Nuestro mecanismo psíquico se ha generado por estratificación sucesiva, pues de tiempo en tiempo el material preexistente de huellas mnémicas experimenta un reordenamiento según nuevos nexos, una retranscripción. La memoria preexiste de múltiples formas, registrada en diversas variedades de signos. Las neuronas reciben percepciones que se anuda a la conciencia sin conservar huella alguna. Conciencia y memoria se excluyen entre si. La primera trascripción es insusceptible de conciencia y se graba por simultaneidad. La segunda trascripción es en el inconsciente, ordenada por otros nexos. Las huellas Icc son recuerdos de conceptos. La tercera trascripción es la preconsciente, ligada a representaciones palabra del Yo. Por último las investiduras pueden devenir concientes de acuerdo con ciertas reglas, posteriormente, anudada a la reanimación alucinatoria de representaciones-palabra, de modo que neurona-conciencia es igual a neurona-percepción y en sí carece de memoria.
En las psiconeurosis no se produce la traducción para ciertos materiales.
Hay una tendencia a la nivelación cuantitativa: cada reescritura posterior inhibe la anterior y desvía de ella el proceso excitatorio.
La denegación de la traducción es la represión producto del desprendimiento de displacer que se generaría por una traducción. Hay también una defensa normal entre trascripciones de la misma variedad, y una patológica contra una huella todavía no traducida de una fase anterior. Que la defensa termine en represión no depende de la magnitud del desprendimiento de displacer, ya que un suceso que despierta cierto displacer cuanto más a menudo se lo despierte más inhibirá el displacer durante la trascripción-recuerdo. Pero si el recuerdo al despertar desprende mayor displacer que el suceso, el recuerdo se comporta como algo actual y no es inhibible en la fase posterior. Las magnitudes de excitación que ellos desprenden crecen por sí solas con el tiempo como el desarrollo sexual.
Un placer no inhibible constituye una compulsión; un displacer no inhibible produce represión.
Hay tres grupos de psiconeurosis sexuales: histeria, neurosis obsesiva, y paranoia. Los recuerdos reprimidos fueron actuales en la histeria, entre la edad de 1 ½ año a 4, pero como no hay represión hasta esta edad, los períodos del desarrollo psíquico y las fases sexuales no coinciden.
Otra consecuencia de las vivencias sexuales prematuras es la perversión, cuya condición es que la defensa no sobrevenga antes de que el aparato se haya completado. Ambas vivencias sexuales como actuales produjeron placer pero como recordadas displacer. Las zonas erógenas son partes del cuerpo que reciben un desprendimiento sexual.
En las psiconeurosis no se produce la traducción para ciertos materiales.
Hay una tendencia a la nivelación cuantitativa: cada reescritura posterior inhibe la anterior y desvía de ella el proceso excitatorio.
La denegación de la traducción es la represión producto del desprendimiento de displacer que se generaría por una traducción. Hay también una defensa normal entre trascripciones de la misma variedad, y una patológica contra una huella todavía no traducida de una fase anterior. Que la defensa termine en represión no depende de la magnitud del desprendimiento de displacer, ya que un suceso que despierta cierto displacer cuanto más a menudo se lo despierte más inhibirá el displacer durante la trascripción-recuerdo. Pero si el recuerdo al despertar desprende mayor displacer que el suceso, el recuerdo se comporta como algo actual y no es inhibible en la fase posterior. Las magnitudes de excitación que ellos desprenden crecen por sí solas con el tiempo como el desarrollo sexual.
Un placer no inhibible constituye una compulsión; un displacer no inhibible produce represión.
Hay tres grupos de psiconeurosis sexuales: histeria, neurosis obsesiva, y paranoia. Los recuerdos reprimidos fueron actuales en la histeria, entre la edad de 1 ½ año a 4, pero como no hay represión hasta esta edad, los períodos del desarrollo psíquico y las fases sexuales no coinciden.
Otra consecuencia de las vivencias sexuales prematuras es la perversión, cuya condición es que la defensa no sobrevenga antes de que el aparato se haya completado. Ambas vivencias sexuales como actuales produjeron placer pero como recordadas displacer. Las zonas erógenas son partes del cuerpo que reciben un desprendimiento sexual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario