Este trabajo es la continuación de otras propuestas sobre el campo educativo, realizadas en otros encuentros nacionales e internacionales.
Nuestra actividad como docentes, terapeutas y ciudadanos, nos hace reflexionar sobre los acontecimientos que en esos campos ocurren, como también en los extracampos de los mismos. Siempre tratando de encontrar los rizomas que los conectan, para de esa forma aproximarnos a leer las políticas que allí se despliegan.
Durante los últimos años, entre muchas cosas, se nos invita, sutilmente, a quedarnos reducidos a espacios cerrados o a espacios semiabiertos. A no mezclar lo público con lo privado y viceversa, si no es a partir de determinados mandatos, los cuales cuentan con reglas y modas específicas.
Se intenta que los espacios públicos, como es la universidad, sea cerrado, por un lado sobre si misma y por el otro hacia la comunidad, un espacio este que es público y abierto. A pesar de que en la realidad se intente mostrar otra cosa distinta y se elaboren estrategias que así lo avalan, las mismas no son más que una simulación al desplegarlas.
Las formas de negación de todos los espacios para sí mismos, como para con los otros, no es casual. Esto se da en pequeñas instituciones comunales, municipales, nacionales y de las distintas regiones de nuestro continente.
El encubrimiento de estas formas de esclavismo sutiles, se disimulan a partir de las políticas, no tan recientes, de la denominada globalización, la cual regula y administra, su pensamiento único, ante las multiplicidades de políticas educativas que se pueden oponer a ella.
Las políticas del pensamiento único, pueden ser adjetivadas de varias maneras, consideramos que para no abundar en ello, elegimos algunos términos, los cuales no intentan clausurar las posibles definiciones de aquel. Tan sólo para graficar esto mencionaremos tres: perversión, paranoia y simulación, los cuales remiten a un gran menú de signos, en los cuales podremos encontrar el reflejo de las realidades en la que nos encontramos, seamos del lugar que seamos, pertenezcamos al sector social que nos toca, seamos sujetos singulares, particulares o colectivos.
Nos preguntamos aquí si la mega especialización de los análisis que se realizan de las situaciones que atraviesan los distintos sujetos sociales, no son más que intencionales en muchos casos, ya que en la mayoría, sus necesidades, la solución a las mismas, casi nunca o nunca llegan, es acaso una forma más de la sutileza corporativa, que administra los recursos de la caridad y orienta hacia quien se destinará, esto también afecta la educación, en sus estilos formales y no formales, en qué se debe y cómo investigar en este mundo.
Para abrir los muros de las instituciones, permitiendo que los flujos internos y externos se conecten y comuniquen, aplicamos en nuestro trabajo cotidiano, como docentes, un doble encuentro. Por un lado llevando a nuestros alumnos a lugares abiertos y públicos, como son las plazas del barrio donde se encuentra la facultad. De esa forma, los alumnos, nosotros y la gente, se ponen en contacto, haciendo conocer cada uno sus necesidades y plantearnos cómo inventar soluciones para ello. De esta manera se disuelve el planteo dualista que nos propone el sistema vigente, el cual cuenta con muchos años de antigüedad, dado que desde Platón hasta la fecha, la formas de relacionarlos y ver las cosas son duales. Los puntos de vista de cada uno, se deben dejar de lado, sean estos del orden que sea y sea quien sea el que los propone.
El reduccionismo dualista es el que nos hace entender que la gente muere por que es mortal simplemente, pues bien "el hombre no muere porque es mortal (ni tampoco miente porque es "mentiroso", ni tampoco ama porque es "amor"): muere porque no come suficientemente, porque lo reducen al estado de animal, porque lo matan", como nos dice Chatelet.
Las comunidades cuentan con saberes y las universidades con otros, debemos establecer formas de comunicación que disuelvan los muros de políticas bipolares que los intentan separar en forma sistemática y permanente, infectando las currículas con estrategias e información que terminan enfermando la lógica de los alumnos y docentes, y desarrollan políticas de distanciamiento y desconfianza mutua.
La otra forma que llevamos adelante para conectar a la comunidad con la institución facultad y sus alumnos, es la de que ellos realicen representaciones, que ellos mismos inventan, en donde hacen intervenir la realidad y sus protagonistas, enfrentándola a los textos que tienen que estudiar. En cada una participan no sólo los alumnos, sino también, una serie de extras, como lo son los docentes de distintas instituciones educativas, las madres de los mismos alumnos, y el conjunto de actores sociales que la realidad y los mismos textos invocan o sean necesarios para el fin de la representación.
Ambas formas de conexión, logran ubicar a los alumno, a los docentes y a todo aquel que participa, de una forma totalmente nueva frente a la realidad, no sólo del pasado sino de todos los días y con sujetos con los que se puede dialogar y confrontar todos los puntos de vista que surgen, para ir encontrando planos de soluciones o de aproximaciones a las mismas. En donde el cuerpo de todos, no queda en el lugar que se le destino desde los mandatos pasivos y anacronizantes, sino el de activos y participantes.
Se intenta lograr corregir, ampliándola con esto, las políticas de extensión universitaria, mostrando que si es posible otras formas de llegar a la comunidad y de ella a nosotros.
Entre muchos saberes que vienen y circulan en estas formas de encuentro, pasan desde aprender a hacer pan, a que los padres que sólo pudieron participar en la educación de sus hijos se remonta a sus niñez, puedan hacerlo ahora en un momento no previsto ni por ellos, ni por sus hijos y mucho menos por las instituciones educativas universitarias a las que acuden.
Consideramos que estos sencillos ejemplos, como todos los que no mencionamos por razones de espacio y tiempo, sirvan para que se inventen otros y se puedan intercambiar a partir de la materialización de múltiples redes de comunicación, que se debe dar entre las distintas comunidades del cono sur de américa y de todas aquellas que quieran hacerlo, respetando todos los puntos de vistas, sin ningún tipo de recetas de laboratorio, para encontrar soluciones y las instituciones educativas de todos los niveles.
Todos los elementos y formas en que las redes se inventen para la comunicación, no deben ser siempre fijas, así no quedarán dependientes de las mismas los sujetos que en ella circulan. Y esto por qué. Porque la fijación implica inmovilidad, comodidad, pasividad, dependencia. Para dar un ejemplo, diremos que la utilización de las pistas de Internet, son hoy por hoy muy útiles, sumamente rápidas, pero no tienen por que ser la única forma de comunicación potencialmente vital, a pesar de contar con un elemento básico que caracteriza a nuestro tiempo, el de la velocidad. Cada comunidad debe inventar y encontrar esas formas que hacen posible su comunicación con los otros y no olvidar que lo que se comunican son experiencias donde el cuerpo está en contacto con el otro y que ese otro no es una metáfora, una ficción, una virtualidad, un holograma, es un ser humano como cada uno de nosotros.
Consideramos que las múltiples redes que se inventen para comunicarnos, contemplen a todas las comunas, municipios y naciones de esta región continental.
Sugerimos que se realicen encuentros para elaborar currículas educativas, donde se muestren todas las problemáticas de los distintos pueblos de la región, para que se pueda colaborar en las soluciones, en conocer a partir de la producción de conocimiento colectivo, particular y singular las culturas diversas y reflotar aquello perdido y necesario para reafirmar nuestras identidades. Con la educación formal, con la invención de nuevas redes de comunicación y la utilización de las que tenemos, debemos elaborar documentos que se intercambién, dejándolos en todos aquellos lugares que sean accesibles, para ser consultados y discutidos en forma permanente, sobre cómo mejorar nuestra educación en el sentido más abierto posible.
Nos vamos a referir muy brevemente a la educación no formal. Para ello hemos elegido, los juegos con los que la gente se entretiene dentro y fuera de su casa, sin hacer ningún tipo de diferenciación de la población que los consume. Estos juegos a los que nos referimos son los denominados "simuladores", como ejemplo de ello mencionaremos al "simcity", que surgieron en la última década del siglo pasado. Estos juegos son totalmente educativos y por el otro lado entretenidos, ellos transmiten no sólo una currícula enlatada, sino también, una serie de valores y de consignas, para poder llegar a ganar, que se asemejan a las formas en las que los organismos internacionales financieros se relacionan con nuestras naciones. Un arsenal de límites se le imponen al jugador, el cual debe disponer de cierta cantidad de elementos, entre los cuales se encuentra el dinero, de cierta eficiencia, de cierta maldad, que lo pone al límite de su propia subjetividad. Cuando son consultados sobre sus juego, para ellos, es sólo eso un juego, pero a la hora de reflexionar, sobre la relación de los mismos con la realidad, muchos siguen entendiendo que es sólo un juego, una simulación, que la realidad es otra cosa y no hay conexión posible. En realidad son decires patéticos, que en última instancia no acusan recibo de nada, lo cual lo hace más grave aún. Es la misma literatura de ciencia ficción, el mismo cine el que nos permite ver que todo ejercicio imaginario de simulación, termina muchas veces siendo una realidad siniestra. Esta forma educativa que recibimos de simulación nos remite a entender que detrás de ella se juega la falsedad, el fingimiento, el doblez, el simulacro, todos antónimos de la verdad y de la sinceridad.
Nos educamos por muchas vías, por donde se determinan y fijan normas y valores que tienen que ver con la ficción, la gatería, la hipocresía, la farsa, el disfraz, la maniobra, la deslealtad.
Debemos tratar de encontrar redes múltiples de educación, donde circulen por ellas la verdad, la realidad, la honradez, la candidez, la franqueza, la claridad, la justicia.
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