Saviani, D. - Las teorías de la educación y el problema de la marginalidad en América latina


El problema
En 1970, “cerca del 50% de los alumnos de las escuelas primarias desertaban en condiciones de semialfabetismo o de analfabetismo potencial en la mayoría de los países de América Latina. Esto,sin tener en cuenta el conjunto de niños en edad escolar que ni siquiera tienen acceso a la escuela y que, por consiguiente, ya se encuentran “a priori” marginados de ella.
Con respecto a la marginalidad, las teorías educacionales pueden ser clasificadas en dos grupos. En el primero tenemos aquellas teorías que entienden que la educación es un instrumento de igualación social, por lo tanto, de superación de la marginalidad.
En el segundo grupo están las teorías que entienden que la educación es un instrumento de discriminación social, luego, un factor de marginación.
Para el primer grupo, la sociedad es concebida como armoniosa, tendiendo a la integración de sus miembros. La marginalidad es, entonces, un fenómeno accidental que afecta individualmente a un número más o menos grande de sus miembros.
La educación aparece allí como un instrumento de corrección de esas distorsiones. Constituye una fuerza homogeneizadora que tiene por función reforzar los lazos sociales, promover la cohesión y garantizar la integración de todos los individuos al cuerpo social. El logro óptimo de su función coincide, entonces, con la superación del fenómeno de la marginalidad. En tanto ésta aún existe se deben intensificar los esfuerzos educativos; una vez superada corresponderá mantener los servicios educativos en un nivel por lo menos suficiente como para impedir la reaparición del problema de la marginalidad
El segundo grupo de teorías concibe a la sociedad como esencialmente marcada por la división entre grupos o clases antagónicos.
La marginalidad es entendida como un fenómeno inherente a la propia estructura de la sociedad. En ese contexto la educación es entendida como totalmente dependiente de la estructura social generadora de marginalidad, cumpliendo allí la función de reforzar la dominación y legitimar la marginación. En este sentido, la educación se convierte en un factor de marginación ya que su forma específica de reproducir la marginalidad social es la producción de marginalidad cultural y específicamente, escolar.
Las teorías del primer grupo las llamare “teorías no críticas” ya que consideran a la educación como autónoma y buscan comprenderla a partir de ella misma. Las del segundo grupo son críticas dado que se empeñan en comprender la educación remitiéndola siempre a sus condicionantes objetivos, o sea, a los determinantes sociales. Estas serán denominadas por mí “teorías crítico-reproductivistas”.
Las teorías no críticas : La pedagogía tradicional
A través de la enseñanza. La escuela es el  instrumento para convertir a los súbditos en ciudadanos, redimiendo a los hombres de su doble pecado histórico: la ignorancia, miseria moral y la opresión, miseria política.
La ignorancia es identificada como la causa de la marginalidad. La escuela surge como un antídoto contra la ignorancia, un instrumento para resolver el problema de la marginalidad. Su papel es difundir la instrucción, transmitir los conocimientos acumulados por la humanidad y lógicamente sistematizados. El maestro será el artífice de esa gran obra, a los alumnos les corresponde asimilar los conocimientos que les son transmitidos.
La pedagogía nueva
Las críticas a la pedagogía tradicional formuladas a fueron dando origen a otra teoría de la educación. Esta teoría mantenía la creencia en el poder de la escuela y en su función de igualación social. Por lo tanto, quedaban en pie las esperanzas de que se pudiese corregir la distorsión expresada en el fenómeno de la marginalidad, a través de la escuela.
Según esa nueva teoría el marginado ya no es, propiamente, el ignorante, sino el rechazado. Los hombres son esencialmente diferentes; no se repiten; cada individuo es único. Por lo tanto, la marginalidad no puede ser explicada por las diferencias entre los hombres. Marginados son los “anormales”, esto es, los desajustados y los desadaptados de todos los matices.
La educación será un instrumento de corrección de la marginalidad en la medida en que cumpla la función de ajustar, de adaptar los individuos a la sociedad, inspirando en ellos el sentimiento de aceptación de los demás y por los demás. La educación será un instrumento de corrección de la marginalidad en la medida en que contribuya a la constitución de una sociedad cuyos miembros, noimporta las diferencias de cualquier tipo, se acepten mutuamente y se respeten en su individualidad específica.
En suma, se trata de una teoría pedagógica que considera que lo importante no es aprender, sino aprender a aprender.
La organización escolar debía pasar por una sensible reformulación. Así, en lugar de clases confiadas a maestros que dominaban las grandes áreas del conocimiento, la escuela debería agrupar a los alumnos según áreas de interés originados en su actividad libre. El profesor actuaría como un estimulador y orientador del aprendizaje. En suma, la fisonomía de las escuelas cambiaría su aspecto sombrío, disciplinado, silencioso y de paredes opacas, adoptando un clima alegre, movido, bullicioso y multicolor.
La “Escuela Nueva” se organizó, en forma de escuelas experimentales o como núcleos poco comunes, muy bien equipados y circunscritos a pequeños grupos de élite,  paradójicamente, en lugar de resolver el problema de la marginalidad la “Escuela Nueva” lo agravó.
La diseminación de las escuelas efectuada según los moldes tradicionales no dejó de ser, perturbada por la propagación del ideario de la pedagogía nueva, ya que ese ideario, al mismo tiempo que procuraba poner en evidencia las “deficiencias” de la escuela tradicional, daba fuerza a la idea según la cual es mejor una buena escuela para pocos que una escuela deficiente para muchos.
La pedagogía tecnicista
Las esperanzas depositadas en la reforma de la escuela resultaron frustradas. se reveló ineficaz frente a la cuestión de marginalidad. Así por un lado surgían tentativas de desarrollar una especie de “Escuela Nueva Popular”, por otro lado, se radicalizaba la preocupación por los métodos pedagógicos, presente en la Escuela Nueva, desembocando en la ineficiencia instrumental. Se articula aquí una nueva teoría educacional: la pedagogía tecnicista.
Esa pedagogía propone el reordenamiento del proceso educativo de manera de tornarlo objetivo y operacional se pretende la objetivación del trabajo pedagógico.
Se buscó planificar la educación de modo de dotarla de una organización racional capaz de minimizar las interferencias subjetivas que pudieran poner en riesgo su eficiencia.
En la pedagogía tradicional la iniciativa correspondía al docente, en la pedagogía nueva la iniciativa se desplaza hacia el alumno, ubicándose el nervio de la acción educativa en la relación profesor-alumno, en la pedagogía tecnicista el elemento principal pasa a ser la organización racional de los medios, ocupando profesor y alumno una posición secundaria
En la tecnología tecnicista es el proceso el que define lo que profesores y alumnos deben hacer, así como cuándo y cómo lo harán.
Para la  pedagogía tecnicista la marginalidad no será identificada con la ignorancia ni será detectada a partir del sentimiento de rechazo. Marginado será el incompetente, el ineficiente e improductivo. Así está cumpliendo su función de igualación social.
Para la pedagogía nueva aprender a aprender, para la pedagogía tecnicista lo que importa es aprender a hacer.
Las teorías crítico-reproductivistas
Las teorías críticas llegan a la conclusión de que la función propia de la educación es la reproducción de la sociedad en que ella se inserta, merecen la denominación de “teorías crítico-reproductivistas.  La  escuela tenía, en sus orígenes, una función igualadora, pero actualmente, se torna cada vez más discriminadora y represiva. Todas las reformas escolares fracasaron, haciendo cada vez más evidente el papel que la escuela desempeña: reproducir la sociedad de clases y reforzar el modo de producción capitalista.
Dentro de este grupo, las teorías que mayor repercusión tuvieron  y que alcanzaron un mayor nivel de elaboración son:
- Teoría del sistema de enseñanza como violencia simbólica
Se trata de una teoría axiomática que se despliega deductivamente desde los principios universales hacia los enunciados analíticos de sus consecuencias particulares.
La validez de la teoría no pretende circunscribirse a las sociedades de clases sino extenderse también a las sociedades sin clases que, por casualidad, hayan existido o vayan a existir.
¿Por qué violencia simbólica? Sobre la base de la fuerza material y se erige un sistema de relaciones de fuerza simbólica cuyo papel es reforzar, por disimulo, las relaciones de fuerza material.
La violencia simbólica se manifiesta de múltiples formas: la formación de la opinión pública, la predica religiosa; la propaganda y la educación familiar, etc.
La función de la educación es la reproducción de las desigualdades sociales. Por la reproducción cultural, ella contribuye específicamente a la reproducción social.
De acuerdo con esta teoría, marginados son los grupos o clases dominados. Marginados socialmente porque no poseen fuerza material (capital económico) y marginados culturalmente porque no poseen fuerza simbólica (capital cultural). La educación, lejos de ser un factor de superación de la marginalidad, constituye un elemento reforzador de ella.
-Teoría de la escuela como aparato ideológico del Estado (AIE)
El concepto de “Aparato Ideológico del Estado” deriva de la tesis según la cual “la ideología tiene una existencia material” Esto significa decir que la ideología existe siempre arraigada en prácticas materiales reguladas. La ideología se materializa en aparatos: los aparatos ideológicos del Estado. El fenómeno de la marginación se inscribe en el propio seno de las relaciones de producción capitalista que se basan en la expropiación de los trabajadores por los capitalistas. Marginada es, la clase trabajadora.
-Teoría de la escuela dualista
Los autores se empeñan en mostrar que la escuela, pese a una apariencia unitaria y unificadora, es una escuela dividida en dos grandes redes, que corresponden a la división de la sociedad capitalista en dos clases fundamentales: la burguesía y el proletariado.
Como aparato ideológico, la escuela cumple dos funciones básicas: contribuye a la formación de la fuerza de trabajo y a la inculcación de la ideología burguesa. La escuela es, pues, un aparato ideológico, es decir, el aspecto ideológico es dominante y comanda el funcionamiento del aparato escolar en su conjunto.
En el marco de la “teoría de la escuela dualista” el papel de la escuela no es, simplemente, el de reforzar y legitimar la marginalidad producida socialmente. La escuela tiene por misión impedir el desarrollo de la ideología del proletariado y la lucha revolucionaria. Ella es organizada por la burguesía, para esto, como un aparato separado de la producción. La escuela, lejos de ser un instrumento de igualación social es, doblemente, un factor de dominación, convierte a los trabajadores en marginados.
Hacia una teoría crítica de la educación: Las teorías crítico-reproductivistas, no contienen una propuesta pedagógica. Por su carácter reproductivista, estas teorías consideran que la escuela no podría ser diferente de lo que es
SUMARIO: El autor hace una revisión de las principales teorías educativas agrupándolas en dos: Las primeras conciben la sociedad como especialmente armoniosa cuya función es integrar a las personas. Dentro de estas teorías la educación es autónoma y se comprende a partir de sí misma. Son teorías “no críticas”. El segundo grupo, denominadas “crítico-reproductivistas” comprende la educación según sus condicionantes objetivos: determinantes sociales, estructura socioeconómica, etc. Concluye la necesidad de postular una teoría crítica de la educación que permita garantizar a las clases populares una educación de la mejor calidad posible en las condiciones históricas actuales.


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