- Habla de la
necesidad de preservar una relación de intercambio.
- Dice que es imposible
separar lo “efectos de sentido” de su”carga
afectiva” (fuerza). Ambos son responsables de la organización del
espacio/tiempo que encuadra nuestros encuentros.
- Habla de un doble movimiento que está en la base que es el soporte de la relación analítica y de la relación transferencial, se refiere al“intercambio de conocimientos” y el “intercambio de afectos”.
- El psicoanálisis, no es una terapia de la urgencia, aunque en todo análisis se pueden presentar situaciones a las que tendremos que responder con urgencia.
- Hay una diferencia
entre tiempo de interpretación y tiempo de
decidir si queremos ocupar el puesto de analista.
Se debe reservar una libertad muy
grande al tiempo de la interpretación. No podemos prever cuando ésta se hará
posible, ni que trabajo de preparación, de elaboración hará falta para que el
Sujeto pueda apropiarse de ella.
El tiempo que se dispone para hacer una
indicación de análisis, para decidir si aceptamos ocupar el puesto de analista
con el sujeto, para elegir los movimientos de apertura, está contado.
No se puede acrecentar demasiado la cantidad de las entrevistas
preliminares, sin correr el riesgo de que nuestra negativa se produzca
demasiado tarde.
- La problemática
psíquica de un sujeto puede escapar de nuestro método y aún puede estar contraindicado,
cuando sin embargo ese mismo sujeto está dispuesto a hacer muy rápido de
nuestra persona el soporte de sus proyecciones con mayor carga afectiva.
Una vez instalado ese mecanismo
proyectivo, la ruptura de la relación se vivirá con toda probabilidad, como la
repetición de un rechazo, la confirmación de la existencia de un perseguidor,
la reapertura de una herida… Reacciones que pueden tener un efecto
desestructurante y provocar la descompensación de un frágil equilibrio.
Entrevistas preliminares:
- Diagnóstico si el sujeto es
analizable o no.
- ¿Tiene interés el analista
en proponerse como su eventual analista? (autodiagnóstico sobre su
capacidad de investir y de preservar una relación transferencial con la
singularidad del sujeto a quien se enfrenta, más allá del síntoma. Se
puede estar siempre en entrevista y no entrar en el análisis
(interrogación sobre el síntoma dirigido al analista, y que el paciente se
sienta implicado con ese síntoma).
- Deberán proporcionarle los
elementos y el tiempo necesarios para llevar a buen puerto ese trabajo de
autointerrogación.
- Corolario de su concepción
del objetivo que asigna a la experiencia analítica.
“Analizable”: creer o esperar que la experiencia analítica ha de permitir traer
a la luz el conflicto inconsciente que está en la fuente del sufrimiento
psíquico y de los síntomas que señalan el fracaso de las soluciones que él
había elegido y creído eficaces. Es preciso que las deducciones que se puedan
extraer de las entrevistas preliminares hagan esperar que el sujeto sea capaz
de poner aquella iluminación al servicio de modificaciones orientadas de su
funcionamiento psíquico. Facilitar un trabajo de sublimación que permita al
sujeto renunciar, sin pagarlo demasiado caro, a ciertas satisfacciones pulsionales.
Movimientos de apertura: son en función de lo que el
analista prevé y anticipa sobre la relación transferencial futura. Es un modo
de entablar el diálogo con el paciente. Se trata de reducir lo que va a
aparecer en la transferencia como resistencia. Se ubica después de las
entrevistas preliminares en función de la transferencia que va a venir.
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