Consideraciones psicoanalíticas sobre la violencia familiar:
La familia es una institución donde se forja la personalidad del sujeto,
la cual puede transformarse en un mal modelo cuando las relaciones entre sus
miembros son inadecuadas.
Violencia familiar:
confluyen múltiples factores.
Violencia familiar: toda forma de abuso que tiene lugar en las
relaciones entre los miembros de una familia. Se denomina relación de abuso a
toda conducta que por acción u omisión ocasiona un daño físico y/o psicológico
a otro miembro de la familia.
Violencia hacia los
hijos:
Generalmente aquellos padres que ejercen violencia hacia sus hijos
presentan determinadas modalidades conductuales, que hacen inferir falencias en
el ejercicio del rol parental. Signos: los padres se desentienden de sus
obligaciones; niegan conflictos fliares, autorizan a terceros a ejercer
violencia sobre el niño, menosprecian a sus hijos ante terceros, padecen
alcoholismo, mantienen relaciones de pareja violentas, etc
Factores relacionados
al maltrato infantil:
1) repetición: los padres que maltratan o abusan de sus hijos han
padecido en su infancia falta de afecto o maltrato
2) el niño es considerado indigno o es desagradable
La violencia hacia los hijos puede ser expresada de diversas formas:
abuso o maltrato físico, abandono físico, abandono emocional, abuso emocional,
negligencia, síndrome de munchausen por poderes, abuso sexual, niños testigos
de violencia.
Circuito de violencia
en el maltrato hacia menores:
Primero parece ser que las expectativas que tienen los padres con
respecto a sus hijos tienen que ver con lo que la cultura y la internalización
que de ella tienen les indica; consideran al hijo como propiedad y es derecho y
obligación castigarlo.
Cuando sienten que sus hijos no cubren sus expectativas se sienten
frustrados y al no poder modificar la situación aparece el golpe, una forma de
ejercer el poder.
Se debe diferenciar las expectativas que poseen las madres de las que
los padres tienen con relación a sus hijos. Las madres pueden ejercer el
castigo en los hijos con mayor frecuencia pero en forma más leve que los
padres.
Abuso o maltrato
físico:
Es cualquier acción no accidental por parte de los padres o cuidadores
del niño que provoque daño físico o enfermedad en el mismo o lo coloca en
riesgo de padecerlo.
La violencia física se manifiesta a través de golpes y castigos
corporales como técnica de disciplina.
Abandono físico:
Cuando las necesidades físicas de alimentación, vestimenta, higiene,
protección y vigilancia ante situaciones peligrosas no son atendidas temporal o
permanentemente por los padres del menor.
Indicadores de abuso y/o abandono físico: quemaduras, mordeduras, miedo
exagerados a que se cite a los padres, repentinos cambios en el comportamiento,
problemas fisicos o patológicos, problemas de aprendizaje
Abandono emocional:
La falta persistente de respuesta a las señales, expresiones emocionales
y conductas procuradoras de proximidad e interacción iniciados por el niño y
falta de iniciativa de interacción y contacto por parte de una figura estable
son indicadores de abandono emocional. Es preciso desatacar que la
inaccesibilidad afectiva debe ser persistente; lo que define a este tipo de
maltrato es su carácter crónico.
Abuso emocional:
Se manifiesta como hostilidad verbal crónica en forma de insulto, burla,
desprecio, critica, amenaza de abandono, bloqueo constante de las iniciativas
de interacción por cualquier miembro adulto del grupo familiar. Indicadores de
abandono y abuso emocional: trastornos del desarrollo, deformaciones del
lenguaje, retraso mental, enuresis, encopresis, trastornos del sueño,
aislamiento, retraimiento, extremada falta de confianza en sí mismo, exagerdad
necesidad de ganar o sobresalir, agresividad, pasividad, falta de logros en el
rendimiento escolar.
Expresiones de la violencia psicológica: empobrecimiento de la
autoestima, no participar en su desarrollo psicológico, fomentar la
inestabilidad emocional, privarlos de afecto, no atender necesidades básicas,
etc.
Negligencia:
La falta de atención por parte de los padres o cuidadores, de las
necesidades tanto físicas como emocionales de los niños. Se detecta en estos
padres incapacidad para asumir el rol de responsabilidad que implica satisfacer
las necesidades básicas de sus hijos. Indicadores: falta de higiene, desarrollo
no acorde a la edad, déficit nutricional, falta de aprendizaje escolar, etc.
Síndrome de
Munchausen por poderes:
Consiste en la simulación de síntomas físicos / patológicos en terceras
personas. Se puede manifestar a través de la administración o inoculación de
sustancias o la manipulación de excrementos para dar cuenta de una
sintomatología que no se evidencia en el paciente examinado por profesionales
de la salud.
Indicadores: síntomas referidos por los padres que no tienen etiología
gnoseológica, recurrencia de enfermedades que no admiten explicación, supuestos
síntomas no se manifiestan en ausencia de los padres, uno de las padres no
acepta separarse del hijo, cuadros neurológicos graves de evolución no habitual
Abuso sexual:
Todo contacto sexual en un niño menor de 18 años por parte de un
familiar tutor adulto desde una posición de poder o autoridad sobre él,
agravado por el hecho de que el niño confía plenamente en este adulto. Se
considera abuso de poder a la superioridad física y económica del adulto sobre
el niño.
El abuso sexual se puede presentar de diversas formas: tocamientos en
las partes genitales, exigencia al niño de que realice masturbación al adulto,
penetración de adulto a niño
Lo más traumático de estas experiencias es no poder hablar de ellas.
El agresor casi nunca recurre a la violencia física, sino que usa su
autoridad o encanto para lograr persuadir y engañar, iniciando una serie de
conductas sexuales que involucran progresivamente a la víctima, logrando su
cooperación o por lo menos el asentimiento pasivo del niño.
El abuso sexual a menores en general se desarrolla en forma progresiva.
Proceso que se presenta en fases, las cuales son de duración variables y por
supuesto no taxativas, a saber:
1) acercamiento o seducción: buenos modos, prestación de cuidados y
atención
2) interacción sexual: llega en forma progresiva
3) secreto: inocula al niño la idea del secreto, sea por amenazas o
promesa de cuidarlo
4) revelación: los descubre tercero generalmente
5) supresión del ofensor: necesario trabajar con el niño para que no se
sienta culpable de la separación del ofensor. Se suele dar síndrome de
acomodación.
Síndrome de
acomodación del abuso sexual:
Comportamientos que posibilitan a un niño o una niña sobrellevar
situaciones de abuso reiteradas sin que se observen indicadores psicológicos o
comportamentales que alteren su adaptación social o el rendimiento escolar.
Este síndrome está compuesto por 5 categorías, dos de las cuales definen
la vulnerabilidad básica de los niños mientras las otras tres son secuelas
contingentes del ataque sexual: 1) el secreto: es una de las precondiciones
para el abuso y es aceptado por la víctima a raíz de la intimidación que ejerce
el victimario sobre ella, 2) la desprotección: surge a partir de las enseñanzas
que reciben los niños en relación a evitar contactos con extraños, pero se les
inculca que deben ser obedientes y afectuosos con aquellas personas que les
rodean. La reacción más común al comienzo del abuso es que finjan seguir
durmiendo, La amenaza de pérdida de amor resulta lo más terrorífico, 3) el
atrapamiento o la acomodación: cuando la relación entre la víctima y victimario
es de dependencia, el contacto sexual no aparece como un hecho aislado. En niño
aprenderá a acomodarse a la realidad de abuso sexual continuo que le toca
vivir, y esta acomodación es en relación a los requerimientos sexuales y
también a la sensación de retracción y el ser un momento estaba idealizada como
figura protectora y afectuosa. El abusador hace que la víctima internalice el
concepto de que es buena si accede a sus requerimientos y mantiene el secreto,
de esta manera protegerá a la familia de una desintegración., 4) el
develamiento tardío o poco convincente: se produce a raíz de un conflicto
familiar grave o del descubrimiento accidental de una tercera persona. Siempre
el factor que da lugar a la develación es un conflicto intrafamiliar, 5) la
retracción: es común que la víctima que ha revelado el abuso luego dé marcha
atrás con la denuncia, negando lo antes dicho. En ella hay ambivalencia en
relación a la obligación que siente de preservar la familia y el daño en ella
inflingido.
Efectos del abuso
sexual:
Varían dependiendo del tipo de relación existente entre el abusador y la
víctima, teniendo vital relevancia la frecuencia y la duración en el tiempo de
la misma, la edad de la víctima y del agresor.
Indicadores: cambios bruscos en el comportamiento, sentimientos de
hostilidad hacia el agresor, llanta inexplicable, miedo, retraimiento, conducta
autodestructiva, pesadillas, ect.
Indicadores a largo plazo: alteraciones psicopatológicas, depresión,
fracaso escolar, trastornos alimenticios, baja autoestima, conductas adictivas,
etc.
¿Cómo evaluar el
abuso en niños a través de la pericia psicológica?
El diagnóstico psicológica forense implicara la utilización de la
psicología del testimonio a los efectos de discriminar en el discurso del niño
entre realidad percibida, realidad imaginada y realidad inoculada. Para ello se
evaluara el potencial cognitivo, su capacidad para analizar la realidad, su
nivel de fabulación, equilibrio emocional y todas actitudes que permitan
ratificar o invalidar su testimonio, ya que existen casos en donde personas
manipulan al niño para dar tal o cual testimonio.
El enfoque de la evaluación se deberá adecuar al estadio evolutivo en
que se encuentra el niño.
Hasta la edad de 5: hora de juego diagnóstica con la utilización de
muñecos anatómicamente correctos. Juguetes con elementos fálicos y cavidades.
A partir de los 5: trabajo lúdico, mayor relevancia el material gráfico
y las técnicas proyectivas. En pre púberes y adolescentes: el lenguaje verbal y
las técnicas proyectivas en general son lo adecuado en cuanto a realizar dicha
evaluación, el psicodiagnóstico Roschach, nos proporciona indicadores
específicos de abuso sexual.
En las entrevistas con niños víctimas de abuso encontramos puntos de
inflexión que revelan la credibilidad del testimonio: cambio de tono, de gesto,
de tipo de lenguaje.
Indicadores de abuso sexual que se deben evaluar: conocimientos sexuales
inapropiados para la edad, relato del abuso consistente, descripción específica
del abuso, estructura lógica del discurso.
Violencia Conyugal:
Se manifiesta: ataque cruzado, relaciones sadomasoquistas, mujer
golpeada, hombre golpeado.
De acuerdo a la adjudicación y asunción de roles dentro de la pareja
conyugal será el tipo de violencia que se instaure.
La forma de violencia cambia según la modalidad de pareja. En la pareja
complementaria la violencia es ejercida desde el hombre quien tiene el derecho
de ejercer el poder. Supone la inferioridad de uno de los miembros de la
pareja. Es impuesto por uno de los componentes de la pareja: el que provee el
sustento a la misma.
En general la forma de manifestación de la violencia se da como mujer
golpeada y en menor número como hombre golpeado.
En la pareja simétrica ambos miembros ejercen modalidades de agresión
desde una situación de igualdad. Se experimenta el ataque cruzado: ambos
ejercen la agresión de igual a igual o se dan las relaciones sadomasoquistas,
las que se desarrollan previo acuerdo entre ambos.
En estas relaciones la agresión no se da en forma de ciclo de violencia
como sucede en las parejas complementarias.
Ciclo de violencia:
Se consideran tres fases:
- Fase de acumulación de tensión: la conducta se manifiesta a través de golpes, hostilidad, tensión. El que ejerce la violencia cree tener derecho a hacerlo. Se da en la intimidad.
- Fase de golpe: la violencia se manifiesta a través de golpes graves, abortos, incluso la muerte de la víctima. La víctima es auxiliada.
- Fase de arrepentimiento o luna de miel: disculpas. Ambivalencia frente a la situación que se vive. Cree que su pareja reflexionó y cambió.
Características de la mujer golpeada: mantienen la relación por la
intensidad de sus sentimientos y viven una relación amorosa adictiva. Necesitan
al hombre compulsivamente, y el amor actúa como cualquier otro elemento
generador de dependencia. Tienen baja autoestima, concepto negativo de sí misma
y creen que no pueden vivir sin ser amadas.
Características del hombre golpeador: inseguro disfruzándolo con
actitudes autoritarias. Se aferra a valores culturales aferrados a la
masculinidad. Se comunica con dificultad. Jerarquía desigual entre hombres y
mujeres de poderes en la familia. Recurre a violencia por carecer de
instrumentos para resolver en forma diferente la situación.
Caracterización de la
violencia conyugal como problemática social:
La familia es el ámbito donde se forja la personalidad del sujeto. Es la
familia la encargada de transmitir y perpetuar los rasgos característicos que
la sociedad espera encontrar en hombres y mujeres. Es en ella donde los roles y
comportamientos se basan en categorías de edad y sexo.
Esta problemática no sucede aisladamente, sino en el marco de una
sociedad que aprueba y refuerza las concepciones sexistas. Justamente es la
cultura la que, entre otras cosas, define el perfil del hombre golpeador y la
mujer golpeadora, además de su propia historia personal. Frases: culpabilizan a
la mujer, la hacen cómplice de la situación, toman la violencia con
naturalidad, le impiden alejarse de la situación.
Violencia hacia los
padres:
No pueden ni desean comprender que piensa o siente su víctima, sólo
actúan a través de la violencia.
Podemos diferenciarlos según sus características:
Hedonistas nihilistas: los más comunes. Son egoístas. Hacen lo que
quieren, llevan a sus amigos a dormir a casa sin consultar y esperan que se
atienda a sus invitados, etc.
Patológicos: aquí la
relación es de amor odio madre hijo.
Violencia aprendida: el menor internalizó conductas de su padre que
desde siempre golpea a su madre, o con efecto boomerang, fue maltratado en su
propio cuerpo y cuando su edad y físico lo permiten, impone su ley como la ha
internalizado.
Violencia hacia los
padres de la tercera edad:
Se considera maltrato al anciano todo acto que por acción u omisión
genere un daño tanto físico como psicológico por parte de las personas
responsables de su cuidado.
Los factores generadores de maltrato hacia el anciano pueden ser:
desconocimiento de las necesidades de esta etapa evolutiva, limitaciones
afectivas y materiales, actitud negativa hacia el anciano, falta de red
familiar, etc.
Abuso Físico:
Acción no accidental que provoca daño o enfermedad. Incluye desde la
agresión física más leve como pellizcos hasta agresiones físicas más
importantes.
Abandono físico:
Omisión de acciones tendientes a la satisfacción de las necesidades
básicas del anciano. La falta de atención, el descuido, el abrigo, etc.
Indicadores de maltrato físico: lesiones, asistencia reiterada, heridas
con formas, falta de higiene, perdida de peso, dificultades en la deambulación,
etc.
Abuso emocional:
El anciano aparece como una figura desvalorizada. Es víctima de
conductas autoritarias y humillantes.
Abandono emocional:
No tener en cuenta las necesidades afectivas del anciano; no establecer
vinculación afectiva, el no comunicarse ni interactuar con él.
Abuso financiero:
Uso de los recursos económicos del anciano para el propio beneficio del
cuidador, no tomando en cuenta las necesidades del anciano.
Abuso sexual:
Se manifiesta a través de la falta de espacios privados para su
intimidad, descalificación y prohibición para tener pareja o enamorarse,
tocamientos por parte de las personas que lo tienen a su cargo en los momentos
de higiene y cuestionamientos en cuanto a su inclinación sexual.
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