Vernant, J.P. - Imagen, imaginario, imaginación

Extraido del Libro "Entre Mito y Política"

El repertorio de imágenes y la elaboración de un lenguaje plástico se produce hacia el siglo VIII. Es una suerte de renacimiento, y advenimiento de la figuración en Grecia. Este redescubrimiento de la imaginería se da con relación al periodo anterior desde un despojo tan absoluto que alcanza el valor de una creación ex nihilo.
La noción de representación figurada constituye una categoría histórica. Es una construcción.
El antiguo arcaísmo griego ha creado para si un lenguaje de formas plásticas hasta alcanzar, a partir de ídolos que funcionan como actualizaciones simbólicas divinas, la imagen propiamente dicha, concebida como un artificio imitativo que reproduce bajo formas de falso semblante la apariencia exterior de cosas reales.
La categoría de la representación figurada aparece ahora aclarada, con rasgos específicos, la mismo tiempo, se encuentra relacionada con el gran hecho humano de la mimesis –de la imitación- que asegura su fundamento. El símbolo se actualiza, se hace presente en el mundo, transformándose en una imagen (de arte) Desde entonces, la imagen releva el ilusionismo figurativo por que ya no incumbe el terreno de las realidades religiosas.
 
El Idolo: el xoanón. Los Dioses. Al lado del mito y del ritual, todo sistema religioso comporta hechos de representación. La figura religiosas intenta establecer una verdadera comunicación con la potencia sagrada, su ambición es volver presente esta potencia para ponerla a disposición de los hombres en las formas ritualmente requeridas. Pero al buscar tener como un puente hacia lo divino, el ídolo debe marcar al mismo tiempo, en la figura misma, la distancia respecto del mundo humano.
El ídolo no esta hecho para ser visto. Sin embargo, sin ser visible como una imagen, no es con todo invisible. El xoanón esta preso del juego de ocultarse-mostrarse. Lo visible toma el sentido de una revelación, preciosa y precaria, de un invisible que constituye la realidad fundamental.
Figura y acción ritual. El ídolo es inseparable de las operaciones rituales que se ejercen sobre el. La figura tiene necesidad del rito para representar la potencia y la acción divinas. 
El rito apunta a asegurar a un grupo social, de manera estable, la conservación de un símbolo que tiene valor de talismán.
Figuras y objetos simbólicos. La función de ese genero de sacra consiste en testimoniar y transmitir los poderes que la divinidad acuerda como privilegio a sus elegidos, mas que hacer conocer una forma divina al publico. El símbolo no representa al dios, no busca instruir a través de su naturaleza. Expresa la potencia divina en tanto que manipulada y utilizada por ciertos individuos, como instrumento de prestigio social, medio de posesión y de acción sobre otro.

Imagen, imaginario, imaginación.
La imagen, el templo, la publicidad. El templo griego es una morada que no tiene nada de privado. Entre el templo y la estatua hay completa reciprocidad. Como el templo, la imagen reviste un carácter de plena publicidad. A partir de entonces, la estatua no tiene otra realidad que su apariencia. La estatua es ahora representación en nuevo sentido. Liberado del ritual y bajo la mirada impersonal de la ciudad. El símbolo divino transformado en una imagen del Dios.
La figura del cuerpo. Esa mutación se hace a través de un descubrimiento del cuerpo humano (no como realidad fisiológica) y de una conquista progresiva de su forma. Las cualidades físicas puede parecer a la conciencia religiosa de los griegos como valores que sobrepasan al hombre, poderes de origen divino. Solo los dioses los poseen con plenitud como bienes permanentes, inseparables de su naturaleza.
La imagen del muerto. En la representación figurada de la muerte, la belleza de la imagen prolonga, como su equivalente, la del difunto.

Representación e imagen
Ídolo-Icono: Su oposición estaría ligada a un contexto histórico particular y no tendría plenamente sentido mas que en relación con el.
El vínculo que establece la imagen respecto de lo que representa es muy diferente en cada caso. Ídolo e icono constituyen dos modos de representación diferentes. El ídolo es una simple copia de la apariencia sensible, el calo que se ofrece a la vista. El Icono es una transposición de la esencia. Entre el ídolo y su modelo, la identidad es absolutamente de superficie. Entre el icono y eso a lo que remite, la relación se anuda a nivel de la estructura profunda y de significado. Pero, en la pareja Idolo-Icono, los dos términos no son contemporáneos.
Entre Ídolo/icono (semejante a Mito/Logos) antes de la época oscura no había diferencias. Esta sociedad era ágrafa.
En el periodo micénico hay escritura. De su existencia sabemos cerca del S. XIX.  Vernant habla de creación ex nihilo (creación de la nada, como si.) Esto introduce una ambigüedad. Mitos/Logos representan el lenguaje. Ídolo/Icono la figura (cierta figuración) que llevaba oculto la presencia de lo divino.
Importa mas el material de lo que el objeto representa (nada). Es la forma en que la divinidad se da a conocer y se oculta de los hombres. No tiene nada que ver con la representación grafica (representación de algún objeto de lo real). Es la apariencia del objeto. La divinidad no esta en el coloso (la estatua).
Vernant plantea como se pasa de presentar en un objeto a la divinidad a la representación grafica (representación de la apariencia visible del objeto) Se destaca la inocultabilidad bajo una forma humana, en la apariencia. No hay manera de que el humano se engañe. No hay apariencia y esencia oculta.
Icono/Logo -> Lo simbólico.
Ídolo/Mitos -> Lo imaginario.
Lo simbólico y lo imaginario son registros con lo que los seres humanos abordan lo real.
Ídolo e ícono son dos conceptos que, habiendo atravesado la historia de la racionalidad occidental, definen dos maneras de concebir una imagen. Sobre el primero pesa el descrédito platónico del simulacro, imagen desligada de su soporte y por ende engañosa. El segundo, retomado por la teología cristiana, confiere una legitimidad a la imagen de culto pues todo ícono remite a su prototipo. Ambos conceptos se aplican aquí a la cuestión de la identificación durante la adolescencia. En los primeros encuentros con sus objetos, la psique se halla atada a sus ideales, busca una semejanza idólatra, copia los modelos. La relación de un caso clínico ilustra la hipótesis según la cual las identificaciones obedecen a otro proceso. Así, la metabolización de las imágenes se efectúa cuando la creencia, transferida hacia el analista, permite al adolescente separarse de sus antiguos ídolos al reconocer que construye, dentro de sí mismo, una relación con sus imágenes.

Cinco periodos de la filosofía griega: 
  1. Cosmológico: (presocráticos excepto sofistas). Dominado por el problema de descubrir la unidad que garantiza el orden del mundo y la posibilidad del conocimiento humano.
  2. Antropológico: (sofistas y Sócrates) Dominado por el problema de hallar la unidad del hombre en si mismo y respecto de lso demás hombres, como fundamento y posibilidad de la formación del individuo y del armonía de la vida en sociedad
  3. Ontológico: (Platón y Aristóteles) Se ve dominado por el problema de rastrear en la relación ente el hombre y el ser la condición y la posibilidad del valor del hombre como tal y la validez del ser como tal. Este periodo (madurez del pensamiento griego) replantea los problemas de los periodos anteriores.
  4. Ético: (estoicismo, epicureísmo y filosofía helenística) Centrado en el problema de la conducta humana y caracterizado por la disminución de la conciencia del valor teorético de la investigación.
  5. Religioso: (escuelas neoplatónicas y afines) Dominado por el problema de encontrar el camino de la reunión del hombre con dios considerado como único camino de salvación.

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