Pavlosky, E; Kesselman, H; Frylewsky, L. - Las escenas temidas del coordinador de grupos.

Nos ofrecimos a estudiar sus miedos habituales en su desempeño como coordinador, sus mecanismos defensivos con los que lucha contra estos temores, la toma de conciencia entre éstos y sus miedos personales, históricos, con los que él puede asociar sus miedos profesionales; la forma en que es capaz de trabajar dramáticamente estos miedos, con la ayuda de otros que están es su misma búsqueda, cuyas intervenciones le dan un repertorio más amplificado y rico para operar nuevamente con estos miedos en su vida cotidiana profesional.
 

Cada corriente de la Psicología Social (psicoanalítica o no) tiene su método, el cual es ejercido por el coordinador, según su teoría y técnica, para provocar la entrada en la regresión de los integrantes de un grupo con el objeto de movilizar estereotipos de conducta y también tiene sus recursos para provocar la salida de la regresión o progresión de dichos integrantes. Estos métodos varían según la escuela de que se trate.
Nosotros queremos proponer la formación del coordinador entrenándolo en la toma de conciencia que éste puede adquirir, asociando las escenas conflictivas de su historia personal y que suponemos forman el sustrato bloqueante de su capacidad técnica (personal) para coordinar. Los ubicamos en compañía de otros coordinadores apasionados en esta misma búsqueda y tratamos de producir en cada uno una regresión que puede llegar a superarse a través del conocimiento profundo de dicha situación para que, cuando vuelva a encontrarse con ella nuevamente, una vez terminado el seminario, pueda contar con un repertorio de conductas alternativas para operar eficazmente como coordinador grupal, configurando una verdadera espiral dialéctica del aprendizaje en su vida de coordinador de grupos que se concibe por el eslabonamiento de unidades de trabajo a las que llamamos escenas (temidas, consonantes, resonantes y resultantes).

a)- Las escenas temidas
Un coordinador de grupos, si se encuentra en un grupo de colegas que se dispongan para ello, cuenta con un marco de adecuada seguridad psicológica como para revisar "de entrecasa" los momentos difíciles más habituales por los que debe pasar durante su ejercicio en el desempeño profesional del rol. Es posible ponerse a charlar, a confesar temores y dificultades habituales.
Estos momentos, imágenes conflictivas de nuestra vida profesional, pueden formar un repertorio de momentos o imágenes capaces de ser espacializadas y representadas dramáticamente en forma de escenas.
Esas "escenas temidas" pueden quedar como secretos o misterios de cada coordinador.
Si esta escena temida es representada dramáticamente bajo la guía del propio interesado en estudiarse a sí mismo, llegamos al momento, objetivado en otros, de su propia dificultad.
Esta escena temida para este coordinador: ¿qué está encubriendo de él mismo?

b)- Las escenas consonantes
La escena temida es utilizada como "vía regia" para llegar al inconciente del coordinador de grupo.
Si se invita al coordinador en cuestión a asociar ideas, realizar soliloquios asociativos y a aislarse momentáneamente, en compañía de los otros, pero en un ejercicio de introspección regresiva en una regresión "guiada" por el conductor del ejercicio sobre sus propios momentos vitales que "hagan eco" con el afecto con el afecto de la temática planteada en la escena temida, es posible rastrear alguna o algunas escenas que por vibrar tan parecido con la "escena temida" las llamamos escenas consonantes (o escenas familiares asociadas consonantes).
Estas escenas pueden también, como las temidas, ser representadas dramáticamente con la participación del protagonista y con nuestra conducción, y aluden siempre a una estructura modular subyacente.

c)- Las escenas resonantes
Concebimos la posibilidad de transformar a esta escena consonante en un medio de trabajo para cada integrante del grupo, bajo la conducción y las sugerencias del director de las dramatizaciones. Le pedimos entonces al protagonista que les "preste" la escena a los demás, para que "circule" libremente por el grupo. Tomamos cada "trozo" de la escena para sacarle algo así como una fotografía amplificada, de tal manera que en lugar de reducirse a las relaciones prehistóricas esta escena comienza a multiplicarse, a enriquecerse con la mirada, el oído, las actitudes, los sentimientos, las reacciones y las palabras de los otros.
La escena consonante, así representada y trabajada, con la multirresonancia del conjunto permite llegar a una guestalt básica, pluridimensional y totalizante que se contrapone a la visión monocular y parcializadora del protagonista en los momentos en que éste se encuentra examinándola aisladamente. Rompe de esta manera su bloqueo narcisístico, su propia y repetida "novela", y le obliga a elaborar el duelo por la pérdida de este estado que le es antiguo y permanente, proveyéndolo de nuevas perspectivas con las que se dirige nuevamente a examinar sus "escenas temidas".
Las escenas así tratadas dejan de ser solamente encubridoras, para transformarse en "descubridoras" y para formar en conjunto con la resonancia en los otros, esta nueva escena mutativa: la escena resonante.

d)- La vuelta a la escena temida: la escena resultante
Al volver a tratar la escena temida, va a volver a vivirla y representarla con sus compañeros. Pero la escena ya no consuena en su interior de la misma manera. Su bloqueo narcisístico, la novela familiar que subyacía a su escena se ha transformado. La ha reescrito con sus compañeros y ha quedado sobreimpresa para transformar seguramente su óptica de la antigua escena temida que tiene para él, desde ahora, una valoración distinta, mucho más rica que la que tenía antes de ser tratada de esta forma.
Está lista para consonar y resonar con las escenas temidas del resto de sus compañeros que comienzan a desfilar durante las horas del seminario. Su novela profesional (equivalente de su novela familiar) ha comenzado a modificarse.

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