Cuatro explicaciones de la estructura mental:
El autor asume aquí la concepción ortodoxa de que la organización de la conducta es un efecto de la organización de la mente. A su vez, la organización de la mente implica que existe una estructura mental. Para responder a esta cuestión de "en qué consiste la estructura mental", hay cuatro posturas diferentes:
1. El neocartesianismo: la estructura de la mente entendida como estructura del conocimiento
El neocartesianismo en psicología asume que la estructura mental debe explicarse sobre todo en función de los contenidos proposicionales de los estados mentales. Estos contenidos son innatos -como decía Descartes-, es decir, hay algo del orden del conocimiento que ya viene dado de nacimiento. Un ejemplo es la teoría de Chomsky y su teoría lingüística generativa, para quien el niño nace con ciertas estructuras endógenas (el niño 'nace sabiendo') que luego se actualizarán con la experiencia. Así como se nace con brazos y piernas, también se nacería con 'órganos mentales', que tienen una estructura proposicional, es decir, cognitiva. Para Chomsky, mediante el 'órgano del lenguaje' los seres humanos aprehenden verdades en forma innata, pues la mente ya está desde el nacimiento intrínsecamente estructurada. Fodor no está de acuerdo con esta primera postura sobre la estructura mental, de base innatista.
2. La estructura mental como arquitectura funcional: facultades horizontales
Mientras el neocartesianismo concibe las facultades psicológicas como sistemas de creencias, esta segunda postura las concibe como mecanismos psicológicos, como funciones. No se nace entonces con conocimientos o creencias, sino con ciertas facultades como la memoria, la percepción, la atención, la sensibilidad, el entendimiento, etc. Fodor las llama facultades 'horizontales'. Tales facultades son independientes de los contenidos de pensamiento: por ejemplo, el entendimiento puede aplicarse a la ciencia, a la filosofía, al derecho, etc. Del mismo modo, la sensibilidad puede aplicarse a la pintura, la escultura, la música, etc.
3. La estructura mental como arquitectura funcional: facultades verticales
La psicología de las facultades horizontales existe desde siempre (nos viene desde Platón), pero lo que podemos llamar facultades verticales aparecen recién el siglo pasado con J. Gall, fundador de la frenología.
Las funciones mentales verticales, a diferencia de las horizontales, están directamente relacionadas con contenidos. Por ejemplo, la aptiud musical es diferente de la aptitud matemática. Las facultades verticales son entonces propensiones, disposiciones, cualidades, aptitudes, capacidades, etc., y según Gall tienen, a diferencia de las horizontales, una localización específica en el cerebro.
Las facultades horizontales (percepción, memoria, etc.) no son más que diferentes modos de acción de las capacidades fundamentales de Gall, o sea de las facultades verticales.
No hay, según Gall, una facultad de la memoria, porque si no cualquier persona que tenga buena memoria para la música también la debería tener para la matemática. Con esto Gall critica la psicología de las facultades horizontales.
Cuatro son las características fundamentales de las facultades verticales (llamadas capacidades fundamentales por Gall): son específicas para cada dominio (hay una capacidad musical, otra matemática, etc), vienen determinadas genéticamente, están asociadas a ciertas zonas neurales diferenciadas, y son computacionalmente autónomas (no pueden reducirse a una combinación de facultades horizontales).
Sintetizando, lo planteado por Fodor en cuanto a las relaciones entre facultades horizontales y verticales podría ejemplificarse en el siguiente cuadro:
Matemáticas | Música | Etc. | |
Atención | |||
Percepción | |||
Memoria | |||
Juicio | |||
Imaginación | |||
Volición | |||
Etc. |
Vemos aquí las facultades horizontales (funciones), y las facultades verticales (capacidades). Para ejercer una capacidad se requieren diversas funciones, y cada función puede aplicarse a diferentes capacidades. Esto último puede sugerir que las capacidades comparten recursos horizontales, cosa con la cual, advertimos, Gall no está de acuerdo pues postula que las capacidades son 'computacionalmente autónomas' (para usar un término moderno de Fodor).
4. El asociacionismo: La estructura mental está ensamblada, es decir, es el producto de la unión de un repertorio de subprocesos más elementales. Las diferentes capacidades (por ejemplo para la matemáticas) se componen de sub-capacidades más elementales (por ejemplo para sumar, restar, etc).
Estos elementos constituyentes de la mente se relacionan entre sí por leyes de la asociación. Dichos elementos son, para algunos asociacionistas, los reflejos, y para otros, las ideas. Los reflejos (o las ideas) se emsamblan entre sí generando capacidades.
Finalmente, Fodor anuncia su propia teoría, según la cual el sistema cognitivo humano está constituído por 'módulos cognitivos', los cuales, en general, son específicos de dominio, innatos, compactos, autónomos y no ensamblados.
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