Para la comprensión de la situación actual de
las prácticas, políticas y estructuras sanitarias argentina y su relación con
las condiciones de vida de la población; es necesario al menos hacer un
recorrido de la historia. El enfoque desde el cual haremos este recorrido, la
medicina social con base en el materialismo dialéctico e histórico.
En la estructura sanitaria, los modelos
aplicados son la resultante de los cambios en la estructura social, el cuidado
de la salud como práctica social, junto a los avances científicos-técnicos, y
fundamentalmente por el cambio en la epidemiología de la enfermedad, conforman
la interacción necesaria para este desarrollo.
La estructura social en el plano de la salud
podemos decir que es la “relación entre el nivel de salud y sus condiciones de
vida determinada por su posición social”. La gente vive, muere o enferma según
el lugar social que ocupa en el proceso productivo y dentro de él en el proceso
de trabajo.
A principio del siglo xx el contexto histórico
social en Argentina se caracterizaba por tener un desarrollo capitalista
incipiente con inversión de capital primordialmente en infraestructura o
industrias vinculadas a la exportación, con una base latifundista del campo con
su producción ganadera y agrícola. Y recibir un gran afluente de inmigrantes
provenientes de varios países europeos, principalmente italianos y españoles,
debido a esto en ese momento la fuerza de trabajo inagotable. Además
significaba que desde el punto de vista del cuidado de la salud, no era
necesario vigilarla ya que era fácilmente remplazada.
Las enfermedades infectocontagiosas
(paludismo, chagas, sífilis, etc.) asociadas a la malnutrición y desnutrición,
en medio de condiciones ambientales, en muchos casos deplorables, estaban a la
orden del día; otros de los problemas sanitarios y social importante era el
alcoholismo, devastador de las expectativas de vida de los sectores más bajos
de la sociedad, los criollos y los originarios.
Los “socorros mutuos” (mutualidades) y las
“caja de huelgas”, fueron los organismos de solidaridad creados por los obreros
para defender su salud de la explotación salvaje; permitiéndole recuperarla con
asistencia médica o mantenerla con salarios que regeneran su fuerza de trabajo.
Las clases dominantes, a través del aparato de poder del Estado, utiliza e
instrumentan ideológicamente esa necesidad, ante la movilización de la masa
popular, ejemplo de ello eran los hospitales de beneficencia.
En cuanto al papel del Estado en su relación
con salud, mantenía un criterio indiferente en cuanto al cuidado de la salud.
La atención sanitaria a la que podríamos precisar como “policía médica”,
apoyados en una concepción higienista, que consistía en procurar hábitos higiénicos
a la población principalmente hacinada en las casas de inquilinato. El objetivo
de esta política era transformar a los pobres en más aptos para el trabajo y
menos peligrosos para los ricos, el papel asistencial era totalmente
secundario.
Década del ’40: organización del sistema de
salud. En este periodo es creado el ministerio de Salud Pública, siendo sur
primer ministro, el Dr. Ramón Carrillo, quien organiza el Seguro Nacional de
Salud, dando al Estado la potestad del control financiero y administrativo de
los servicios de salud. Dando prioritaria importancia al desarrollo de la
medicina preventiva, a la medicina social y a la medicina sanitaria, a la
organización hospitalaria, a conceptos como la “centralización normativa y descentralización ejecutiva”.
Las política sanitaria tiene tres ramas básicas: a) la medicina
asistencial, destinada a la reparación y rehabilitación de las
enfermedades ; b) la medicina sanitaria, orientada a la profilaxis inmunológica y al
cuidado del medio ambiente y c) la medicina social, enfocada a desarrollar los
factores que promueven la salud ( trabajo digno, educación, alimentación,
vivienda, esparcimiento). Esta última rama, en realidad la verdadera
prevención, debería ampliarse y reemplazar a las otras dos.
En 1948, junto con la firma de la carta
constitutiva de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), se crea el ente
sectorial dedicado a salud, la Organización
Mundial de la
Salud (OMS). El enfoque sanitario adquirió una denominación
identificatoria y un cuerpo conceptual: salud pública, es decir, una disciplina
de abordaje de lo social o colectivo, como visión superadora del enfoque
clínico o individual.
Si bien la práctica pública coexistió desde el
inicio con las prestaciones privadas, en este periodo predomina el papel del
Estado, y es en este marco sociopolítico que tiene auge las O. Social
sindicales. Por otra parte se generalizan las Obras Sociales nacionales y
provinciales.
A comienzo de la década del ’60 comienza el
declive de la responsabilidad pública de la atención de la salud de la
población, tomando supremacía la inversión privada y la rentabilidad. Queda así
configurado un esquema del sistema de salud con un sector público, un sector
privado, y las obras sociales, repartido en partes aproximadamente iguales,
esto es así desde el punto de vista de quien financia, pero no desde quien es
prestatario. El sistema privatizado va hegemonizando la línea, la conducta, el
desarrollo e incluso la demanda de la función pública. El sector público
estatal en donde a lo asistencial, se agregaba la investigación, la educación,
y la inversión en tecnología, a parir de esta época la va quedando el papel de
cubrir la función del sector marginal dentro del sistema. Producto del
revulsivo social en el mundo, la guerra de Vietnam, la Revolución Cubana ,
y en general la oleada de luchas de los
pueblos y naciones por la liberación nacional y social, tiene un impacto muy
grande sobre grandes masas a nivel mundial y sobre el abordaje de las
problemáticas de la salud de la población y principalmente sobre los castigados
por la crisis económica, como así también por políticas dictatoriales.
A principio de la década del ’70 en Argentina
se abre un debate muy profundo e interesante sobre la salud, sobre las “bases
de un proyecto de Reforma Sanitaria Nacional” pretendiendo que el Estado
recupere su papel primordial. Es interesante rescata los movimientos sociales
de los trabajadores de la salud en el escenario del debate en esta cuestión. Al
proyecto de ley sobre el Sistema Nacional Integrado de Salud, fueron
fundamentales los aportes de la
Coordinadora de trabajadores de salud Mental. “la salud
debería ser universa, igualitaria e integral (curativa, preventiva y
rehabilitadota).
A partir de la década del ’90 en forma
constante se ha ido practicando una política de destrucción del Sistema Público
de la Salud. En
lo económico, restringiendo el presupuesto y los salarios; en lo laboral, con
el recorte o anulación de las conquistas
De los trabajadores del área; en el plano
político-ideológico, usando todos los argumentos posibles para
descentralizarlo. Alegando que el Estado no era eficiente, así se abrió paso a
la destrucción del hospital público y gratuito, insertando la modalidad de
descentralización y posteriormente “autogestión hospitalaria”.
En 1993 el Banco Mundial, ente de financiador
de préstamos a los países en “desarrollo” o “emergente” investiga la situación
sanitaria, educativa, etc., como condición para otorgar prestamos. En el caso
argentino investiga la crisis del sector y produce un documento. Este informe
que especifica el deterioro de los índices sanitarios, la anarquización del
sistema de prestaciones, un gasto excesivo en medicamentos por parte del
estado. Así se produce un alto gasto, con un impacto muy bajo en la salud de la
población.
En los esencial propone que el cuidado de la
salud de la población más pobre y vulnerable
debe estar a cargo del Estado, o estados provinciales, reactualiza lo ya
planteado por organismos internacionales en décadas anteriores. Alienta los
“incentivos” para los prestadores “eficientes”, “compromiso de gestión. Pero
“el eje conceptual es reemplazar el subsidio a la oferta por el subsidio a la
demanda, en otras palabras dejar de financiar los hospitales y centros de salud
y poner ese dinero en servicios financieros para que la población compre la
salud en el mercado /seguro de salud)”. Todo esto financiado por préstamos
internacionales, sobre el criterio de “productividad”.
Fuente: Resumen Psicología UNR
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