Escuela inclusiva, diversidad e intergración.

Podemos afirmar que el concepto de diversidad se sustenta en la aceptación y el respeto de las diferencias individuales como condición inherente a la naturaleza humana, y en la posibilidad de brindar una respuesta educativa a la necesidad de cada persona.
Asumir la diversidad en la escuela  no resulta sencillo, de la misma manera que no lo es aceptarlo en nuestro propio medio. Todo aquello que escapa de lo “normal” genera fantasmas, pero a la vez constituye un gran desafío para los que nos cuestionamos y oponemos a un modelo hegemónico.
La historia de nuestra educación se ha basado durante un gran período de tiempo en sostener y conservar la homogeneidad. La propuesta educativa era representada por un único modelo al que debían adaptarse todos los alumnos, el que no podía quedaba excluido o apartado del sistema educativo, poco realista o con intereses en sí mismo.
Actualmente se ha avanzado  en cuanto a la concepción de los derechos humanos y a la idea de integración e inclusión de las personas, no sólo en la educación sino en todos los ámbitos de la sociedad; pero a pesar de la proliferación de los discursos sobre la aceptación de la diversidad sostenidos por los nuevos paradigmas de las distintas políticas sociales y educativas, aún prevalece la normalización, homogeneidad y simultaneidad como premisas ineludibles de las prácticas educativas cotidianas.
La atención a la diversidad implica:
La aceptación de la existencia de historias y contextos de vida particulares.
El reconocimiento de diferentes motivaciones, intereses, actitudes y expectativas frente al objeto de conocimiento.
La toma de conciencia de diversos puntos de partida en la construcción de los aprendizajes debido a actitudes, conocimientos y saberes previos de cada alumno.
La admisión de la presencia de distintos estilos, ritmos, competencias curriculares y contextos de aprendizaje dentro de una misma aula.
La aceptación de las diferencias que nos individualizan a cada uno.
La educación, en general, parece no estar muy preocupada por las DIFERENCIAS, sino por los DIFERENTES, los extraños, los anormales, los discapacitados… confundiendo ambos conceptos.
Es importante que nos preguntemos qué decimos cuando decimos DIVERSIDAD, para no confundir propuestas, bases que fundamenten proyectos, estrategias y recursos, por eso: Si el término DIVERSIDAD no nos ayuda a BORRAR LA FRONTERA que delimita y separa el “NOSOTROS” y el “ELLOS”, el “NOSOTROS” y “LOS OTROS”, actúa en dirección opuesta haciendo de la DIVERSIDAD un PELIGROSO SINÓNIMO DE ALTERIDAD
Hablar de DIVERSIDAD cuando se trata en realidad de DESIGUALDADES E INJUSTICIAS, lleva a pensar a la DIVERSIDAD como sinónimo de EXCLUSIÓN y POBREZA
La DIFERENCIA CULTURAL merece  RECONOCIMIENTO y RESPETO.
Pero la DIFERENCIA de la DESIGUALDAD debe ser DENUNCIADA Y SUPRIMIDA.
¿Cuál es el punto en que la diversidad se convierte en desigualdad? ¿Solo la pobreza es una "diversidad injusta"? ¿Qué pasa con la discriminación por género, etnia, religión o discapacidad? ¿Cómo se garantiza un trato igualitario, a la par que se reconoce el derecho a la diferencia? Estas son preguntas centrales de las sociedades democráticas, que no se resuelven nunca del todo, sino que retornan como interrogaciones sobre la justicia de nuestras acciones y la calidad de nuestra vida en común. Y cuando decimos DIVERSIDAD… ¿Qué pasa con NOSOTROS MISMOS?
¿No vivimos, no pensamos, la experiencia de diversidad? ¿Nosotros quedamos afuera?
Con la DIVERSIDAD podemos hacer de las escuelas LUGARES DE ACOGIMIENTO, de bienvenida, de recibimiento, y entrar en el territorio de la ATENCION  AL  OTRO  (no de atención a la diversidad).
Cuando hablamos de DIVERSIDAD de INCLUSIÓN EDUCATIVA, hay que detenerse en cuestiones del orden ético, del orden de la responsabilidad.
Lo cierto es que hoy hablamos de atención a la diversidad, de escuelas que trabajan con y para la misma, y muchas veces se asocia inmediatamente con los proyectos de escuelas integradoras, de escuelas inclusivas.
La INCLUSIÓN NO ES una contra-cara de la EXCLUSIÓN.
El mismo sistema que excluye no puede ser el mismo sistema que incluye o fomenta la inclusión.
Recordemos las reiteradas formas de inclusión excluyentes que se viven en muchas instituciones actualmente, y esto es grave.
Diferencia entre Integración e Inclusión
El concepto de integración supone que es el niño diferente el que debe integrarse a la escuela, contando con las adecuaciones necesarias a su condición educativa. El concepto de escuela está definido como una Institución organizada para el niño típico.
El concepto de inclusión implica que es la Escuela la que está preparada para incluir a todo niño, considerando que la diversidad es una condición básica del ser humano. En esta nueva perspectiva, el niño se integra en un lugar preparado para él, respondiendo a sus necesidades educativas especiales. La escuela se define como un lugar para la diversidad.
Al parecer nos encontramos trabajando, en la mayoría de nuestras escuelas, con un fuerte empuje, en la línea de la Integración. La escuela se encuentra organizada para el niño normal y es el niño especial el que debe integrarse a ella.
En el primer caso el niño se adecua al currículo.
En una escuela inclusiva el niño utiliza del currículo lo que es adecuado para su desarrollo

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