Capitulo 3
La idea de Epode estuvo presente en
la mente de Platón. La palabra es allí mucho más descriptiva que interpretativa.
Epode trata de una formula verbal de carácter mágico, de contenido variable
según los casos y recitada o cantada ante un enfermo para conseguir su
curación. Es conjuro cuando predomina en el rito una intención imperante o
coactiva, ensalmo cuando es la intención suplicante la que prevalece. En cuanto
operación demoniaca, es una de las vías para la mutua comunicación de los
dioses y los hombres.
Sócrates propone una dicotomía del
arte de los ensalmos: en un sentido estricto consiste encantar serpientes, tarántulas,
en otro, es el de los hacedores de discurso y se dirige a los jueces y
multitudes para encantarlas y calmarlas. Con ello, el termino Epode puede ser
legítimamente aplicado a las actividades humanas muy diferente del tratamiento
mágico de heridas y enfermedades.
Los personajes de los diálogos de Platón
llaman Epode a la palabra psicológicamente eficaz, a la expresión verbal
persuasiva.
El mito actuara como Epode contra la
nociva puerilidad del temor a la muerte. La epode ha venido a ser racionamiento
contra el error o contra los afectos dañosos.
El alma es curada con bellos
ensalmos. Dichos ensalmos, para Platón son los bellos discursos, estos son
eficaces produciendo en el alma sophrosyne. La posesión de esta es condición
previa para la operación sanadora de la Epode. Para Platón debe ser considerada
como forma irracional de la virtud.
La Epode-ensalmo mágico y la
Epode-palabra suasoria son expresiones verbales, pretenden producir una
modificación real y efectiva en el alma de aquel sobre el que actúa. En ambas,
la modificación del alma del oyente consiste en la producción de sophosyne.
Bajo la acción de la palabra encantadora, el alma del oyente se serena,
esclarecen y ordenan. Se hacen sophrones. A esto llama racionalización del
ensalmo. La Epode racionalizada actúa engendrando sophrosyne.
El bello discurso y el mito, a
diferencia del argumento racional, operan sobre el alma suscitando en ellas
persuasiones y creencias a las cuales nunca son enteramente reducibles a la
estricta razón. La Epode pertenece a la Demonica, pone en mutua relación a los
hombres y a los dioses.
Para Platón, una Epode será
filosóficamente aceptable y medicamente eficaz cuando alcance la condición de
bello discurso y cuando el enfermo la reciba habiendo previamente ofrecido o
entregado su alma.
-Para que alcance la eficacia, la
palabra del médico necesita de dos cosas: *El creyente, con confianza previa,
es la eficacia de la Epode con que va a tratarle al médico. *Cierta expresión
de sí mismo, mediante la cual logre el terapeuta conocer la situación del alma
que le ofrecen.
Para Platón la salud del hombre
requiere la sophrosyne del bello discurso. La salud no es indiferente a la
relación del hombre con la divinidad. Por eso, la epode racionalizada es una
apreciación demoniaca, perteneciente a la relación del hombre con los dioses, y
esa constitutiva pertenencia a la persuasión y de la creencia a la salud del
hombre.
Gracias a esta racionalización, la
vieja Epode terapéutica o ensalmo, queda resuelta en tres elementos diferentes:
Elementos mágico (los combate
Platón), racional (adopta la forma de Epode racionalizada y se hace
psicoterapia técnica) e imperativo (pervivirá en forma de plegaria a los
dioses)
Platón fue el primero en hacer del
alma el sujeto de la purificación o catarsis. La catarsis tiene una virtud, que
es hacer al hombre puro de cuerpo y alma. La pureza consiste en librarse del
cuerpo hasta donde se pueda. La sensación impurifica el cuerpo, mancha el alma.
La impureza del alma es debida al desorden de los deseos corporales.
La mancha física pasa a ser ametria
del alma, desequilibrio o desorden de las creencias, los saberes, sentimientos
y apetitos que dan a la psique su contenido y estructura.
La impureza moral del alma procede
siempre de una contaminación por el cuerpo. Platón considero que el cuerpo en
cuanto tal no impurifica al alma, sino el acto y el deseo desordenados.
Entre las enfermedades mentales del
cuerpo y las del alma hay analogías,
transición continua y relación genética. Esto sucede en enfermedades mentales,
en el desorden moral, injusticia o perversidad. Platón las reduce a dos
especies: la manía o la locura y la ignorancia morbosa. Referidas a
alteraciones del cuerpo.
La purificación del alma, catarsis,
es la adecuada ordenación verbal de las creencias, los saberes, los
sentimientos y los apetitos que han contenido al alma humana. La sofistica (el
arte de persuadir por la palabra) queda conceptuada. El buen sofista tiene por
oficio purificar el alma de quienes le oyen.
La conexión entre Catarsis y Epode:
Toda Epode es un recurso para la purificación del alma mediante la palabra. La
epode engendra sophrosyne, y esta se manifiesta como a todo aquello que
constituye el alma del hombre: creencias, saberes, sentimientos e impulsos, es
buen orden y dominio de los placeres y apetitos.
Se puede entender la relación entre
lo que en el ser del hombre es racional, susceptible de intelección lógica
evidente, y aquellos ingredientes irracionales de la realidad.
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