Crisis de melancolía - Tratado de Psiquiatría (Henri Ey)


Extraído de "Tratado de Psiquiatría" (EY, H., BERNARD, P., BRISSET, Ch.)
La melancolía es un estado de depresión intensa vivenciado con un sentimiento de dolor moral y caracterizado por el enlentecimiento y la inhibición de las funciones psíquicas y psicomotoras.

El acceso de melancolía.
Aparición: Puede aparecer en todas las edades. Las mujeres son afectadas más frecuentemente que los hombres. El acceso puede sobrevenir sin causa ni ocasión aparente conforme a la concepción clásica de la depresión endógena, sin embargo, con bastante frecuencia se encuentran causas desencadenantes que revelan cíclicamente la personalidad maniaco-depresiva. El acceso se desarrolla con bastante frecuencia después de un shock emocional (infidelidad de la pareja, sentimiento de abandono, muerte de un familiar) o una situación de conflicto.
Formas de comienzo: se establece habitualmente con bastante lentitud. Durante semanas, el enfermo acusa una cierta astenia, cefaleas, dificultades para al trabajo, falta de interés por todo e insomnio.

Periodo de estado:
Presentación: el melancólico permanece sentado, inmóvil, el cuerpo doblegado y la cabeza flexionada hacia delante. El enfermo abatido no habla, tan solo gime o llora.
Inhibición y abulia: El melancólico se siente incapaz de querer, no tiene fuerza para moverse. La inhibición psíquica es el síntoma más frecuente. La ideación es lenta, las asociaciones dificultosas, la evocación penosa; la atención está centrada sobre los temas melancólicos sin que pueda desprenderse de ellos.
Sentimientos depresivos: Ocupan el primer plano del cuadro clínico. Estado de tristeza profunda. La tristeza es vital, monótona, profunda, resistente a las solicitaciones exteriores. El pensamiento no se manifiesta solo a través de una idea sino que constituye una orientación general de la conciencia hacia la desdicha y la culpa: el futuro no ofrece horizontes, el sujeto no podrá resolver felizmente su existencia a pesar de lo que haga. El sentimiento de menosprecio se dirige al sujeto mismo.
El deseo y la búsqueda de la muerte: Son constantes en la conciencia melancólica. En todos los casos, el melancólico no tan solo busca abandonarse a la muerte, sino también inferírsela: el suicidio llega a hacerse obsesivo. La posibilidad del suicidio sitúa a todo melancólico en peligro de muerte. El raptus suicida es una impulsión brutal y súbita que se da en los momentos más inesperados y cuando parece estar más tranquilo.
Examen físico: los trastornos digestivos son constantes (anorexia, nauseas, trastornos diarreicos). La disminución de los reflejos es habitual.
  • Depresión melancólica simple: Domina la inhibición, el sujeto acusa una simple tendencia a la inacción.
  • Melancolía estuporosa: Alcanza su máximo la inhibición psicomotora. El enfermo se encuentra inmóvil, no habla, no come, no hace ningún gesto.
  • Melancolía ansiosa: Se caracteriza por el predominio de la agitación ansiosa, por la intensidad del miedo, el cual es vivenciado como un verdadero pánico.
  • Melancolía delirante: es muy difícil establecer una distinción neta entre depresión, tristeza y delirio melancólico.
  • Estados mixtos maniacodepresivos: (estados mixtos) Se mezclan síntomas propios de la melancolía con los de la excitación.
  • Melancolía crónica simple: Acceso agudo que se internaliza o varios accesos que se van aproximando hasta no quedar separados.
  • Delirios crónicos melancólicos: Se encuentran estas formas de depresión en los estados depresivos sintomáticos de un proceso psicótico.

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