Durkheim, E. - La división del trabajo social


El problema central de la obra de Durkheim es la solidaridad social. La solución de este problema debía dar respuesta al interrogante sobre los vínculos que unen a los hombres en la sociedad. Había que determinar la naturaleza y las funciones de la solidaridad social en la sociedad "desarrollada" moderna, a diferencia de las sociedades primitivas o tradicionales, y explicar el tránsito histórico de una forma de la sociedad a otra.
Para ello se planteó las siguientes tareas: 1) investigar la función de la división del trabajo, precisar a qué demanda social corresponde; 2) revelar las causas y condiciones de las cuales depende; 3) clasificar sus principales formas ya que, a su modo de ver, "aquí, al igual que en la biología lo patológico nos ayuda a comprender mejor lo fisiológico"
La división del trabajo es una característica de la sociedad altamente desarrollada. A medida que la especialización del trabajo aumenta, los individuos se ven obligados a intercambiar su actividad, a cumplir funciones mutuamente complementarias, componiendo, así, un todo único. La solidaridad en la sociedad desarrollada es consecuencia natural de la división de los papeles en la producción.
Durkheim estructura la dicotomía de las sociedades con la solidaridad mecánica y orgánica como dos eslabones de la cadena única de la evolución En las sociedades arcaicas, es un hecho la escasa división del trabajo; cuando la población es poco numerosa y está asentada en un territorio amplio, puede sobrevivir realizando el mismo tipo de tareas y explotando los mismos recursos. Debido a esto, los sujetos se diferencian poco entre sí; la sociedad está formada por familias o clanes, todos similares, que desarrollan la misma tarea. Como el grupo está constituido por unidades o segmentos iguales, este teórico lo llama "segmentado"( A esto alude estructura segmentaria). La similitud es el principio que rige este tipo de sociedad, y el vínculo que une a sus integrantes constituye un tipo de solidaridad llamado solidaridad mecánica. En estas sociedades predomina la conciencia colectiva sobre la individual; la solidaridad se determina por la similitud de los individuos que la componen, por la identidad de las funciones sociales
El derecho es el "símbolo" de la solidaridad; expresa la fuerza de la conciencia colectiva, y su misión es castigar severamente al individuo que ha infringido la costumbre o la ley.
Durkheim considera que existe una
dependencia funcional entre la fuerza de los vínculos sociales, característicos de algún tipo de solidaridad, y la magnitud relativa (volumen) de la conciencia colectiva, su intensidad.
La solidaridad es más fuerte, si el volumen de la conciencia colectiva coincide con el volumen de las conciencias individuales, si la conciencia colectiva está expresada más intensamente y con mayor nitidez, la conciencia colectiva reglamenta toda la vida del individuo y la autoridad colectiva es absoluta.
Dependiendo de las diferentes sociedades, esta conciencia colectiva implica más o menos fuerza. En las sociedades en que domina la solidaridad mecánica, la conciencia colectiva engloba la mayor parte de las conciencias individuales.
En estos casos la conciencia colectiva es por su contenido enteramente religiosa. El rasgo principal de las creencias y los sentimientos religiosos consiste en que son comunes a un cierto número de individuos que viven juntos y que tienen una intensidad promedia bastante elevada. Así, el autor identificaba lo social con lo religioso: "Todo lo que es social es religioso; esas dos palabras son sinónimos".

Pero la religión abarca una parte en constante disminución de la vida social. El desarrollo de la división del trabajo en el cual crece el número de nuevas y variadas funciones, es el factor principal que debilita la conciencia colectiva. Este debilitamiento de la conciencia social se diferencia funcionalmente con el fin de corresponder a la creciente división del trabajo y a la organización social más complicada; es el resultado de que los hombres empiecen a cumplir funciones específicas particulares en la sociedad.
Cuando la densidad de la población aumenta, la división del trabajo se hace mayor
y las personas comienzan a diferenciarse entre sí. Como cada uno realiza tareas distintas, comienza a darse una independencia entre todos los miembros del grupo; éste deja de estar segmentado y presenta ahora una determinada "organización". La diferencia es el principio que rige este tipo de sociedad, y el vínculo que une a sus integrantes constituye la solidaridad orgánica, denominada así por Durkheim porque se parece al organismo con sus distintos órganos. La diferenciación de los miembros del grupo permite que cada uno de ellos desarrolle su propia individualidad, por tanto comienza a predominar la conciencia individual sobre la colectiva.

En esta sociedad desarrollada cada individuo cumple una sola función especial de acuerdo a la división del trabajo social. Cada sujeto desarrolla sus dotes y talentos individuales de acuerdo a su rol profesional. La conciencia de que cada uno depende de otro y que todos están vinculados por un sistema único de relaciones sociales, creadas por la división del trabajo, genera el sentimiento de dependencia mutua, de solidaridad, de sus lazos con la sociedad.
Bajo la solidaridad orgánica la conciencia colectiva toma nuevas formas y cambia su contenido, disminuye su volumen, convirtiéndose en una parte muy estrecha de las sociedades desarrolladas; su intensidad y grado de certeza también disminuyen. A medida que se desarrolla la división del trabajo, la conciencia colectiva se hace cada vez más débil y confusa. Por el contenido, la conciencia colectiva se convierte cada vez más en civil, racionalista, orientada al individuo. Pero eso no quiere decir que la conciencia común esté amenazada de desaparecer totalmente.
Durkheim subrayaba el aspecto de la solidaridad en la división del trabajo de la sociedad moderna, relegando a segundo plano el problema del antagonismo entre el trabajo y el capital, el "carácter coercitivo" del trabajo, las crisis moral y económica de la sociedad. Al analizar esos problemas, se inclinaba a considerarlos como resultado de la insuficiente regulación de las relaciones entre las principales clases, como un elemento insano en la vida de la sociedad , que en su totalidad se estimaba como solidaria y que había sabido conservar la unidad de integridad inherentes a las épocas precedentes. Según Durkheim, la división del trabajo es el mecanismo que en la sociedad moderna, que había perdido en un grado considerable la fuerza consolidadora de la conciencia religiosa colectiva, común, crea el vínculo social deseado, la solidaridad de clases que compensa todos los defectos, relacionados con la estrecha especialización. De este modo, el concepto de solidaridad se convierte en el eje alrededor del cual se instrumenta todo el análisis de la división del trabajo, la precisión de sus funciones.
La
división del trabajo es moral, ya que todos consideran moral la necesidad del orden público, la armonía y la solidaridad. La concepción de Durkheim servía para establecer las condiciones de la conservación de la sociedad; para cumplir la misión principal que él planteaba ante la ciencia sociológica.

El aumento de la "densidad física" ( distancia real)y del volumen de las sociedades esta fuertemente ligado al crecimiento de la "densidad moral o dinámica"(acercamiento y comercio activo), es decir, del nivel de la interacción social que conduce a la división del trabajo.
La división del trabajo, que es un fenómeno social, sólo puede explicarse por otro fenómeno social, y este último es una combinación del volumen (numero de individuos), la densidad material (dist real) y la densidad moral (acercamiento ycomercio activo , ver definición mas correcta adelante) de la sociedad.. Para QUE EL VOLUMEN  se convierta en causa de la diferenciación es necesario agregar la densidad, en ambos sentidos, material y moral. La densidad moral es la intensidad de las comunicaciones y los intercambios de los individuos. Cuanto más elevado es el número de relaciones entre los individuos, más tienden a trabajar juntos. La diferenciación social resulta de la combinación de estos dos fenómenos del volumen y la densidad material y moral.
Para explicar este mecanismo, Durkheim utiliza el concepto de la lucha por la vida, puesto de moda por Darwin, en el siglo XIX.   Con el aumento de la población crece la lucha por la existencia; en esas condiciones la división del trabajo es el único medio para conservar la sociedad, así como para crear una solidaridad social de nuevo tipo y conceder a la sociedad la posibilidad de desarrollo en dirección progresiva.
Analizaba la división del trabajo desde el punto de vista moral, creyendo que el
factor fundamental que crea la solidaridad social (la sociedad) es la división del trabajo que él identificaba con el aumento de la especialización.

Para el autor, la división del trabajo que provocó el industrialismo es cada vez más notoria. Esta especialización que para Marx es degradante y alienante, Durkheim la ve como un cambio al cual hay que ajustarse. Esto trae aparejado una separación de los actores y una posible destrucción de la sociedad, que el teórico trata de salvar con la creación de los sindicatos, que mantendrían el sentimiento moral de la sociedad.   
Cree que el estado está formado por sindicatos, una base de agrupaciones profesionales que mantienen a los actores unidos, y en dichas agrupaciones los intereses de los actores demuestran que todos son pares. Cada sindicato reflejará los intereses de sus integrantes, y los representantes de cada uno de ellos se reunirán y llevarán al estado sus intereses. Esta intervención de agrupaciones intermedias es lo que salvará a los actores y a la sociedad de la especialización e institucionalidad del trabajo.
Durkheim afirma que el individuo nace de la sociedad y no la sociedad de los individuos. La primacía de la sociedad con respecto al individuo tiene por lo menos dos sentidos: el primero es el de la prioridad histórica de las sociedades en que los individuos se asemejan unos a otros y están perdidos en el todo, sobre las sociedades cuyos miembros han adquirido, al mismo tiempo, conciencia de su responsabilidad y capacidad para expresarla.  A partir de ésta, surge el segundo sentido, que es la prioridad lógica en la explicación de los fenómenos sociales. Si la solidaridad mecánica ha precedido a la solidaridad orgánica, no es posible explicar los fenómenos de diferenciación social y de solidaridad orgánica partiendo de los individuos.

Formas Anormales de la División del Trabajo
Para el sociólogo, el
capitalismo trae aparejados tres males, los cuales constituyen las formas anormales de la división del trabajo, y que son: la anomia, la desigualdad social y la organización inadecuada de la división del trabajo. Asimismo, buscaba explicar la anomia, es decir, el estado social donde existe una regulación moral propia de la conducta de los individuos.
Anomia: El estado normal de la sociedad –afirma Durkheim– debe caracterizarse por una desarrollada planificación económica y una regulación normativa de las relaciones económicas.
Sostiene que la desigualdad, que genera la desviación de la solidaridad orgánica, es una forma anormal de la división del trabajo.
Toda desigualdad externa –considera– hace peligrar la solidaridad orgánica, la cual existe únicamente eliminando la desigualdad. Desigualdad social: el sistema de clases es quien priva a las masas de la posibilidad de ocupar una posición social de acuerdo con sus aptitudes; de ese modo, dificulta la igualdad de posibilidades, lo cual conduce a un intercambio injusto de servicios. No podía concebir una sociedad donde fuesen abolidas por completo la propiedad privada y toda desigualdad, pues estimaba que existirían siempre, aunque las relaciones entre ellas cambiarían. El acceso a bienes materiales se regularía por las aptitudes naturales de los individuos, por su talento".

Organización inadecuada de la división del trabajo: es la última de las formas anormales, y surge cuando la actividad profesional del obrero se torna insuficiente por falta de coordinación de las acciones. La solidaridad de la organización social crecerá si el trabajo se vuelve más intenso y organizado.
Las vías propuestas por el sociólogo para acabar con los males del capitalismo eran utópicas. Afirmaba que la sociedad no puede desarrollarse y prosperar si se oprime al individuo. Estimaba que el hombre y la sociedad tienen relaciones de interdependencia; cada parte se interesa en el desarrollo y la prosperidad de la otra. Creía, a su vez, que la felicidad y el bienestar del individuo dependían del estado de la sociedad; son más grandes cuanto más ordenada sea la vida social, y, por lo tanto, cuanto más garantizados estén los derechos y las libertades de los individuos.
En la interpretación de Durkheim, las bases de una organización social de tipo superior están constituidas por la igualdad, la justicia y la libertad. La sociedad se funda con los lazos morales, con la aspiración hacia el ideal, con relaciones morales que puedan y deban ser respetadas, tal es la piedra angular del reformismo de Durkheim.


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