Deleuze, G - Rizoma




Un rizoma como tronco subterráneo  se distingue totalmente de las raíces y raicillas. Los tubérculos son rizomas
El rizoma posee muy diversas formas, desde su extensión superficial ramificada en todos los sentidos, hasta sus concreciones en bulbos y tubérculos.
Caracteres aproximados del rizoma:
-  Principios de conexión y heterogeneidad: cualquier punto de un rizoma puede ser conectado con otro cualquiera y debe serlo. No es igual con respecto al árbol o a la raíz que fijan un punto, un orden.
- Principio de multiplicidad: las multiplicidades son rizomáticas y denuncian las pseudo-multiplicidades arborescentes. Una multiplicidad no tiene sujeto ni objeto sino tan solo determinaciones, grandezas, dimensiones que no pueden crecer sin que ella cambie de naturaleza.
En un rizoma no hay puntos o posiciones, como se les encuentra en una estructura, un árbol, una raíz. No hay más que líneas.
- Principio de ruptura asignificante: contra los cortes demasiado significantes, cortes que separan las estructuras, o que atraviesan una. Un rizoma puede ser roto, quebrado en cualquier parte, vuelve a brotar siguiendo tal o cual de sus líneas y aún otras líneas. Todo rizoma comprende líneas de segmentariedad, según las cuales es estratificado, territorializado, organizado, significado, atribuido, etc.,  pero también líneas de desterritorialización por las que huye sin cesar. Hay ruptura en el rizoma cada vez que líneas segmentarias exploten en una línea de fuga, si bien esta forma parte del rizoma. Estas líneas no dejan de remitirse las unas a las otras. Es por esta razón que nunca se puede dar un dualismo o una dicotomía. Se produce una ruptura, se traza una línea de fuga, no obstante, siempre se corre el riesgo de volver a encontrar en ella organizaciones que reestratifican el conjunto, formaciones que devuelven el poder a un significante.
El rizoma es una antigenealogía.
- Principio de cartografía y de calcomanía: un rizoma no responde a ningún modelo estructural o generativo. Es tan ajeno a toda idea de eje genético como a la de estructura profunda. Toda la lógica del árbol es una lógica del calco y de la reproducción. Consiste en calcar algo que se da completamente hecho a partir de una estructura que sobrecodifica o de un eje que soporta. El árbol articula y jerarquiza calcos, los calcos son como las hojas del árbol. Otra cosa es el rizoma: mapa y no calco. El mapa no reproduce un ICC cerrado sobre sí mismo. Contribuye a la conexión de los campos y a levantar el bloqueo de los cuerpos. El mapa es abierto, es conectable en todas sus dimensiones, desmontable, reversible, susceptible de recibir constantemente modificaciones, puede ser roto, invertido. Puede ser uno de los caracteres más importantes del rizoma, tener siempre múltiples entradas. Un mapa tiene entradas múltiples, contrariamente al calco que vuelve siempre a lo mismo.
Sin embargo ¿no estamos restaurando un simple dualismo oponiendo lo mapas al calco, como un lado bueno y un lado malo? ¿No es lo propio del mapa que pueda ser calcado? ¿No es lo propio de un rizoma cruzar raíces? ¿Confundirse a veces con ellas?
Cuando un rizoma es interceptado, arborificado, se acabó, nada sucede ya con el deseo: porque es siempre por rizoma como el deseo se mueve y produce.
El árbol o la raíz inspiran una triste imagen del pensamiento que no cesa de imitar lo múltiple a partir de una unidad superior, centro o segmento. Los sistemas arborescentes son sistemas jerárquicos que comprenden centros de significancia y de subjetivación, autómatas centrales como memorias organizadas. Los canales de transmisión están preestablecidos: la arborescencia preexiste al individuo que se integra en ella en un lugar preciso. Tal es la estructura del poder. A estos sistemas centrados, los autores oponen sistemas acentrados, redes de autómatas finitos donde l comunicación se hace de un vecino a cualquier otro, donde los tallos o canales no preexisten, donde todos los individuos son intercambiables, se definen únicamente por un estado en un momento, de tal manera que las operaciones locales se coordinan y que el resultado final global se sincronice independientemente de una instancia central.
El psicoanálisis no solamente en su teoría sino también en su práctica, somete al ICC a estructuras arborescentes, a grafos jerárquicos, a órganos centrales. Sobre una concepción dictatorial del ICC funda su propio poder dictatorial, el poder de los psicoanalistas sobre los psicoanalizados. El margen de maniobra del PSA está así muy limitado. Por el contrario, tratando al ICC como un sistema acentrado, es decir, como una red maquínica de autómatas finitos (rizoma) el esquizo-análisis accede a un estrato completamente distinto del ICC.
La cuestión es producir el ICC y con él nuevos enunciados, otros deseos. El rizoma es esta producción del ICC mismo.
El árbol-raíz, y el rizoma-canal no se oponen como dos modelos: el uno actúa como modelo y calco trascendentes aunque engendre sus propias fugas, el otro actúa como proceso inmanente que invierte el modelo y bosqueja un mapa, aunque constituya sus propias jerarquías, aunque suscite un canal despótico. Se trata del modelo que no cesa de erigirse y de desmoronarse y del proceso que no cesa de alargarse, romperse y recomenzar.
Resumamos los caracteres principales de un rizoma:
A diferencia de los árboles o de sus raíces, el rizoma conecta un punto cualquiera y cada uno de sus trazos no remite necesariamente a trazo de la misma naturaleza.
El rizoma no se deja reducir ni a lo Uno ni a lo múltiple. No es el Uno que se convierte en dos ni tampoco que se convertiría directamente en tres, cuatro o cinco. No es un múltiple que deriva del Uno.
No se compone de unidades sino de dimensiones.
Constituye multiplicidades lineales de n dimensiones sin sujeto ni objeto.
Por oposición a una estructura que se define por un conjunto de puntos y posiciones, relaciones binarias entre los puntos y relaciones biunívocas entre las posiciones, el rizoma sólo está compuesto de líneas: líneas de segmentariedad, de estratificación, como dimensiones, pero también líneas de fuga o de desterritorialización como dimensión máxima según la cual, sigiéndola, la multiplicidad se metamorfosea cambiando de naturaleza.
Por oposición al árbol, el rizoma no es objeto de reproducción.
El rizoma procede por variación, expansión, conquista, captura.
El rizoma remite a un mapa que debe producirse, construirse, siempre desmontable, conectable, invertible, modificable, con entradas y salidas múltiples.
El rizoma es un sistema acentrado, no jerárquico y no significante, definido únicamente por una circulación de estados.
Llamamos planicie a toda multiplicidad conectable con otras por tallos subterráneos superficiales para formar y extender el rizoma.

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