Temporetti, F. - El pragmatismo (clásico) y la metodología de la investigación


El Pragmatismo fue un movimiento intelectual –filosófico, psicológico y educacional- expresión neta de la cultura norteamericana hacia el final del Siglo XIX y principios del Siglo XX. En la actualidad el pragmatismo esta siendo objeto de una recuperación muy importante por parte de filósofos, pensadores y psicólogos. Emerge de una rica tradición de pensamiento que, desde el momento mismo de la aparición de las ciencias sociales y humanas, había propuesto una reconstrucción del sentido y de la racionalidad práctica basada en la intersubjetividad de los conocimientos y en la recuperación del sentido común crítico. Me he de ocupar aquí del pragmatismo clásico poniendo énfasis en el Proyecto de Psicología  que elaboran,  en el Programa de Investigación y en la cuestión Metodológica inherente al mismo.
Los representantes más destacados son: Charles Peirce (1839 – 1914) hoy reconocido más como semiólogo aunque la influencia de su teoría en la psicología sigue siendo de relevancia por su perspectiva social y crítica. William James (1842 - 1910) considerado otro de los padres de la psicología científica. John Dewey (1859 - 1952), a quien se lo identifica sobre todo con el concepto de actividad y con la propuesta innovadora y progresista de la Escuela Activa y George Mead (1863 – 1931) otro pionero en el desarrollo del enfoque social de la psicología.
Cuando me refiero al Pragmatismo para identificar un Proyecto de psicología y un enfoque metodológico quiero hacer una salvedad. Los pensadores –todos ellos de formación amplia, diversa con sólida base filosófica- piensan la realidad humana de forma integral. Todos ellos adhieren a la cosmovisión pragmática pero no aparecen como un grupo homogéneo con un programa científico sistemático sino que lo que los agrupa  o tienen en común una serie de principios o supuestos teóricos y metodológicos que más adelante voy a desarrollar. Mi idea es que no se puede estudiar y aprehender en su real dimensión la Metodología de la Investigación Psicológica contemporánea privándonos del aporte trascendental que este movimiento intelectual ha ejercido en nuestra cultura científica.

El significado del término “pragmatismo”
 
En el habla cotidiana, en discurso de nuestras academias de psicología el término "pragmatismo" no coincide con el significado atribuido por sus creadores. Casi siempre se lo asocia a “experiencia”, a “práctica” con connotaciones de  “mera eficacia material”, “falta de principios”, “astucia”, “cinismo”. Por lo general esta significación suele ir acompañada con una actitud de repulsa. Según esta versión devaluada, pero ampliamente difundida del pragmatismo, esta forma de enfocar los problemas reduce el valor de verdad de los enunciados a su utilidad para el individuo, a su conveniencia e interés. La verdad, en estos casos queda reducida a criterios de utilidad y confinada en la estrechez de miras del interés privado y egoísta de uno individuos aislados. Así garantizando al individuo en su omnipotencia en los asuntos que le son privativos se ponen las bases de un capitalismo egoísta tantas veces identificado con el sistema económico norteamericano.
Este desprestigio del término "pragmatismo" no es sólo una cuestión contemporánea, ni local, muy por el contrario tiene su historia tanto en la América del norte, donde surge, como en Europa, por donde se expandió.  En 1907, Peirce escribió: “Es ahora el momento oportuno para explicar lo que es el pragmatismo. Debo, sin embargo, introducir esta explicación con una afirmación de lo que no es, ya que muchos escritores, especialmente de la muchedumbre numerosa como las estrellas de la progenie de Kant, a pesar de las declaraciones de los pragmatistas, unánimes, reiteradas y muy explícitas, permanecen todavía incapaces de "captar" a dónde nos estamos dirigiendo, y persisten en retorcer nuestro propósito y nuestra finalidad”. Algunos autores sostienen que, por ejemplo  Wittgenstein, que -como es sabido- evolucionó a posiciones decididamente pragmatistas, rehusó utilizar el término dada las ambigüedades y rechazos que generaba.
Más allá del debate que la concepción del pragmatismo pueda originar, los argumentos que sostienen esta versión no hacen justicia con el pensamiento pragmático clásico que, entre otras ideas, postula una reconstrucción comunitaria del sentido basada en el pluralismo epistemológico y metodológico, la fiabilidad del conocimiento, la intersubjetividad y la comunicación como garantes de la verdad en el seno de una comunidad de investigadores. Son estos aspectos lo que vamos a rescatar aquí.
Los creadores -Peirce y James- se refieren al pragmatismo como un “modo de pensar”.  El pragmatismo no es una doctrina de metafísica ni tampoco un intento de determinar la verdad de las cosas, sino sólo un método para averiguar los significados de las palabras brutas y de los conceptos abstractos. William James (1907) sostuvo que con el término pragmatismo aludía a un modo de pensar. En el tienen cabida teorías distintas y puede aplicarse a diferentes disciplinas. De este modo el pragmatismo fue concebido esencialmente como un método que ayuda a decidir y reglamentar el significado de las creencias, las ideas y los usos del lenguaje. Se podría decir que se trata de conocer y formular las consecuencias empíricas que resultan del uso, la experimentación o la actuación sobre una idea dada en determinadas circunstancias. Peirce, por su parte, entendió el pragmatismo como un método de averiguar los significados, no de todas las ideas, sino sólo de aquellas que denominó "conceptos intelectuales", es decir, de aquellas sobre cuya estructura pueden girar los argumentos relativos al hecho objetivo. En su artículo titulado Qué es el pragmatismo (1904) Peirce discurre acerca del propósito y consecuencias del mismo, enfatizando la importancia de la experimentación y explicando cómo el significado de cada proposición está en el futuro. Concluye sosteniendo que, en tanto que el pragmático considera la Terceridad como un ingrediente esencial de la realidad, sólo puede gobernar a través de la acción, y la acción no puede surgir excepto en el sentimiento. Es la dependencia que tiene la Terceridad de la acción (Secundidad) y del sentimiento (Primeridad) lo que distingue al pragmatismo del idealismo absoluto de Hegel.
El pragmatismo sitúa en el centro del escenario el concepto de acción. La esencia del hombre es su actividad: nadie puede dejar de actuar en un sentido o en otro. El ser humano a diferencia de otros seres activos es capaz de orientar su actividad según fines en alguna medida creados o decididos por él, en forma individual o colectiva. El conocimiento no es una disposición independiente de la que hacemos pleno uso cuando actuamos, sino que es una parte continua e inseparable del hacer orientado hacia fines. El conocimiento es un tipo de actividad. Lo privativo del ser humano no sería el pensamiento o el conocimiento por contraposición a la acción, sino la capacidad de actuar reflexiva y creativa. La acción humana no se produce de manera directa a través de movimientos físicos y esfuerzos musculares, sino indirectamente mediante manipulaciones conceptuales y operaciones simbólicas. Los valores de utilidad (técnica), satisfacción (práctica) y verdad (teorética) se aúnan en la acción. Conocimiento, acción y fines aparecen en este esquema vinculados entre sí de un modo perfectamente obvio; lo verdadero, lo satisfactorio y lo útil confluyen aquí en una misma cosa, siendo su diferencia sólo de punto de vista. El pragmatismo clásico es un método en el cual la verdad de una proposición es medida por su correspondencia con resultados experimentales y por su consecuencia práctica. Así pues, los pragmatistas esperan que esa verdad sea modificada de acuerdo con los descubrimientos que se hagan y consideran que ella es relativa al tiempo, al lugar y al propósito de la investigación. 

Principios y supuestos del pragmatismo tradicional

En 1868, Peirce  escribió una serie de artículos contra el cartesianismo e inicio la construcción de un nuevo sistema filosófico que enfrentara los supuestos cartesianos en su raíz misma, sosteniendo como un concepto central el de la “comunidad de investigadores”. Toda la tradición pragmática se hizo eco de esta rebelión en contra de principios centrales del cartesianismo tales como:
   * La dualidad ontológica mente / cuerpo
   * El individualismo subjetivo
   * El método de la duda universal como medio de alcanzar la certeza.
   * La concepción del lenguaje y los signos como disfraces externos del pensamiento
   * La concepción de que la misión de la Filosofía consistía en conocer clara y distintamente una realidad determinada.
Entre los supuestos básicos compartidos por los pensadores pragmáticos, que dan identidad al este movimiento y constituyen la trama base en la cual se entreteje la metodología de la investigación propuesta vamos a destacar los siguientes:
   * La confianza puesta en la experiencia y en la experimentación.
El reconocimiento que si un concepto no puede traducirse en términos de experiencia o praxis, carece de significado La metodología de la de la ciencia experimental enlaza el pensamiento con la acción y confiere autoridad definitiva a los procedimientos empíricos. Cualquier idea importante es fundamentalmente una hipótesis y una hipótesis es un plan para un acto o experimento a desarrollar y la expectativa del resultado que siga a la ejecución del acto planteado. Por lo tanto la prueba de validez de la idea está en los efectos que produce al ser llevada a la acción. El método pragmático propone interpretar los conceptos en función de las consecuencias que estos tienen para la experiencia o la práctica. En síntesis: (1) Destacan la vinculación del pensamiento con la acción. (2) Confieren autoridad a los procedimientos empíricos. (3) La autoridad debe ser apoyada en métodos cooperativos de investigación experimental.
   * El anti fundamentalismo.
En una serie de artículos publicados en 1868 Peirce presenta un conjunto de argumentos en contra de la idea de que el conocimiento se apoya en fundamentos fijos y que los hombres posean una facultad especial que les permita conocer esos fundamentos. Para lograr su objetivo elaboró una teoría de los signos en la que los intérpretes siempre y necesariamente están abiertos a nuevas interpretaciones y correcciones críticas. La búsqueda de las certezas indudables es un desvarío de la razón humana que debe ser superado y sustituido por una versión más modesta pero a la larga más científica y valedera a la larga.
   * El falibilismo.
La renuncia al fundamento no equivale a la aceptación del relativismo. La alternativa que plantean es el falibilismo que consiste en señalar que, a pesar de la necesidad de iniciar la investigación con prejuicios y de que no podemos cuestionar todo a la vez, debemos aceptar que no hay creencias o tesis que no estén abiertas a nuevas interpretaciones o críticas. Peirce sustituye la metáfora del fundamento por la metáfora del cable. En filosofía y en la investigación científica debemos confiar en la multitud y variedad de argumentos en vez de hacerlo en uno de ellos. El razonamiento debe ser como un cable formado por multitud de delgadas fibras unidas entre sí. La vigencia de la probabilidad y la hipótesis en el razonamiento científico
   * El anti formalismo.
Ponen énfasis en la función instrumental de las ideas sobre la función representativa. Aunque el pragmatismo puede ser visto como una revolución contra el formalismo no niega la utilidad, en ciertos contextos de modelos formales. Lo que critica  es la idea de que los modelos formales describan una condición a la cual puede o debe aspirar el pensamiento racional. El antiformalismo pragmático es la negación que el método científico se pueda agotar en un manual de reglas o en una lógica inductiva formalizada. No se puede reducir el trabajo de la ciencia sólo a seguir un conjunto de reglas mecánicas.
   * La comunidad crítica de investigadores.
Si somos falibles nuestras perspectivas nos limitan. La comunidad crítica de investigadores es un ideal regulativo. El supuesto en que se sostiene es que sólo ofreciendo nuestras hipótesis a la discusión crítica de los demás podemos conocer la validez de lo que sostenemos, solo en el encuentro con el otro, con el diferente, con lo ajeno podemos detectar lo limitado, lo parcial y lo ideosincrático.
   * La defensa del pluralismo y diversidad.
La tradición pragmática se precia de ser plural. Afirma la necesidad de apertura y la pluralidad de tradiciones y perspectivas tanto en la filosofía, la epistemología  como en la psicología. Las doctrinas y los fundamentalismos religiosos ven en la diversidad y el pluralismo un signo de la decadencia social, de cuestionamiento a los dogmas establecidos.
   * El antidualismo y la superación de las dicotomías.
Es la posición contra el dualismo y las dicotomías clásicas: sujeto/objeto, teoría/práctica, razón/sensibilidad, razón/sentimientos, hechos/valores, individuo/comunidad, mente/materia. Proponen una síntesis generadora basada en la acción y en la experiencia.
   * El supuesto de la condición social del Yo y de la conciencia.
La conciencia individual es dependiente de las prácticas sociales compartidas. Hay un descentramiento del sujeto. Mead fue pionero en el desarrollo del yo social y de la intersubjetividad práctica.
   * La contingencia radical y el azar.
La contingencia y el azar, frente a la universalidad y la necesidad, marcan nuestras investigaciones y nuestras vidas. Peirce desarrolló una serie de argumentos contra la doctrina de la necesidad mecánica. Para los pragmatistas vivimos en un universo abierto que siempre es amenazante y riesgoso debido a la inestabilidad pero al mismo tiempo es una fuente de oportunidades. Dewey defenderá la importancia de una inteligencia reflexiva y crítica para enfrentar las contingencias que se nos presentarán. Las doctrinas de la evolución y el relativismo histórico acentuaban la idea del cambio, la plasticidad y la adaptación en el conocimiento humano
   * El constructivismo.
Lo real no es algo predeterminado, dado de antemano, sino más bien aquello que la investigación y el razonamiento alcanzarán eventualmente como independiente de los sueños de cada uno. La teoría pragmática de la verdad según la cual ésta es un atributo de las ideas y no de la realidad y se apega a tales ideas en la medida en que estas resulten útiles para el propósito con el que se las invoca.
   * La importancia del método.
El pensar aparece estrechamente ligado al como hacerlo, eso es lo fundamental. El método es lo primero, hay una insistencia pragmática sobre la esencialidad del método. Un método empírico, reflexivo, crítico y cooperativo de la investigación experimental.

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