Distinción
entre Conocimiento Puro y Empírico
Todo nuestro conocimiento comienza con la
experiencia. No por eso procede todo él. Podría
ser que nuestro conocimiento empírico fuera una composición de lo que recibimos
mediante las impresiones y de lo que nuestra propia facultad de conocer
(motivada por las impresiones sensibles) produce a partir de si misma. Así, no
distingamos esta adicción de dicha materia fundamental hasta que un ejercicio
nos ha hecho fijar en ella y nos hubiese adiestrado para separarlas.
Esos conocimientos se llaman a priori y se
distinguen de los empíricos, que tienen sus fuentes
a posteriori, en la experiencia.
Hay conocimientos derivados de fuentes de
experiencia, de los que se dice que somos capaces de participar de ellos o de
obtenerlos a priori, porque no los derivamos inmediatamente de la experiencia,
sino de una regla universal, extraída de la experiencia.
Los conocimientos a priori no tienen lugar independientemente
de esta o aquella experiencia, sino absolutamente de toda experiencia. Se
oponen los conocimientos empíricos, los que no son posibles más que a
posteriori (por experiencia). De entre los conocimientos
a priori se llaman puros aquellos
a los que no se ha añadido nada empírico. (Ej.
La proposición “todo cambio tiene su causa” es a priori, pero no pura, ya que
el cambio es un concepto que solo se extrae de la experiencia)
Distinción
entre Juicios Analíticos y Sintéticos
En todos los juicios en donde se piensa la
relación de un sujeto con el predicado (refiriéndome a los afirmativos) la
relación es posible de dos maneras. O bien el predicado B pertenece al sujeto A
como algo contenido (ocultamente) en ese concepto A; o bien B está enteramente
fuera del concepto A, si bien en enlace con el mismo. El primer caso es juicio
analítico; en el otro sintético. Los juicios
analíticos (los afirmativos) son aquellos en los cuales el enlace del
predicado con el sujeto es pensado mediante identidad. Aquellos en que el
enlace es pensado sin identidad, deben llamarse juicios sintéticos.
Los Analiticos pueden también llamarse juicios de explicación, los sinteticos, juicios de ampliación, porque aquéllos
no añaden nada con el predicado al concepto del sujeto, sino que lo dividen tan
sólo, por medio de análisis, en sus conceptos-partes, pensados ya (aunque
confusamente) en él. Los últimos añaden al concepto del sujeto un predicado que
no estaba pensado en él y no hubiera podido sacarse por análisis alguno.
*Por ejemplo: Si yo digo: todos los cuerpos son extensos, es éste un juicio analítico. Pues
no he de salir fuera del concepto que uno al cuerpo, para hallar la extensión
como enlazada con él, sino que tan sólo tengo que analizar aquel concepto
(tomar conciencia de la multiplicidad que siempre pienso en él)
*Si yo digo: todos los cuerpos son pesados, entonces el predicado es distinto de
lo que pienso en el mero concepto de un cuerpo en general. La adición de un
predicado semejante da un juicio sintético. Los juicios de experiencia son
todos sintéticos.
Posibilidad
de los Juicios Sintéticos A Priori
En todas las ciencias teóricas de la razón
están contenidos juicios sintéticos a priori como principios.
Los
juicios matemáticos son todos ellos sintéticos.
Todos las conclusiones de los matemáticos se
hacen según el principio de contradicción (exigida por la naturaleza de toda certeza
apodíctica), suponiendo que las proposiciones básicas se conocían igualmente a
partir de este principio; Pero, se equivocaron porque una proposición sintética,
si bien puede ser conocida por medio del principio de contradicción, no lo es nunca
en sí misma, sino sólo presuponiendo otra proposición sintética de la cual
pueda derivarse.
Las proposiciones verdaderamente matemáticas
son siempre juicios a priori y no empíricos, pues llevan consigo necesidad, la
cual no puede ser derivada de la experiencia. Si no se quiere admitir esto, se
limita la proposición a la matemática pura, cuyo concepto lleva consigo el
contener no un conocimiento empírico, sino tan sólo un conocimiento puro a
priori.
*-7 + 12 no es una proposición analítica de
acuerdo al principio de contradicción. Pero, el concepto de suma no contiene otra
cosa que la unión de ambos nº en uno solo, y no se piensa cual será el nº que
sintetiza a los dos. 12 no esta pensado en modo alguno al pensar dicha unión.
Hay que acudir a una intuición.
En efecto, la proposición aritmética es
siempre sintética. Jamás encontramos la suma mediante un simple análisis, sin
intuir.
*-En geometría también. La línea recta es la
más corta entre dos puntos, es una proposición sintética. Pues mi concepto de recta
no encierra nada de magnitud, sino sólo una cualidad. El concepto de lo más
corto es enteramente añadido y no puede sacarse, por medio de ningún análisis,
del concepto de línea recta; la intuición nos ayuda.
-La
ciencia de la naturaleza (Física) contiene juicios sintéticos a priori como
principios.-
Ej. En
todas las transformaciones del mundo corporal la cantidad de materia permanece inalterada,
o en toda comunicación del movimiento tienen que ser siempre iguales la acción
y la reacción. En ambas, la
necesidad y el origen a priori está claro y se ve que son proposiciones
sintéticas. En efecto, en concepto de materia no pienso la permanencia, sino la
presencia de la materia en el espacio, llenándolo. Así pues, salgo realmente
del concepto de materia, para pensar a priori unido a él, algo que no pensaba
en él. La proposición es sintética y a priori.
-En la
metafísica
Considerándola como una ciencia sólo ensayada,
si bien indispensable, teniendo en la naturaleza de la razón humana, deben
estar contenidos conocimientos sintéticos a priori. No se trata de analizar y
explicar analíticamente los conceptos que nos hacemos a priori de ciertas
cosas, sino que queremos ampliar nuestro conocimiento a priori, para lo cual
tenemos que servirnos de principios tales que añadan al concepto dado algo que
no estaba en él, y alejarlo del mismo por medio de juicios sintéticos a priori,
que la experiencia misma no puede seguirnos.
Ejemplo,
la proposición: el mundo tiene que tener un primer comienzo. Y otras más. Y así
la metafísica consiste, al menos según su fin, en proposiciones sintéticas a
priori.
El
Problema de La Razón Pura :
El análisis de Kant
El problema propio de la razón pura está
encerrado en la pregunta: ¿Cómo son
posibles juicios sintéticos a priori?
Si la metafísica ha permanecido en un estado vacilante
de inseguridad y contradicciones, es porque el pensamiento no se planteó este
problema, ni la diferencia entre los juicios analíticos y los sintéticos.
David
Hume fue el que más se acercó
a este problema, quedándose en la proposición sintética, desenlace del efecto
con su causa, creyó haber demostrado que semejante proposición es enteramente
imposible a priori y que a todo lo que llamamos metafísica vendría a ser una
mera ilusión de supuesto conocimiento racional de lo que en realidad sólo de la
experiencia está sacado y ha recibido por el hábito la apariencia de la
necesidad. Según su argumento,
tampoco podría haber matemática pura, porque ésta encierra proposiciones
sintéticas a priori; y de hacer esta afirmación le hubiera guardado su buen
entendimiento.
En la solución anterior está comprendida la
posibilidad del uso puro de la razón en la fundación y desarrollo de todas las
ciencias que encierran un conocimiento a priori teórico de los objetos.
Si tienen que ser posibles queda demostrado
por su realidad. En la metafísica,
su marcha puede hacer dudar a cualquiera, con razón, de su posibilidad; porque no
se puede decir que, en lo que toca a su fin esencial, se halle realmente dada
ante nosotros. Esa especie de conocimiento ha de considerarse como dada en
cierto sentido, y la metafísica es real, sí bien no como ciencia, como
disposición natural al menos. Pues la razón humana va irresistiblemente, sin
que a ello la mueva la mera vanidad del saber mucho, impulsada por necesidad
propia, a cuestiones tales que no pueden ser contestadas por ningún uso
empírico de la razón, ni por principios sacados de la experiencia; y así, por
cuanto la razón en los hombres se extiende hasta la especulación, ha habido
siempre alguna metafísica y la habrá siempre.
Idea
y División (Conformación) de la
Razón Pura
De todo esto se deduce la idea de una ciencia
particular, la crítica de la razón pura. Pues razón es la facultad que proporciona los principios del conocimiento a priori. Por eso es razón pura aquella que contiene los
principios para conocer algo absolutamente a
priori. Un organon de la razón pura es un conjunto de principios según los
cuales todos los conocimientos puros a priori pueden ser adquiridos y establecidos.
Su detenida aplicación nos proporcionaría un sistema de la razón pura.
Podemos considerar una ciencia del mero juicio
de la razón pura, sus fuentes y límites, más que como la propedéutica para el
sistema de la razón pura. No debería llamarse doctrina, sino crítica de la
razón pura y su utilidad sería realmente solo negativa [especulativa] y
serviría para la depuración de nuestra razón, y la guardaría de los errores; en
lo que se ganaría ya mucho.
Es Trascendental
todo conocimiento que se ocupa, no tanto de los objetos, cuanto de nuestro modo
de conocerlos, en cuanto que tal modo ha de ser posible a priori. (Filosofía trascendental)
Debe
contener por completo el conocimiento analítico y el sintético a priori,
resulta extenso en cuanto a nuestro propósito. No se puede llevar el análisis
sino hasta el punto en que nos es absolutamente necesario, para penetrar en
toda su extensión los principios de la síntesis a priori, que es lo que hay que
tratar.
Esta investigación es crítica trascendental,
porque tiene como propósito no la ampliación de los conocimientos, sino solo la
rectificación de los mismos, y debe proporcionar la piedra de toque del valor o
no valor de todos los conocimientos a priori, es lo que aquí nos ocupa ahora.
Una crítica semejante es una preparación para
un organon y, si resulta bien, para un canon, según el cual en todo caso podría
ser expuesto analítica y sintéticamente. El sistema de filosofía consistirá en
una ampliación o limitación de su conocimiento.
Este sistema no ha de tener una extensión muy
grande. Constituye el objeto, no la naturaleza de las cosas, que es inagotable,
sino el entendimiento que juzga sobre la naturaleza de las cosas, sólo en
consideración de sus conocimientos a priori, cuya provisión no puede permanecer
oculta para nosotros, ya que no podemos buscarla fuera.
La
filosofía trascendental es la
idea de una ciencia para la cual la crítica de la razón pura debe delinear todo
el plano, por principios, con garantía completa de la integridad y certeza de
todas las partes que la constituyen. Para construir un sistema completo, debe
incluir un análisis exhaustivo de todo conocimiento humano a priori. Debe
ofrecer un recuento de todos los conceptos básicos que constituyen dicho
conocimiento puro. Sería inadecuado a nuestro fin, ya que el análisis no
encuentra las dificultades con que tropieza la síntesis. Por esta existe toda
crítica. Iría contra la unidad del plan el asumir la responsabilidad de
realizar de modo exhaustivo un análisis y una derivación de los que, según
nuestro propósito, podemos desentendernos.
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