Freud, S. - Psicopatología de la vida cotidiana




I. -OLVIDO DE NOMBRES PROPIOS
En el olvido temporal de los nombres no sólo se olvida, sino que se recuerda erróneamente. En la consciencia del sujeto que se esfuerza en recordar el nombre olvidado acuden otros -
nombres sustitutivos- que son rechazados en el acto como falsos, pero que, sin embargo,
continúan presentándose en la memoria con gran tenacidad. El proceso que destinado a reproducir el nombre que se busca se ha desplazado (descentrado) llevandolo hasta un sustitutivo incorrecto. Tal desplazamiento no se halla como un capricho psíquico, sino que obedece a una vias calculables y ajustadas a la Los nombres sustitutivos están en visible conexión con el buscado.

En vez del nombre que buscaba -Signorelli- acudieron a mi memoria los de otros dos pintores -Botticelli y Boltraffio-, que rechacé en seguida como erróneos. Cuando el verdadero nombre me fue comunicado por un testigo de mi olvido, lo reconocí en el acto y sin vacilación alguna.
La investigación de por qué influencias y qué caminos asociativos se había desplazado
dio de resultado:
a) El nombre olvidado me era tan familiar como uno de los sustitutivos -Botticelli- y mucho más que el otro -Boltraffio-. El nexo del olvido fue en el curso de un viaje en coche desde Ragusa a una estación de la Herzegovina. Viajaba con un desconocido y hablo
con él sobre de un viaje que había hecho por Italia, le pregunto si había estado en Orvieto y visto los famosos frescos de X
b) El olvido del nombre queda aclarado al pensar en el tema de nuestra
conversación, y se explica como una perturbación del nuevo tema que emergia por el precedente. Antes de preguntarle si había estado en Orvieto, había hablado de las
costumbres de los turcos residentes en Bosnia y en la Herzegovina. Conto haber oído
que en aquellos lugares a los turcos Cuando se les anuncia que la muerte de uno de sus deudos es inevitable y que todo auxilio es inútil, contestan:«¡Señor (Herr), qué le vamos a hacer! En estas frases se hallan contenidos los siguientes nombres: Bosnia, Herzegovina y Señor (Herr), que pueden incluirse en una serie de asociaciones entre Signorelli, Botticelli y Boltraffio.
c) Esa serie de ideas de los turcos en Bosnia perturbo una idea inmediatamente posterior, por el hecho de haber apartado de ella la atención sin haberla agotado. Antes de
mudar de tema quiso relatar una segunda anécdota que reposaba en mi memoria al lado
de la ya referida. Los turcos estiman el placer sexual sobre todo.
Por no tocar ese tema reprimío y desvio la atención de la continuación de esa serie de
pensamientos que lo hubiera podido llevar al tema «muerte y sexualidad». Se hallaba
bajo los efectos de una noticia que había recibido en Trafoi. Un paciente en cuyo tratamiento había trabajado se había suicidado a causa de una perturbación sexual.
Estoy seguro de que en todo mi viaje por la Herzegovina no acudió a mi memoria
consciente el recuerdo de este triste suceso ni de nada que tuviera conexión con él. La coincidencia Trafoi-Boltraffio obliga a admitir que fue dicha reminiscencia puesta en
actividad en mí.
d) No se puede considerar el olvido del nombre Signorelli como casual, y hay que reconocer la influencia de un motivo en este suceso.Existían motivos que indujeron a interrumpir la comunicación de pensamientos sobre las costumbres de los turcos y a impedir que se hiciesen conscientes en aquellos que, asociándose a los anteriores, lo hubieran conducido hasta la noticia recibida en Trafoi. Quería olvidar algo, y había
reprimido algunos pensamientos. Lo que deseaba olvidar era algo muy distinto del nombre del pintor; resultó hallarse en conexión asociativa con dicho nombre, su volición.

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