Freud, S. - Puntualizaciones sobre el amor de transferencia


Los fundamentos de la teoría psicoa entrañan importantes enseñanzas para el médico como para el enfermo. Para el analista supone una indicación y una prevención contra una posible transferencia recíproca, pronta a surgir en él. Le demuestra que el enamoramiento del analizante depende exclusivamente de la situación psicoa y no puede ser atribuido en modo alguno a sus propios atractivos personales, por lo cual no tiene el menor derecho a atribuirse esa “conquista”. Para el paciente surge una alternativa o renuncia al tratamiento analítico o ha de aceptar, como algo inevitable, un amor pasajero por el medico que la trate.
La cura debe desarrollarse en la abstinencia debemos dejar subsistir en los enfermos la necesidad y el deseo como fuerzas que han de impulsarle hacia la labor analítica y hacia la modificación de su estado. Mientras no queden vencidas sus represiones su estado la incapacita para toda satisfacción real.
Debemos conservar la transferencia amorosa, pero la tratamos como algo irreal, como una situación por la que se ha de atravesar en la cura que ha de ser referida a sus orígenes Inc. y que ha de ayudarnos a llevar a la cc del paciente los elementos más ocultos de su vida erótica, sometiéndolos a su dominio cc.
Este amor no se compone ni de un solo rasgo nuevo nacido de la situación actual, sino que se compone en su totalidad de repeticiones y ecos de reacciones anteriores e incluso infantiles y nos comprometemos a demostrárselo al paciente.
La resistencia misma no crea este amor, sino que lo encuentra y se sirve de él.
Este enamoramiento se compone de nuevas ediciones de rasgos antiguos y repite reacciones infantiles, pero tal es el carácter esencial de todo enamoramiento. No hay ninguno que no repita modelos infantiles.


El enamoramiento que surge en el tratamiento analítico:

  • Es provocado por la situación analítica.
  • Queda intensificado por la resistencia dominante en tal situación.
  • Es menos prudente, más indiferente a sus consecuencias y mas ciego en la estimación de la persona amada que otro cualquier enamoramiento normal.

Sabiendo que el enamoramiento del paciente ha sido provocado por la iniciación del tratamiento analítico de la neurosis, tiene que considerarlo (el analista), como el resultado inevitable de una situación médica, análogo a la desnudez del enfermo durante un reconocimiento médico o a su confesión de un secreto importante.
Le estará vedado extraer de él provecho personal alguno. Los motivos éticos y técnicos coinciden para apartar al médico de corresponder al amor del paciente.
El enfermo debe aprender del analista, a dominar el principio del placer, y a renunciar a una satisfacción próxima pero socialmente ilícita, a favor de otra mas lejana e incluso incierta pero irreprochable tanto desde el punto de vista psicológico como desde el social.

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