variedad y autonomía en el trabajo corresponde
mayor motivación intrínseca respecto a las tareas laborales?; ¿los niños que
dedican cotidianamente más tiempo a ver la televisión tienen un vocabulario más
amplio que los niños que ven diariamente menos televisión?; ¿los campesinos que
adoptan más rápidamente una innovación poseen mayor inteligencia que los
campesinos que la adoptan después?; ¿la lejanía física entre las parejas de
novios está relacionada negativamente con la satisfacción en la relación? Es
decir, este tipo de estudios tienen como propósito medir el grado de relación
que exista entre dos o más conceptos o variables (en un contexto en
particular). En ocasiones sólo se analiza la relación entre dos variables, lo
que podría representarse como X— Y; pero frecuentemente se ubican en el estudio
relaciones entre tres variables, lo cual se podría representar así: X____ Y ; y
también relaciones múltiples, por ejemplo, X ____ Y _____ W. En
este último caso se
plantean cinco correlaciones (se asocian cinco pares de correlaciones: X con Y
, X con Z, Y con Z , Y con W y Z con F. Obsérvese que no se está
correlacionando X con F , X con W, Y con F , Z con W ,ni W con F).
Los estudios
correlacionales miden las dos o más variables que se pretende ver si están o no
relacionadas en los mismos sujetos y después se analiza la correlación. Por
ejemplo, un investigador que desee analizar la relación entre la motivación
laboral y la productividad en un grupo de trabajadores —digamos, de varias
empresas industriales con más de 1000 trabajadores de la Ciudad de Bogotá,
Colombia—, mediría en cada uno de esos trabajadores su motivación y su
productividad, y después analizaría si los trabajadores con mayor motivación
son o no los más productivos. Es importante recalcar que, en la mayoría de los
casos, las mediciones en las variables a correlacionar provienen de los mismos
sujetos. No es común que se correlacionen mediciones de una variable hechas en
unas personas con mediciones de otra variable realizadas en otras personas.11 Por
ejemplo, no sería válido correlacionar mediciones sobre la motivación
efectuadas a los mencionados trabajadores de Bogotá con mediciones sobre la
productividad hechas a otros trabajadores (de otras empresas o trabajadores
argentinos).
Propósito
La utilidad y
el propósito principal de los estudios correlacionales son saber cómo se puede
comportar un concepto o variable conociendo el comportamiento de otra u otras
variables relacionadas. Es decir, para intentar predecir el valor aproximado que
tendrá un grupo de individuos en una variable, a partir del valor que tienen en
la variable o variables relacionadas. Un ejemplo tal vez simple, pero que ayuda
a comprender el propósito predictivo de los estudios correlacionales, sería el
correlacionar el tiempo dedicado a estudiar para un examen de estadística con
la calificación obtenida en él. En este caso se mide en un grupo de estudiantes
cuánto dedica cada uno de ellos a estudiar para el examen y también se obtienen
sus calificaciones en el examen (mediciones en la otra variable);
posteriormente se determina si las dos variables están o no correlacionadas y,
si lo están, de qué manera. En el
caso de que
dos variables estén correlacionadas, ello significa que
una varía cuando la otra también varía (la correlación puede ser positiva o
negativa). Si es positiva quiere decir que sujetos con altos valores en una
variable tenderán a mostrar altos valores en la otra variable. Por ejemplo,
quienes estudian más tiempo para el examen de estadística tenderán a obtener
una más alta calificación en el examen. Si es negativa, significa que sujetos
con altos valores en una variable tenderán a mostrar bajos valores en la otra
variable. Por ejemplo, quienes estudian más tiempo para el examen de
estadística tenderán a obtener una calificación más baja en el examen. Si no
hay correlación entre las variables, ello nos indica que éstas varían sin
seguir un patrón sistemático entre sí: habrá sujetos que tengan altos valores
en una de las dos variables y bajos en la otra, sujetos que tengan altos
valores en una de las variables y valores medios en la otra, sujetos que tengan
altos valores en una variable y altos en la otra, sujetos con valores bajos en
una variable y bajos en la otra, y sujetos con valores medios en las dos
variables. En el ejemplo mencionado, habrá quienes dediquen mucho tiempo a
estudiar para el examen de estadística y obtengan altas calificaciones en él,
pero también quienes dediquen mucho tiempo y obtengan bajas calificaciones,
quienes dediquen poco tiempo y saquen buenas calificaciones, quienes dediquen
poco y les vaya mal en el examen. Si dos variables están correlacionadas y se
conoce la correlación, se tienen bases para predecir —con mayor o menor
exactitud— el valor aproximado que tendrá un grupo de personas en una variable,
sabiendo qué valor tienen en la otra variable.