Mueller, FL. - Santo Tomás de Aquino

Extraído del libro "La historia de la psicología"



La orientación metafísica: Su pensar se orienta hacia el mundo natural, creación de Dios, como intermediario necesario para elevarse a el.
El intelecto humano es capaz de formar principios primeros. Considera que su debilidad es no poder formarlos más que a partir de las especies abstractas de las cosas sensibles. No hay conocimiento directo de lo inmaterial.
Fue el filósofo por excelencia de la iglesia. Su obra es culminante en el pensamiento escolástico. Da una posición piramidal a los seres terrestres: mineral, vegetal, animal y hombre en cual lo propio es el pensamiento. Todos los existentes fueron creados para la realización mas completa posible de su esencia en su perfección relativa y el conjunto de las cosas esta orientada hacia Dios, perfección suprema. Dios esta mas allá de nuestro entendimiento y solo nos podemos acercar a el a partir de las criaturas. La inclinación de todos los existentes hacia el bien supremo varía en función de su lugar en la jerarquía de los seres. En las plantas, una tendencia inconsciente a conservarse y a realizar la especie, en los animales una orientación instintiva y pasional, y en el hombre aparece la voluntad con su aparición consciente a Dios.
Rechaza la reminiscencia de Platón. Si las razones inteligibles de los existentes fueran innatas y alcanzables por una captación inmediata, no se podría comprender el papel que desempeñan los órganos sensoriales. Su psicología, inseparable de su teoría del conocimiento, es la naturaleza del alma, el papel atribuido a las cosas materiales, a las sensaciones, a la sensibilidad y al entendimiento.


El alma y sus potencias: El alma se caracteriza por la espontaneidad de la vida. Si los vegetales germinan y crecen, es porque poseen una lama vegetativa. Si los animales crecen, sienten y se desplazan es en virtud de la energía eterna que les confiere el alma sensitiva. Estas son corruptibles  y mueren en el cuerpo. El alma humana no es un cuerpo, sino un acto de un cuerpo, del que dependen sus acciones y movimientos. No esta excluida de la seria de los seres inmateriales, pertenece a ella en cuanto que, por encima de las potencias del alma propia del mundo de los cuerpos, vegetativa y sensitiva, posee la potencia intelectiva cuyo objeto es el ser universal.
Introduce la noción de un intelecto humano simplemente posible (pasivo) por relación al intelecto agente (activo). Para salvaguardar la inmortalidad personal del alma, interpreta el problema de este intelecto en el sentido de una individualización. A la intervención de una inteligencia universal, opone la de intelectos agentes, capaces de abstraer lo inteligible en potencia en las cosas sensibles, tan numerosos como los individuos humanos.


Los sentidos exteriores: Para elevarse al conocimiento, el hombre dispone de materiales que proceden de una doble fuente: los sentidos exteriores y los interiores. En el nivel mas bajo, el alma realiza operaciones de orden natural en el cuerpo al que esta unida; luego operaciones de orden sensible y ya inmateriales; y por ultimo operaciones de orden inteligible. El grado mas eminente de la inmaterialidad pertenece al intelecto, que recibe sin órgano corporal, especies despojadas, a la vez de materia y de las condiciones de individualidad.
Introduce la noción de especie destinada a explicar el hecho de que la cosa conocida no invada el pensamiento, de que es conocida por la presencia en el de su especie. Es el objeto mismo considerado en la acción y en la eficacia que ejerce sobre el sujeto aquello por lo cual el pensamiento conoce las cosas. La impresión experimentada por el sujeto es el medio necesario para reunir inmediatamente, en un solo acto, al objeto material y al sujeto sensible, ya hacer así posible la percepción: ida-imagen o representación sensible, retenida por el recuerdo y susceptible de ser elaborada por las facultades superiores. Llama ser intencional a ese modo de ser de las cosas en el pensamiento que las asimila.
El examen del proceso del conocimiento muestra que una jerarquía preside las acciones del alma y de las potencias que le corresponden.
Algunas sensaciones van acompañadas de modificaciones orgánicas muy acentuadas, pues las especies de algunos sensibles modifica materialmente al que las experimenta. Así ocurre con las cualidades ligadas a las transmutaciones de las cosas materiales mismas: lo caliente, lo frió, lo seco, lo húmedo. Se llama tacto a la potencia sensitiva que desempeña en esto un papel esencial.
Los sensibles obran sobre los sentidos sin que ninguna modificación corporal acompañe su acción como la luz y el color. El proceso conforme al cual estas especies emanan del objeto, para obrar sobre nosotros, es de naturaleza espiritual.
A esta jerarquía de las potencias sensitivas externas del alma se añaden cuatro potencias sensitivas internas: el sentido común, la imaginación, la estimulación y la memoria.


El sentido común: Los sentidos son capaces de discernir. Esto es potencia del sentido propio. Pero, la unificación de las actividades sensoriales precisa de un sentido común. Es una suerte de fuente desde la cual se difunde la facultad de sentir, a través de los cinco sentidos. Es indispensable para la toma de conciencia.


El papel de las imágenes: El alma sensitiva el animal debe ser capaz no solo de recibir las especies sensibles, sino también de conservarlas en si. Esta potencia de conservación es la fantasía de imaginación.
El animal para discernir los objetos útiles de los perjudiciales, necesitan de una nueva potencia sensitiva: estimativa. Hace posible ora potencia sensitiva interna, la memoria. El ser vivo debe ser capaz de acordarse, para su vida actual, de las especies precedentes aprehendidas por el sentido e interiormente conservadas por la imaginación.
En el hombre se requiere un esfuerzo de búsqueda para que las especies conservadas por la imaginación se conviertan en el objeto de una consideración actual, la reminiscencia.
A la potencia estimativa, se le suma en el hombre, la razón particular (intelecto pasivo). Este recoge conocimientos particulares; mientras que el intelecto agente se caracteriza por la facultad de aprehender lo universal.
La reminiscencia humana difiere de la resurrección de los recuerdos (animal) por la presencia de una dialéctica silogista que permite al espíritu moverse de un recuerdo a otro hasta el que mas le conviene.


El papel del intelecto agente: El alma razonable esta en potencia por relación a las especies de las cosas sensibles proporcionadas por los órganos de los sentidos. Hay en esta una facultad activa –el intelecto agente-  capaz de hacer a las especies sensibles actualmente inteligibles. Tal es la esencia de la abstracción, que desprende de las especies lo que tienen de inteligible y que engendra en el intelecto posible el conocimiento de lo que los fantasmas contienen en si de especifico y de universal.
El alma es intelecto agente por cuanto confiere inteligibilidad a los fantasmas, e intelecto posible por cuanto recibe la determinación
Explica el surgimiento del concepto. Es el análogo del objeto que el intelecto engendra en virtud de la acción de la especie, para sus necesidades de identificar, distinguir y ordenar. El concepto se distingue del intelecto cognoscente y de la cosa conocida, como ser intencional que no puede subsistir fuera del pensamiento.

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