Kant, I. - La crítica de la razón pura


Distinción entre Conocimiento Puro y Empírico
Todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia. No por eso procede todo él. Podría ser que nuestro conocimiento empírico fuera una composición de lo que recibimos mediante las impresiones y de lo que nuestra propia facultad de conocer (motivada por las impresiones sensibles) produce a partir de si misma. Así, no distingamos esta adicción de dicha materia fundamental hasta que un ejercicio nos ha hecho fijar en ella y nos hubiese adiestrado para separarlas.
Esos conocimientos se llaman a priori y se distinguen de los empíricos, que tienen sus fuentes a posteriori, en la experiencia.
Hay conocimientos derivados de fuentes de experiencia, de los que se dice que somos capaces de participar de ellos o de obtenerlos a priori, porque no los derivamos inmediatamente de la experiencia, sino de una regla universal, extraída de la experiencia.
Los conocimientos a priori no tienen lugar independientemente de esta o aquella experiencia, sino absolutamente de toda experiencia. Se oponen los conocimientos empíricos, los que no son posibles más que a posteriori (por experiencia). De entre los conocimientos a priori se llaman puros aquellos a los que no se ha añadido nada empírico. (Ej. La proposición “todo cambio tiene su causa” es a priori, pero no pura, ya que el cambio es un concepto que solo se extrae de la experiencia)


Distinción entre Juicios Analíticos y Sintéticos
En todos los juicios en donde se piensa la relación de un sujeto con el predicado (refiriéndome a los afirmativos) la relación es posible de dos maneras. O bien el predicado B pertenece al sujeto A como algo contenido (ocultamente) en ese concepto A; o bien B está enteramente fuera del concepto A, si bien en enlace con el mismo. El primer caso es juicio analítico; en el otro sintético. Los juicios analíticos (los afirmativos) son aquellos en los cuales el enlace del predicado con el sujeto es pensado mediante identidad. Aquellos en que el enlace es pensado sin identidad, deben llamarse juicios sintéticos.
Los Analiticos pueden también llamarse juicios de explicación, los sinteticos, juicios de ampliación, porque aquéllos no añaden nada con el predicado al concepto del sujeto, sino que lo dividen tan sólo, por medio de análisis, en sus conceptos-partes, pensados ya (aunque confusamente) en él. Los últimos añaden al concepto del sujeto un predicado que no estaba pensado en él y no hubiera podido sacarse por análisis alguno.
*Por ejemplo: Si yo digo: todos los cuerpos son extensos, es éste un juicio analítico. Pues no he de salir fuera del concepto que uno al cuerpo, para hallar la extensión como enlazada con él, sino que tan sólo tengo que analizar aquel concepto (tomar conciencia de la multiplicidad que siempre pienso en él)
*Si yo digo: todos los cuerpos son pesados, entonces el predicado es distinto de lo que pienso en el mero concepto de un cuerpo en general. La adición de un predicado semejante da un juicio sintético. Los juicios de experiencia son todos sintéticos.

Posibilidad de los Juicios Sintéticos A Priori
En todas las ciencias teóricas de la razón están contenidos juicios sintéticos a priori como principios.
Los juicios matemáticos son todos ellos sintéticos.
Todos las conclusiones de los matemáticos se hacen según el principio de contradicción (exigida por la naturaleza de toda certeza apodíctica), suponiendo que las proposiciones básicas se conocían igualmente a partir de este principio; Pero, se equivocaron porque una proposición sintética, si bien puede ser conocida por medio del principio de contradicción, no lo es nunca en sí misma, sino sólo presuponiendo otra proposición sintética de la cual pueda derivarse.
Las proposiciones verdaderamente matemáticas son siempre juicios a priori y no empíricos, pues llevan consigo necesidad, la cual no puede ser derivada de la experiencia. Si no se quiere admitir esto, se limita la proposición a la matemática pura, cuyo concepto lleva consigo el contener no un conocimiento empírico, sino tan sólo un conocimiento puro a priori.
*-7 + 12 no es una proposición analítica de acuerdo al principio de contradicción. Pero, el concepto de suma no contiene otra cosa que la unión de ambos nº en uno solo, y no se piensa cual será el nº que sintetiza a los dos. 12 no esta pensado en modo alguno al pensar dicha unión. Hay que acudir a una intuición.
En efecto, la proposición aritmética es siempre sintética. Jamás encontramos la suma mediante un simple análisis, sin intuir.
*-En geometría también. La línea recta es la más corta entre dos puntos, es una proposición sintética. Pues mi concepto de recta no encierra nada de magnitud, sino sólo una cualidad. El concepto de lo más corto es enteramente añadido y no puede sacarse, por medio de ningún análisis, del concepto de línea recta; la intuición nos ayuda.

-La ciencia de la naturaleza (Física) contiene juicios sintéticos a priori como principios.-
Ej. En todas las transformaciones del mundo corporal la cantidad de materia permanece inalterada, o en toda comunicación del movimiento tienen que ser siempre iguales la acción y la reacción. En ambas, la necesidad y el origen a priori está claro y se ve que son proposiciones sintéticas. En efecto, en concepto de materia no pienso la permanencia, sino la presencia de la materia en el espacio, llenándolo. Así pues, salgo realmente del concepto de materia, para pensar a priori unido a él, algo que no pensaba en él. La proposición es sintética y a priori.

-En la metafísica
Considerándola como una ciencia sólo ensayada, si bien indispensable, teniendo en la naturaleza de la razón humana, deben estar contenidos conocimientos sintéticos a priori. No se trata de analizar y explicar analíticamente los conceptos que nos hacemos a priori de ciertas cosas, sino que queremos ampliar nuestro conocimiento a priori, para lo cual tenemos que servirnos de principios tales que añadan al concepto dado algo que no estaba en él, y alejarlo del mismo por medio de juicios sintéticos a priori, que la experiencia misma no puede seguirnos.
Ejemplo, la proposición: el mundo tiene que tener un primer comienzo. Y otras más. Y así la metafísica consiste, al menos según su fin, en proposiciones sintéticas a priori.

El Problema de La Razón Pura: El análisis de Kant
El problema propio de la razón pura está encerrado en la pregunta: ¿Cómo son posibles juicios sintéticos a priori?
Si la metafísica ha permanecido en un estado vacilante de inseguridad y contradicciones, es porque el pensamiento no se planteó este problema, ni la diferencia entre los juicios analíticos y los sintéticos.
David Hume fue el que más se acercó a este problema, quedándose en la proposición sintética, desenlace del efecto con su causa, creyó haber demostrado que semejante proposición es enteramente imposible a priori y que a todo lo que llamamos metafísica vendría a ser una mera ilusión de supuesto conocimiento racional de lo que en realidad sólo de la experiencia está sacado y ha recibido por el hábito la apariencia de la necesidad. Según su argumento, tampoco podría haber matemática pura, porque ésta encierra proposiciones sintéticas a priori; y de hacer esta afirmación le hubiera guardado su buen entendimiento.
En la solución anterior está comprendida la posibilidad del uso puro de la razón en la fundación y desarrollo de todas las ciencias que encierran un conocimiento a priori teórico de los objetos.
Si tienen que ser posibles queda demostrado por su realidad. En la metafísica, su marcha puede hacer dudar a cualquiera, con razón, de su posibilidad; porque no se puede decir que, en lo que toca a su fin esencial, se halle realmente dada ante nosotros. Esa especie de conocimiento ha de considerarse como dada en cierto sentido, y la metafísica es real, sí bien no como ciencia, como disposición natural al menos. Pues la razón humana va irresistiblemente, sin que a ello la mueva la mera vanidad del saber mucho, impulsada por necesidad propia, a cuestiones tales que no pueden ser contestadas por ningún uso empírico de la razón, ni por principios sacados de la experiencia; y así, por cuanto la razón en los hombres se extiende hasta la especulación, ha habido siempre alguna metafísica y la habrá siempre.


Idea y División (Conformación) de la Razón Pura
De todo esto se deduce la idea de una ciencia particular, la crítica de la razón pura. Pues razón es la facultad que proporciona los principios del conocimiento a priori. Por eso es razón pura aquella que contiene los principios para conocer algo absolutamente a priori. Un organon de la razón pura es un conjunto de principios según los cuales todos los conocimientos puros a priori pueden ser adquiridos y establecidos. Su detenida aplicación nos proporcionaría un sistema de la razón pura.
Podemos considerar una ciencia del mero juicio de la razón pura, sus fuentes y límites, más que como la propedéutica para el sistema de la razón pura. No debería llamarse doctrina, sino crítica de la razón pura y su utilidad sería realmente solo negativa [especulativa] y serviría para la depuración de nuestra razón, y la guardaría de los errores; en lo que se ganaría ya mucho.
Es Trascendental todo conocimiento que se ocupa, no tanto de los objetos, cuanto de nuestro modo de conocerlos, en cuanto que tal modo ha de ser posible a priori. (Filosofía trascendental)
Debe contener por completo el conocimiento analítico y el sintético a priori, resulta extenso en cuanto a nuestro propósito. No se puede llevar el análisis sino hasta el punto en que nos es absolutamente necesario, para penetrar en toda su extensión los principios de la síntesis a priori, que es lo que hay que tratar.
Esta investigación es crítica trascendental, porque tiene como propósito no la ampliación de los conocimientos, sino solo la rectificación de los mismos, y debe proporcionar la piedra de toque del valor o no valor de todos los conocimientos a priori, es lo que aquí nos ocupa ahora.
Una crítica semejante es una preparación para un organon y, si resulta bien, para un canon, según el cual en todo caso podría ser expuesto analítica y sintéticamente. El sistema de filosofía consistirá en una ampliación o limitación de su conocimiento.
Este sistema no ha de tener una extensión muy grande. Constituye el objeto, no la naturaleza de las cosas, que es inagotable, sino el entendimiento que juzga sobre la naturaleza de las cosas, sólo en consideración de sus conocimientos a priori, cuya provisión no puede permanecer oculta para nosotros, ya que no podemos buscarla fuera.
La filosofía trascendental es la idea de una ciencia para la cual la crítica de la razón pura debe delinear todo el plano, por principios, con garantía completa de la integridad y certeza de todas las partes que la constituyen. Para construir un sistema completo, debe incluir un análisis exhaustivo de todo conocimiento humano a priori. Debe ofrecer un recuento de todos los conceptos básicos que constituyen dicho conocimiento puro. Sería inadecuado a nuestro fin, ya que el análisis no encuentra las dificultades con que tropieza la síntesis. Por esta existe toda crítica. Iría contra la unidad del plan el asumir la responsabilidad de realizar de modo exhaustivo un análisis y una derivación de los que, según nuestro propósito, podemos desentendernos.

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