Bourdieu, P. - El espíritu de familia.


La familia es un conjunto de individuos emparentados, vinculados entre sí, ora por la alianza, el matrimonio, ora por la afiliación, ora mas por adopción (parentesco), y que viven todos bajo el mismo techo (cohabitación).
La familia que tendemos a considerar como natural, porque se presenta en la apariencia de lo que siempre ha sido así, es una invención reciente y tal vez condenada a una desaparición más o menos rápida.
La familia no es más que una palabra, una construcción verbal. Se trata de analizar las representaciones que tiene la gente de lo que designa por familia.
Algunos etnometodólogos, que consideran el discurso sobre la familia como una especie de ideología política que designa una configuración valorada de relaciones sociales, extraen presupuestos comunes a este discurso.

1er conjunto de propiedades: se concibe la familia como una realidad trascendente a sus miembros, un personaje transpersonal dotado de una vida y de un espíritu, ambos comunes y de una visión particular del mundo.

2do conjunto de propiedades: la familia existe como un universo social separado, comprometido con una labor de perpetuación de las fronteras y orientado hacia la idealización de lo interior como sagrado.

3er conjunto de propiedades: el de la morada, la casa como lugar estable, que permanece, y de los ocupantes de la casa como unidad permanente, asociada de forma duradera a la casa indefinidamente transmisible.
La unidad domestica es un agente activo, dotado de voluntad, basado en un conjunto de presuposiciones cognitivas y de prescripciones normativas referidas a la manera correcta de vivir las relaciones domesticas.
Las relaciones familiares en su definición oficial tienden a funcionar como principios de construcciones y de valoración de toda relación social.

Una acción bien fundada
La familia, además de una palabra, se trata de una categoría (principio colectivo de construcción de la realidad colectiva.
Las realidades sociales son ficciones sociales con fundamento en la construcción social y que existen en tanto que están reconocidas colectivamente.
La familia es un principio de construcción de la realidad social. Este principio está en si mismo construido socialmente y que en cierta manera es común a todos los agentes socializados. Este principio de construcción es uno de los elementos constitutivos de nuestro habitus, una estructura mental y a la vez individual y colectiva; una ley tacita de la percepción, la practica como base del consenso sobre el sentido del mundo social, la base del sentido común.
La familia es un principio de construcción a la vez inmanente (esencial) a los individuos y que a la vez los trascienden, ya que lo encuentran bajo la forma de la objetividad en todos los demás: es trascendente en el sentido de Kant pero al ser inmanente a todos los habitus, se impone como trascendente.
La familia como categoría social objetiva (estructura- estructurante) es el fundamento de la familia como categoría social subjetiva (estructura-estructurada), categoría mental que constituye el principio de miles de representaciones y de acciones (matrimonios por ejemplo) que contribuyen a reproducir la categoría social objetiva. Este círculo es el de la reproducción del orden social.

La labor de la institución 
La familia sirve de modelo a todos los cuerpos sociales porque la categoría de lo familiar funciona en los habitus como esquema clasificatorio y principio de construcción del mundo social y de la familia, como cuerpo social, particular, que se adquiere en el seno mismo de una familia como ficción social realizada.
 La familia es fruto de una labor de institución a la vez ritual y técnica, orientada a instituir en los miembros sentimientos que garantizan la integración que es la condición de existencia y persistencia de esta unidad.
La familia es indiferente a los sentimientos individuales porque se constituye como una entidad integrada; se reafirman y refuerzan a través de los afectos obligados y las obligaciones afectivas del sentimiento familiar. Esta labor de mantener los sentimientos se suma a la elaboración del objeto afectivo y socialización de la libido (tabú del incesto).
La labor de integración imprescindible siempre tiende a funcionar como un campo con sus relaciones de fuerza física, económica y simbólica, y sus luchas por transformar esas relaciones de fuerza.
Las estructuras de parentesco y la familia como cuerpo, solo pueden perpetuarse a costa de una creación continuada del sentimiento familiar, principio cognitivo de visión y de división que es al mismo tiempo principio afectivo de adhesión vital a la existencia de un grupo familiar y a sus intereses.

El lugar de la reproducción social 
Para que la familia sea posible deben darse unas condiciones sociales que no tienen nada de universal y que no están uniformemente distribuidas.
Resumiendo:

FAMILIA: privilegio que se instituye en NORMA UNIVERSAL y que implica un PRIVILEGIO SIMBOLICO: SER COMO SE DEBE, dentro de la norma, obtener un beneficio simbólico de normalidad.
Quienes tienen el privilegio de tener una familia conforme están en disposición de exigírselo a todos sin tener que plantear la cuestión de las condiciones de la universalización.
FAMILIA: determina el mantenimiento del orden social, la reproducción (además de la biológica) social (reproducción de la estructura del espacio social y de las relaciones sociales). Es uno de los lugares de la acumulación del capital en sus diferentes especies y de su transmisión entre las generaciones (por ejemplo el apellido = capital simbólico hereditario, o respecto al patrimonio material).

La familia actúa como una especie de “sujeto colectivo”, y no como una suma de individuos.
Como en el caso de las sociedades con “casa”, el afán es el de perpetuar la casa como conjunto de bienes materiales, orientando la existencia de los ocupantes de la misma a perpetuarse en el ser, perpetuar su existencia asegurando su integración, lo cual resulta inseparable de la tendencia a perpetuar la integridad de su patrimonio, siempre amenazado por la dilapidación o la dispersión.
Las fuerzas de fusión (disposiciones éticas que incitan a identificar los intereses particulares de los individuos con los intereses colectivos de la familia) han de contar con las fuerzas de fisión (intereses de los diferentes miembros del grupo, + o – propensos a aceptar la visión común, y + o – capaces de imponer su punto de vista “egoísta”).
Funcionamiento de la unidad domestica como campo à encuentra su límite en las consecuencias de la dominación masculina (orienta la familia hacia la lógica del cuerpo).
Propiedades de los dominantes: Tener familias extensas y fuertemente cohesionadas, unidas por los habitus y los intereses (por el capital y para el capital = económico y simbólico = nombre, y quizás al capital social).

El estado y el estado civil
El responsable principal de la construcción de las categorías oficiales, según las cuales se estructuran las poblaciones, así como las mentalidades, es EL ESTADO, que tiende a favorecer una forma determinada de organización familiar, reforzando a aquellos que están en condiciones de conformase a esta forma de organización, y estimulando por todos los medios (materiales y simbólicos), el “conformismo lógico” y el “conformismo moral”, sobre un sistema de formas de aprehensión y de construcción del mundo, cuya piedra angular es esta forma de organización.
El estado, a través de todas las operaciones de estado civil, lleva a cabo miles de actos de constitución que forman la identidad familiar como uno de los principios de percepción más poderosos del mundo social y una de las unidades sociales más reales.
La familia es una ficción porque, al ser producida y reproducida con la garantía del estado, recibe, en cada momento, del estado los medios para existir y subsistir.

Resumen UNMDP

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