Esquizofrenia




La Esquizofrenia es denominación común para un grupo de trastornos mentales con variada sintomatología. En sentido literal, esquizofrenia significa "mente dividida", sin embargo, a pesar de la concepción popular que se tiene de este trastorno, no se produce una disociación de la personalidad (el paciente no se comporta como dos personas distintas). La esquizofrenia empezó a entenderse como enfermedad diferente del resto de las psicosis a principios del siglo XX.


Síntomas


Los síntomas de la esquizofrenia no aparecen de manera simultánea. Afectan a las áreas del pensamiento, las percepciones, los sentimientos, los movimientos y las relaciones interpersonales. Las alteraciones del pensamiento se traducen en la incapacidad para establecer conexiones lógicas, o en la aparición de delirios. Las alucinaciones son la principal alteración de la percepción, y las más frecuentes son las auditivas: el paciente oye sus propios pensamientos en


voz alta, o escucha voces imaginarias que le ordenan realizar ciertos actos, o realizan comentarios. Las reacciones emocionales son frías o inapropiadas. Las alteraciones del movimiento se manifiestan de dos formas: la catatonia es una situación poco frecuente en la que el paciente mantiene una postura rígida durante largos periodos de tiempo; sin embargo son más frecuentes los movimientos incongruentes y reiterativos realizados de forma impulsiva. Las relaciones interpersonales se deterioran progresivamente, ya que el paciente esquizofrénico tiende a ser introvertido.


Los primeros síntomas de la esquizofrenia suelen aparecer antes de la edad adulta: los primeros episodios acontecen durante la adolescencia o al principio de la edad adulta, y se continúan con episodios sucesivos. Se van deteriorando la capacidad laboral y las relaciones sociales, y el paciente es cada vez más dependiente de los demás. A la vez pueden manifestarse cualquiera de los síntomas indicados previamente.


La degradación tan profunda que produce la esquizofrenia no puede ser descrita en términos de la simple enumeración de sus síntomas: se trata del trastorno mental más devastador. A pesar de que el discurso incoherente y el comportamiento extravagante de los pacientes pueden resultar cómicos en ocasiones, existe un conflicto interior que es una fuente de tormento. El paciente vive con la angustia de ser incapaz de controlar sus propios pensamientos y de obedecer a unas órdenes que proceden del exterior, tiene una visión distorsionada de la realidad


que le aísla de los demás. Todo ello hace de esta enfermedad uno de los procesos más incapacitantes para el individuo.


Causas


Los científicos coinciden en que no existe una causa única de la esquizofrenia, sino que su aparición resulta de la combinación de factores biológicos, psicológicos y culturales (los mismos que configuran la personalidad en circunstancias normales). La incidencia de la esquizofrenia está en torno del 0,03 al 0,12% anual en la población mayor de 15 años. La prevalencia es del 0,01 al 3% en todo el mundo. La esquizofrenia tiene una cierta influencia


familiar así, los familiares cercanos de los pacientes esquizofrénicos tienen más riesgo de padecer este trastorno que la población general. Mientras el riesgo promedio de padecer esquizofrenia está en torno al 1%, el 10% de los niños nacidos de padres esquizofrénicos desarrollarán la enfermedad. Todavía no se sabe con certeza si ese elevado porcentaje se debe a la transmisión hereditaria de la enfermedad, o a las alteraciones psicológicas del niño educado por un progenitor con trastornos mentales acusados.


En los últimos años se ha demostrado que la esquizofrenia puede tener su origen en un defecto genético hereditario. Por ejemplo, entre los gemelos idénticos (que tienen los mismos genes), cuando uno de los dos es esquizofrénico, las posibilidades de que el otro presente el mismo trastorno van del 35 al 58%. Todavía se desconoce el factor que se transmite de forma hereditaria (una alteración biológica, un trastorno neurológico o un defecto enzimático); muchos científicos consideran que la herencia juega un papel variable como causa de la esquizofrenia, y que tiene mayor o menor influencia según los casos.


La investigación en el campo de la psicología ha puesto de manifiesto la relación de ciertos factores ambientales con la esquizofrenia. Los trastornos de comunicación entre los distintos miembros de la familia (comunicación ambigua) puede ser uno de estos factores, aunque no se sabe hasta qué punto esta alteración es la causa o la consecuencia de la esquizofrenia de un determinado miembro de la familia. La falta de organización de la vida diaria en ambientes de pobreza también ha sido relevante; a esto se suma el que las madres de las


familias poco favorecidas tienen con frecuencia problemas de salud que pueden afectar a la salud de sus hijos futuros o recién nacidos.


La investigación neurológica ha aportado numerosos datos que ayudan a comprender las alteraciones propias de la esquizofrenia. Por ejemplo la dopamina, uno de los neurotransmisores cerebrales (sustancias que actúan como mensajeros químicos) está presente en cantidades anormales en el cerebro de los esquizofrénicos. Otro ejemplo es la demostración, gracias a las técnicas de escáner, de alteraciones estructurales en determinadas áreas del cerebro de estos pacientes.


Tratamiento


El tratamiento más efectivo de los síntomas de los pacientes esquizofrénicos es la medicación antipsicótica (Psicofármacos). Estos medicamentos empezaron a utilizarse a mediados de la década de 1950, y gracias a ellos mejoran los síntomas más espectaculares, como es el pánico a la desintegración de la personalidad. Se emplean tanto en el tratamiento de los ataques agudos como en la prevención de ataques sucesivos. Estos medicamentos tienen algunos inconvenientes, como ciertos efectos secundarios (sequedad de boca, mareos) y otros a largo plazo: algunos pacientes que han tomado esta medicación durante años sufren un trastorno conocido como disquinesia tardía caracterizado por movimientos anormales de la boca y de la lengua; su importancia reside en que no tienen tratamiento y pueden continuar a pesar de retirar la medicación. Los psicofármacos no son eficaces en todos los esquizofrénicos, y en algunos casos no producen ningún beneficio. También se utiliza la psicoterapia en sus diferentes modalidades, como tratamiento único o como complemento a la medicación para conseguir la adaptación del paciente al entorno social, o su integración laboral o vocacional.

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