Schreber, D. - Memorias de un enfermo de nervios

Resúmen del libro.


Las memorias fueron escritas en el lapso que va desde febrero a septiembre de 1900. Con este libro Schreber intentaba promover un conocimiento que consideraba muy importante para la religión. Acusa de Flechsig de haber influido con su sistema nervioso sobre el de él. Schreber considera que Flechsig también tuvo esas visiones. Cree haber llegado infinitamente más cerca de la verdad que a todos los hombres a los que se le han concedido verdades divinas. El alma humana está contenida en nervios del cuerpo y de cuya excitabilidad depende toda la vida espiritual del hombre. Los nervios poseen la capacidad de generar placer y displacer, y archivar las impresiones recibidas. Una parte de los nervios es apta solamente para recibir impresiones sensibles. Otros reciben y conservan las impresiones espirituales. Cada nervio intelectivo representa la individualidad espiritual, donde se inscriben la totalidad de los recuerdos. Cuando el cuerpo muere, el alma conserva las impresiones. Los nervios divinos son infinitos y eternos, poseen todas las cualidades de los nervios humanos elevado a una potencia sublime. La función de rayos, transformarse en todas las cosas posibles del mundo creado, es la esencia de la creación divina. El sol es el poder más cercano a la tierra para exteriorización divina. Cuando Schreber se entrega a no pensar en nada, dios piensa que se puede separar de él como una persona idiotizada. Dios dejaba librado al azar el mundo creado por él, y solo se encargaba de su mantenimiento mediante el calor del sol. Excepcionalmente ocurría que dios se acercaba, pero esto no podía suceder con gran frecuencia porque ponía en peligro la vida del propio dios. Los nervios de los hombres, cuando se encuentran en elevada excitación, pueden atraer a sí a los nervios divinos, produciendo una conexión nerviosa. El trato de dios con las almas solo se da después de la muerte, dios se puede acercar sin peligro a los cadáveres, para poder extraerles sus nervios. La vida del más allá es la bienaventuranza, a la que se accede luego de una purificación de los nervios. Cuando las almas pasaban por el proceso de purificación aprenden el leguaje de dios, la lengua primitiva. Esta es un alemán algo anticuado pero lleno de expresividad, que se caracteriza por su gran riqueza de eufemismos. Los hombres hechos a la ligera eran almas armadas mediante un milagro divino bajo la forma de una figura humana. Schreber se hallaba rodeado de hombres hechos a la ligera. La bienaventuranza es un estado de goce ininterrumpido vinculado con la contemplación de dios. La bienaventuranza masculina es de rasgo más alto que la bienaventuranza femenina, la cual consiste en un indeterminado sentimiento de voluptuosidad. El destino de las almas era deshacerse, fundirse con otras almas, olvidar su unicidad, formar parte de dios en las antecámaras del cielo. Toda esta mecánica le fue comunicada a Schreber por las voces. Existen un dios inferior (Arimán) y uno superior (Ormuz). 


Estuvo enfermo dos veces de los nervios, ambas a causa de un excesivo uso intelectual. La primera enfermedad transcurrió sin ninguna explicación que rozara el ámbito sobrenatural. Tuvo impresiones positivas acerca del profesor Flechsig luego de su primera curación. En esa enfermedad era dominado por ideas hipocondríacas. La esposa sentía una profunda gratitud por el profesor Flechsig. Los ocho años que transcurrieron entre una enfermedad y otra fueron felices salvo por la frustración de no haber podido tener hijos. Cuando le anunciaron su nombramiento comenzó a tener sueños de que se repetía su enfermedad anterior. Una mañana tuvo, en estado de duermevela, la fantasía de que sería hermoso ser una mujer sometida al acoplamiento. Asumió en octubre el cargo y se encontró con una gran carga de trabajo. A las pocas semanas quedó agotado, sufriendo de insomnio y escuchando ruidos extraños a través de la pared de su cuarto, que lo despertaban cada vez que lograba adormecer. Hizo intentos de suicidio luego de entrevistarse con Flechsig. No pudo conciliar el sueño ni ocuparse; solo pensaba en la muerte. Le ocurrió un nuevo colapso nervioso cuando su esposa, que hasta el momento había pasado con él todos los días, emprendió un viaje por unos días. Luego de ese viaje decidió no volver a verla. Esa noche tuvo media docena de poluciones nocturnas. A partir de esa noche comenzó la conexión con los nervios de Flechsig. Aquí se le empieza a confirmar el delirio, y cae en la certeza de lo que le está ocurriendo. Comienzan a hablarle las voces y el proceso de emasculación. Las voces le hablaban a través del lenguaje de los nervios. En el orden normal, ningún hombre puede obligar a otro a poner sus nervios en movimiento, pero a Schreber lo obligaron a esto: sus nervios son movidos desde el exterior sin interrupción. Flechsig logró valerse de los rayos divinos. Esto se le apareció en la compulsión a pensar, que le ordenaban las voces. Él se veía obligado a pensar incesantemente, sin descanso para sus nervios. Almas de familiares y amigos, muertos y vivos, hablan en Schreber. También hay voces que repiten monótonamente la misma frase. La emasculación es acorde al orden cósmico y consiste en una muy intensificada sensación de voluptuosidad. Esto permitiría crear una nueva raza de hombres, luego de la gran catástrofe. La posibilidad de la emasculación es del dios inferior, mientras que el dios superior devuelve la masculinidad. Flechsig intervino para impedir que se complete el proceso de emasculación en  Schreber. Dios no conoce al hombre viviente, y no debería de conocerlo, de acuerdo al orden cósmico, ya que solo trata con cadáveres. 


Cuanto más trataban de hacer milagros contra Schreber, más se acentuaba la vinculación con sus nervios. Flechsig se elevaba al cielo, y accedía a las antecámaras sin previa purificación. Así se armó n complot que tenía por fin entregarlo a un hombre, a su cuerpo transformado en femenino, para que se ponga a su merced. Este hombre lo abusaría sexualmente y luego lo dejaría tirado. Se intentó morir de hambre, para no sufrir en su virilidad. Dios era el que ideaba el plan de almicidio dirigido contra Schreber y la entrega de su cuerpo como prostituta femenina. Todos los intentos de perpetuar el almicidio en contra del orden cósmico fracasaron. En 1894 fue trasladado a Sonnestein. El sol presentó modificaciones, su tamaño se redujo. En un principio era conducido por Flechsig pero ahora era conducido por Weber. Cando se consumió el sol pequeño fue reemplazado por otro sol. Durante este período tuve impresiones realmente maravillosas y conoció la omnipotencia de  dios. Apareció el voz inferior y le habló en voz muy alta, a diferencia de cómo lo hacían las voces, la charla fue muy violenta y estuvo pensada para sentir miedo, pero el no temió. Fue nombrado con la palabra carroña, que le hizo sentir el poder divino. Consideró que esta charla fue auténtica, la única vez que sintió la sensación real. Tuvo una admiración ante lo grandioso, fue la primera vez que los rayos leyeron las palabras sin falsificar. Esta experiencia tuvo un efecto saludable para los nervios y logró conciliar el sueño. Luego de esto el sol estuvo por unos días cubierto por una aureola plateada, y él no podía mirarlo. Después de unos días el sol tomo su aspecto habitual. Hoy por hoy puede mirar tranquilamente al sol sin que le pase nada. Sostiene que si hubieran seguido los rayos puros, la emasculación hubiera sido inminente: pero esto no era lo que se quería. Las voces lo obligaron a mantener una pasividad absoluta, si se movía perdía rayos. Como dios estaba acostumbrado a tratar con los muertos hizo todo lo posible para parecer un muerto. Durante meses permaneció inmóvil, solo se dedicaba a hablar con las voces. El milagro de simulación de sentimientos fue hecho por las voces para desprenderse de él, por que estaban en contra de su santa causa. Se falsificaron sus sentimientos mediante milagros para dar la impresión de que Schreber era un hombre frívolo. Al principio se resistió, pero luego se sintió cómodo porque se sentía subjetivamente menos desdichado. El objetivo de los rayos no fue alcanzado ya que la excitación de sus nervios seguía igual. Schreber podía sentir en su cuerpo fuerte ente los rasgos femeninos. 


En noviembre de 1895 Schreber aceptó la voluntad divina de convertirlo en mujer: el orden cósmico exigía la emasculación. Tomó como bandera ejercer la feminidad, y lo seguirá haciendo. Así servirá a los intereses del propio dios. En los sueños es donde logra sentimientos de gran voluptuosidad. Dios ponía todos sus recursos para no extinguirse en el cuerpo de Schreber. Dios aceptó su dependencia a Schreber, el es su parte más inteligente y mejor. Los milagros que realizan las voces son aniñados. La compulsión a pensar se realizaba a través de frases incompletas que Schreber debía completar. Schreber sabía perfectamente como completar las frases. “ahora yo…” “reconoceré que soy un idiota” completaba Schreber. Se busca deshacer la capacidad de Schreber para pensar, así dios se puede retirar de él. Además de las voces interiores escuchaba voces exteriores, de los pájaros y de los insectos. Las voces hablan cada vez con un tempo más lento. Para defenderse de esto Schreber toca el piano o lee el diario. Pueden transcurrir años o decenios hasta que se complete la emasculación. Las voces no lo dejaban evacuar, y lograban que se ensucie encima. Cuando Schreber evacua se incrementa la voluptuosidad de su alma. Schreber dice que lo fenómenos femeninos de su cuerpo pueden ser constatados por cualquiera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario