Berger, P. & Luckmann, T - La sociedad como realidad objetiva



Berger y Luckmann postulan que si bien es posible afirmar que el hombre posee una naturaleza, es más significativo decir que el hombre construye su propia naturaleza o que el hombre se produce a si mismo. El decir que el hombre se produce a si mismo, no es afirmar condición de individuo solitario, la auto-producción del hombre es siempre, una empresa social. Los hombres producen juntos un ambiente social con la totalidad de sus formaciones socio-culturales y psicológicas. 


Este orden social no se da biológicamente, no forma parte de la “naturaleza de las cosas”, no deriva de las leyes de la naturaleza. Existe solamente como producto de la actividad humana.


Orígenes de la institucionalización: Toda actividad humana esta sujeta a la habituación, todo acto que se repite con frecuencia crea una pauta que luego puede reproducirse con economía de esfuerzo y que ipso-facto es aprehendida como pauta por el que la ejecuta. La habituación implica que la acción de que se trata puede volver a ejecutarse en el futuro de la misma manera y con idéntica economía de esfuerzo.


Acciones habitualizadas las acciones habitualizadas retienen su carácter significativo para el individuo, aunque los significados llegan a incrustarse como rutinas en su depósito general de conocimientos que da por establecido y que tiene a su alcance para sus proyectos futuros.


Institucionalización – como aparecen las instituciones: La institucionalización aparece cada vez que se da una tipificación recíproca de acciones habitualizadas por tipos de actores. Por lo tanto la tipificación de esa clase es una institución. Las tipificaciones de las acciones habitualizadas que constituyen las instituciones siempre se comparten, son accesibles a todos los integrantes de un determinado grupo social y la institución misma tipifica tanto a los actores individuales como a las acciones individuales. 


Las instituciones siempre tienen una historia de la cual son producto, es imposible comprenderlas si no se comprende el proceso histórico en que se produjo. Las instituciones por el hecho mismo de existir también controlan el comportamiento humano, estableciendo pautas definidas de antemano que lo canalizan al comportamiento, en una dirección determinada, Berger y Luckmann lo caracterizan como “carácter controlador e inherente a la institucionalización. Por lo tanto decir que un sector de la sociedad humana se ha institucionalizado es decir que ha sido sometido al control social. La sociedad es un producto humano. La sociedad es una realidad objetiva. El hombre es un producto social.


EL PROCESO DE INSTITUCIONALIZACIÓN comprende tres momentos:



  1. Externalización: El proceso de externalización está referido al hecho de que las instituciones son percibidas por nosotros como si tuvieran una realidad propia y que se presenta al individuo como un hecho externo y coercitivo. Dado que las instituciones existen como realidad externa, el individuo no puede comprenderlas por introspección: debe “salir” a conocerlas. 
  2. Objetivación: Es el proceso por el que los productos externalizados de la actividad humana alcanzan el carácter de objetividad. La objetivación y la externalización son momentos de un proceso dialéctico continuo. Por otra parte, la objetividad del mundo institucional, por masiva que pueda parecerle al individuo es una objetividad de producción y construcción humana. 
  3. Internalización: Es el tercer momento de este proceso, por la que el mundo social objetivado vuelve a proyectarse en la conciencia durante la socialización. 

El proceso de institucionalización requiere también Legitimación: Berger y Luckmann entienden la legitimación como un proceso, es decir que constituye una objetivación de significado de “segundo orden”. La legitimación produce nuevos significados que sirven para integrar los ya atribuidos a procesos institucionales dispares. La función de la legitimación consiste en lograr que las objetivaciones de “primer orden” ya institucionalizadas lleguen a ser objetivamente disponibles y subjetivamente plausibles.


 La legitimación no es indispensable en la primera fase de la institucionalización, cuando esta no es más que un hecho que no requiere apoyo ni inter-subjetiva ni biográficamente porque es evidente por sí misma a todos los interesados. La legitimación va a más a sostener la institución y no a cambiarla; en el proceso de socialización el conocimiento que se tienen de la historia institucional es de oídas, el significado original de la institución resulta inaccesible por la memoria, lo cual vuelve necesario explicar dichos significados mediante diversas fórmulas de legitimación, que deberán ser coherente y amplias en término de orden institucional. La legitimación tiene cuatro niveles que se superponen:

  • Pre teórico o incipiente
  • Teórico rudimentario
  • Teorías explícitas
  • Universo simbólicos

La legitimación pre-teórica o incipiente aparece tan pronto como se transmite un sistema de objetivaciones lingüísticas de la experiencia humana, por ejemplo la transmisión de un vocabulario de parentesco legítimo, así un niño aprende que otro niño es su primo e, inherente el comportamiento con respecto a primos que se adquiere junto con la designación. A este primer nivel de legitimación incipiente corresponden todas las afirmaciones tradicionales, sencillas, referentes al “así se hacen las cosas” que son las respuestas primera y generalmente más eficaces a los “por que” del niño.


Teórico Rudimentario, segundo nivel de legitimación: contienen proposiciones teóricas en forma rudimentaria. Aquí podemos hallar diversos esquemas explicativos que se refieren a grupos de significados objetivos. Estos esquemas son sumamente pragmáticos y se relacionan directamente con acciones concretas. Por ejemplo en este nivel son comunes los proverbios, las máximas morales, y las sentencias, también aquí se ubican las leyendas y cuentos populares que suelen transmitirse en forma poética. 


Teorías Explícitas, tercer nivel de legitimación: contiene teorías explícitas por las que un sector institucional se legitima en términos de un cuerpo de conocimiento diferenciado. Estas legitimaciones proporcionan marcos de referencia bastante amplios a los respectivos sectores de comportamiento institucionalizados. En razón de su complejidad y diferenciación, suelen encomendarse a personal especializado que las transmite mediante procedimientos formalizados de iniciación. Avalo desde el científico. Con este paso la esfera de legitimación va alcanzando 1° de autonomía de las instituciones legitimadas, y eventualmente puede generar sus propios procesos institucionales.


Universos simbólicos, cuarto nivel de legitimación: son cuerpos de tradición teórica que integran zonas de significado diferentes y abarcan el orden institucional en una totalidad simbólicas, usando la palabra simbólica como relativo a áreas limitadas de significado. El universo simbólico se concibe como la matriz de todos los significados objetivados socialmente y subjetivamente reales; toda la sociedad histórica y la biografía de un individuo se ven como hechos que ocurren dentro de ese universo. La cristalización de los universos simbólicos sucede a los procesos en objetivación, sedimentación y acumulación de conocimiento por lo cual los universos simbólicos son producto sociales que tienen una historia. Para entender su significado es necesario entender la historia de su producción. El universo simbólico aporta el orden para la aprehensión subjetiva de la experiencia biográfica.

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