Freud, S. - Obsesiones y fobias: su mecanismo psíquico y su etiología



Las obsesiones y las fobias no pertenecen a la neurastenia ni tienen degeneraciones mentales. Las obsesiones y fobias son neurosis separadas, con un mecanismo especial cada una. La diferencia esencial entre obsesiones y fobias consiste en que en la obsesión hay siempre dos cosas: una idea que se le impone al enfermo y un estado emotivo asociado. En las fobias ese estado emotivo asociado es siempre la angustia, mientras que en las obsesiones puede ser la ansiedad, la duda, el remordimiento la cólera. El estado emotivo es lo principal, ya que permanece inalterado en tanto que la idea asociada varía. El estado emotivo permanece idéntico, la idea cambia. El estado emotivo como tal siempre está justificado. Hay dos caracteres en los que se apoya el sesgo patológico: 1- el estado emotivo se ha eternizado y 2- la idea asociada ya no es la idea justa, la idea original; en relación con la etiología de la obsesión, ella es un reemplazante, un sustituto. En el origen de la obsesión se halla la idea original sustituida. Las ideas sustituidas tienen caracteres comunes, corresponden a impresiones verdaderamente penosas de la vida sexual del individuo, que ese te ha esforzado por olvidar. Solo ha logrado reemplazar la idea inconciliable por otra inapropiada para asociarse con el estado emotivo, que permaneció idéntico. Es este falso enlace entre el estado emotivo y la idea asociada lo que explica el carácter absurdo de las obsesiones. La idea orinal puede estar reemplazada por otra idea, o bien por actos o impulsiones que en el origen sirven de alivios o procedimientos protectores, y ahora se encuentran en una asociación grotesca con un estado emotivo que no concuerda con ellos, pero ha permanecido el mismo, está justificado como el origen. Esta situación logra consumarse porque a menudo se halla una predisposición psíquica especial, una herencia similar. El motivo de esta situación es un acto de defensa del yo contra la idea inconciliable. La desaparición del estado emotivo asociado a la idea obsesiva se vuelve imposible mientras dure el estado anímico. Las obsesiones son múltiples y más especializadas, mientras que las fobias tienden a ser monótonas y típicas. Se pueden distinguir dos grupos entre las fobias, caracterizados por el objeto del miedo:

Fobias comunes: miedo exagerado a las cosas a las que todo el mundo aborrece o teme un poco (la noche, la soledad, la muerte, las enfermedades, los peligros, las serpientes).

Fobias ocasionales: miedo a condiciones especiales que no inspiran temor en el hombre sano (agorafobia, fobias de locomoción). Estas fobias no son obsesivas. El estado emotivo no aparece aquí sino en condiciones especiales que el enfermo evita cuidadosamente.

El mecanismo de las fobias es completamente diferente al de las obsesiones. Ya no es el reino de la sustitución, aquí no se revela una idea inconciliable. Siempre se encuentra la ansiedad, que ha puesto en primer plano todas las ideas aptas para devenir objeto de una fobia. La angustia de ese estado emotivo que está en el fundamento de la fobia no deriva de un recuerdo cualquiera. Las fobias forman parte de las neurosis ansiosas, y casi siempre van acompañadas por otros síntomas de la misma serie. La neurosis ansiosa es de origen sexual, pero no se reconduce a unas ideas extraídas de la vida sexual; carece de mecanismo psíquico en sentido propio. Su etiología específica es la acumulación de la tensión genésica, provocada por la abstinencia o la irritación genésica frustránea. Una fobia y una obsesión pueden combinarse.  

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