EL DIAGNOSTICO EN ORIENTACIÓN VOCACIONAL - Bohoslavsky, R

El primer diagnóstico

Es una respuesta a las preguntas ¿quién es esta persona?, ¿qué le ocurre? ¿por qué elegir una carrera o un trabajo le acarrea dificultades? Es de importancia fundamental y de la eficacia con que se lo realice dependerá que el trabajo futuro no conduzca a un proceder arbitrario y caótico. De todos modos, no es más que una aproximación, una tentativa supeditada a continuas reformulaciones.

 

Del primer diagnóstico surge un pronóstico relativo a la “orientabilidad” del entrevistado, que le permite al psicólogo formularse una estrategia en cuanto a la tarea que emprenderán juntos.

 

Es importante la clarificación de la dinámica interna del entrevistado, que abarca además de los conflictos y dificultades referidos a la elección de carrera o trabajo, a la persona toda. Quizá por ello la principal dificultad para el psicólogo no es la de hacer un diagnóstico de personalidad, sino un diagnóstico relativo a la problemática vocacional (dos personas con la misma estructura de personalidad no tienen necesariamente el mismo diagnóstico en cuanto a problemas vocacionales). Son problemas vocacionales todos aquellos que implican poner en juego mecanismos de decisión ante opciones ocupacionales.

 

La primera entrevista

El objetivo fundamental es la elaboración del primer diagnóstico, eventualmente la formulación del contrato de trabajo y, eventualmente, la derivación del entrevistado. Ha de facilitar un grado tal de comunicación que le permita al psicólogo comprender al consultante y a éste comprender el modo en que trabajarán juntos en el futuro. Es una entrevista, no un interrogatorio, por lo que asume un carácter abierto.

 

Es de primordial importancia el análisis del primer planteo que formula el entrevistado. Ahí está condensada toda su problemática vocacional.

 

La elaboración del primer diagnóstico

Se efectúa sobre los datos recogidos en la primera entrevista (o primeras entrevistas). Interesa comprender la dinámica predominante en la situación actual que atraviesa, sus puntos de urgencia y configuraciones conflictivas.

 

Si la identidad vocacional es “la autopercepción, elaborada a lo largo de la vida del sujeto, en términos de trabajo o estudio”, los problemas de orientación vocacional reflejan obstáculos no superados durante su desarrollo.

 

Criterios para la elaboración del diagnóstico

1.       Manejo del tiempo: La elección no es un momento detenido en el desarrollo de una persona, sino una conducta incluida en un continuo proceso de cambio de la personalidad. No es una sucesión ordenada, sino “construida” desde cada paciente. Es “instrumentalizado” por las personas, que pueden actualizar lo pasado, postergar el presente, o hacer pasado el futuro.

Toda elección implica un proyecto, y un proyecto no es otra cosa que una estrategia en el tiempo.

El pasado es para el adolescente e colegio secundario, los compañeros, sus aspectos infantiles, las relaciones familiares, etc. (su mundo conocido). El futuro es la universidad, la responsabilidad social, el esfuerzo personal, la independencia familiar, etc. (el mundo adulto).

2.       Momentos que atraviesa en cuanto al proceso de decisión: Hay 3 momentos:

a.        Selección: Pone en juego la función yoica de discriminación. Son tanto los objetos externos como internos. El fracaso puede conducir a proyecciones e introyecciones masivas que se traducen en un “no poder ver” y “no poder verse”. Si la patología se da aquí el adolescente manifestará indiferencia (las carreras son equivalentes e intercambiables), confusión casi absoluta en cuanto a clasificaciones afectivas de carreras y profesiones.

b.       Elección: Implica establecimiento de vínculos diferenciales con los objetos, la capacidad de establecer relaciones satisfactorias y estables con los objetos. Las alteraciones en este momento se caracterizan por bloqueos afectivos o, por el contrario, por “enamoramientos” maníacos con una u otra porción de la realidad ocupacional.

c.        Decisión: compromete un proyecto de relativo largo plazo y, componentes ligados a la función yoica de regulación y control de los impulsos. La posibilidad de elegir está ligada a la posibilidad de soportar la ambigüedad, resolver conflictos, postergar o graduar la acción, tolerar la frustración, etc.

3.       Ansiedades predominantes:

Toda primera entrevista desencadena en el entrevistado, ansiedades de tipo persecutorio predominantemente, debido a la situación nueva, pero puede ir variando el tipo de ansiedad a lo largo de la entrevista.

 

Igual lo que más interesa para la elaboración del diagnóstico vocacional, más que el tipo de ansiedad, es el monto, el objeto al cual está ligada, le persistencia o movilidad y el tipo de mecanismo defensivo que desencadena.

 

Tipos de ansiedad: confusional, persecutoria y depresiva. Cabe aclarar que en muchos casos lo que aparentemente aparece como ansiedad confusional ante la carrera, la elección o el futuro, es en realidad un derivado de una ansiedad básica persecutoria, que hace “estallar” los límites del Yo, destruyendo toda capacidad discriminativa. Leibovich de Duarte propone clasificar las “fantasías y temores” según sus manifestaciones clínicas en:

-        Referidas a la imagen de sí: Impotencia, omnipotencia, dependencia, etc.

-        Referidas al futuro: Miedo al fracaso, aburrimiento, mediocridad, rivalidad y envidia, etc.

-        Referidas a la vida universitaria: Estar sobreexigido, no poder cumplir con el ingreso –considerado un rito de iniciación-, etc.

-        Referidas a la escuela secundaria: Desvalorización, no poder discriminar materia-profesor, materia-facultad, materia-profesión, etc.

4.       Carreras como objetos y sus características

Las carreras constituyen el qué de su conducta de opción. Pueden ser analizadas como objetos de la conducta del adolescente. Estos objetos pueden acompañar, proteger, perseguir, destruir, reparar, vaciar, frustrar, confundir, sobreexigir, retener, agredir, etc. en la fantasía del sujeto, independientemente de lo que la carrera o profesión es “en realidad”. Interesa más comprender el tipo de vínculo subyacente que ha determinado la “coincidencia”, “correlación” o “contradicción” aparente entre las carreras o relación entre las materias que le gustaron en el secundario y la carrera mencionada.

 

-        Primer planteo: Es importante observar la cantidad de carreras que menciona en el primer planteo. Puede no hablar de ninguna carrera, o bien hablar de todas, o de dos, o de varias como preferidas. Expresa respecto de ellas sus gustos y rechazos y el análisis de su mensaje permite ver la fantasía dominante, las ansiedades y los mecanismos defensivos.

-        No mencionar ninguna carrera: O plantear que ninguna le interesa especialmente, revela un mundo externo confuso, no catectizado, en el cual Yo, inmaduro, fracasa en sus intentos de discriminación. La ansiedad que aparece es muy alta o muy baja (por un intenso bloqueo). Parece que el propio Yo es el objeto peligroso, al que hay que mantener a raya, negando sus gustos, intereses, motivaciones y metas.

-        Inclinación igual por todas las carreras: Revela un mundo exterior tan confuso como el anterior, con la diferencia que en éste sí está catectizado. El Yo es igualmente inmaduro, pero posiblemente el déficit no se da tanto en el momento de la selección (función discriminativa), sino en el de elección (relación más o menos permanente con los objetos). La ansiedad manifiesta en estos casos es baja, debido a un alto monto de omnipotencia. Hablan de proyectos para seguir en algún orden todas las carreras que existen.

-        Preferencia por dos carreras: El mundo externo aparece relativamente claro y diferenciado. Supone que su Yo tiene suficiente grado de madurez para seleccionar y elegir. La dificultad suele presentarse en el momento de la decisión. La ansiedad predominante es persecutoria (conflicto divalente) e intensa. De su resolución dependerá que pueda tomarse una decisión.

-        Mención de varias carreras: El mundo externo ya no aparece en forma divalente sino polivalente y los objetos valiosos para el Yo están dispersos en varios sectores del mundo ocupacional. La ansiedad es baja, correlacionándose posiblemente con esta “distribución” de objetos buenos y malos y mostrando cierta estereotipia en las defensas.

5.       Identificaciones predominantes

Aquí se tratan las conductas de conocimiento y reconocimiento de la situación de oportunidad que atraviesa.

 

Se incluye el análisis de los gustos por las carreras, los intereses y los intentos reparatorios que desde la perspectiva adolescente serán satisfechos al decidirse en favor de una de ellas.

 

Una buena elección depende de identificaciones no distorsionadas, donde surja del análisis de los sistemas actitudinales, una confrontación de la fantasía con la realidad: la confrontación del Yo y el mundo externo de lo conocido y desconocido, del mundo adolescente y el mundo adulto, de los estudios secundarios y universitarios, etc. Esto depende de funciones Yoicas tomo la adaptación a la realidad (diferenciar figura y fondo, significados culturales, etc.), la interpretación de la realidad (buena percepción y orientación témporoespacial) y el sentido de realidad (buena delimitación entre Yo y no-Yo).

 

La identidad vocacional no se reduce a un ajuste satisfactorio de esas identificaciones, pero deben ser diagnosticadas lo antes posible, para prevenir malas identificaciones o resolverlas mediante la información o el esclarecimiento según una estrategia derivada de este primer diagnóstico.

6.       Situaciones que atraviesa

Como toda situación de cambio, la elección de futuro implica siempre un incremento de conflictos. El conflicto se manifiesta en toda opción como una duda que es necesario resolver. Ante esa duda los adolescentes pasan por cuatro situaciones:

1.     Situación Predilemática: Es aquella, por la que pasa el adolescente que “no se da cuenta” que tiene que elegir. Es traído a consulta y no comprende qué se espera de él, cuál es la dificultad que “los otros” suponen que él tiene. Se trata de una inmadurez tal que el caso tendrá que ser derivado a tratamiento psicoterpéutico, a menos que en la primera entrevista el adolescente pueda pasar de esta situación a la siguiente (dilemática).

La ansiedad es confusional, baja. La conducta manifiesta es de extrema dependencia. Durante la entrevista hablan poco, generalmente responden a las preguntas en forma escueta, sin caer en compromisos afectivos. El problema de la orientación vocacional parece no preocuparles ni remotamente. En todo caso, plantean que aceptarían que “me hicieran un test”, pero sólo para dejar conforme “a mi familia”, sin obtener nada para sí mismos.

2.     Situación Dilemática: Aparecen aspectos confusionales. La persona sí se da cuenta de que enfrenta una duda, una dificultad en un momento de cambio. Suele observarse una conducta exterior con un alto monto de ansiedad. Las fantasías predominantes son agarofóbicas o claustrofóbicas (“quedarse encerrado entre los cuernos del dilema”). Los adolescentes que no logran superar esta situación revelan un fracaso bastante profundo en sus funciones de discriminación, por lo cual difícilmente puedan efectuar una buena selección para una posterior decisión.

3.      Situación Problemática: Se caracteriza por un grado óptimo de conflicto, que el adolescente está en condiciones de superar. Está realmente pre-ocupado. Sus funciones Yoicas están al servicio de un análisis exhaustivo de la situación. El aspecto manifiesto de su conducta revela que puede usar su capacidad para mirar, pensar y actuar en lo que concierne a su mundo futuro.

4.     Situación de Resolución: Se caracteriza por la calidad y el monto de ansiedades vinculadas a la elaboración normal de un duelo. Aquí el adolescente ve reactivados sus antiguos mecanismos puestos al servicio de la elaboración de situaciones de pérdida. Es capaz de reconocer su miedo y tristeza. Es raro que en la primera entrevista el adolescente revele que está pasando por esta situación. Esto es más propio de la última entrevista. Su conducta exterior es la de una persona “cansada pero contenta” cuando su duelo ha sido elaborado. Si éste no ha sido concluido aún, suelen aparecer fantasías ligadas al fracaso en los estudios o planteos vinculados a la idea nostálgica de seguir todas las carreras. A menudo emergen defensas momentáneas como la regresión (vuelve a pedir que elijan por él), la represión, la negación (de su propia capacidad de decisión), la idealización.

7.       Fantasías de resolución

Corresponden a las expectativas conscientes o inconscientes ante el proceso de orientación vocacional, a la definición de la situación inmediata futura de la que forma parte el psicólogo (“fantasías de curación”, según Ulloa). Integra aspectos transferenciales en torno a dos anclajes: de búsqueda y rechazo. El adolescente siente en forma consciente o no, que para poder llegar a elegir y decidir necesita alcanzar metas intermedias y eliminar o superar obstáculos intermedios. Puede buscar una o más de las siguientes situaciones:

a)       Libertad: Aquí hay que pesquisar cómo cree el adolescente que alcanzará su emancipación. Asume la forma de competencia, rebelión o sometimiento a las figuras de autoridad que son transferidas al orientador vocacional.

b)      Apoyo: Puede manifestarse de modo directo (“vengo para que me diga qué carrera es la que me conviene seguir”) o indirecto (pedido de información sobre la propia persona: “¿cree que soy apto para tal carrera?”; “¿será ingeniería realmente mi vocación?”).

c)       Permiso: Los adolescente aceptarán mejor un contrato cooperativo con el psicólogo, ya que lo que esperan es una situación pautada socialmente, en la que puedan reactualizar en una síntesis las elecciones efectuadas en su fantasía y solicitan la participación de un socio de rol permisivo (el psicólogo).

 

En las fantasías de resolución, el rechazo no sólo ha de ser analizado en términos de identificaciones, sino también en cuanto a la relación transferencial. El adolescente puede fantasear que sólo podrá elegir bien si deja de lado “las pavadas” de su adolescencia y se convierte de un día para otro en “un hombre serio”, o bien si se comporta como un buen “paciente”, dejando de lado sus rebeldías y sus ganas de “hacer lo que le parezca”.

 

Modalidades de vínculo transferencial

1.       Mágica: El psicólogo es investido con las características de un ser omnipotente, que todo lo hace por el adolescente.

2.       Filio-paterna: El adolescente fantasea que si él “se porta bien” el psicólogo se pondrá de su parte, lo apoyará y aconsejará, aliviando sus dudas, conflictos y desconfianzas. En este caso, acepta de buen grado la consigna.

3.       Autoconfiada: Se caracteriza por cierta dosis de omnipotencia, que hace creer al adolescente que le bastarán dos o tres “ideas” o “sugerencias” del psicólogo para que pueda “arreglárselas solo”. Es posible que el adolescente no llegue a aceptar un contrato que le parezca prolongado, y en caso de aceptarlo, es posible que intente abandonar el proceso en cuanto haya alcanzado el momento de elección y antes de llegar al de decisión.

4.       De aspiración: Se caracteriza por el sentido de oportunidad que el adolescente asigna al proceso de orientación. Aceptará el contrato de buen grado El vínculo será de cooperación con quien ha de brindarle la oportunidad de aprender a elegir.

Es necesario diferenciar lo que el adolescente “necesita” y lo que “demanda” (fantasía consciente de resolución; lo que pide abiertamente, y que contesta a la pregunta: “qué espera Ud. de la orientación vocacional?”). Lo que necesita puede ser algo distinto.

8.       Deuteroelección

Define el proceso de cómo eligió elegir el adolescente (deuteroaprendizaje=aprender a aprender). Se evidencia cuando el sujeto plantea qué eligió decir y qué emitir. Muestra cómo eligió enfrentar una situación nueva: la entrevista con el psicólogo.

 

La Deuteroelección es el centro de la actividad clínica en cuanto orientación vocacional se refiere, porque es precisamente la oportunidad de aprender a elegir/decidir.

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