El rizoma posee muy
diversas formas, desde su extensión superficial ramificada en todos los
sentidos, hasta sus concreciones en bulbos y tubérculos.
Caracteres
aproximados del rizoma:
- Principios de
conexión y heterogeneidad: cualquier punto de un rizoma puede ser conectado con
otro cualquiera y debe serlo. No es igual con respecto al árbol o a la raíz que
fijan un punto, un orden.
- Principio de
multiplicidad: las multiplicidades son rizomáticas y denuncian las
pseudo-multiplicidades arborescentes. Una multiplicidad no tiene sujeto ni
objeto sino tan solo determinaciones, grandezas, dimensiones que no pueden
crecer sin que ella cambie de naturaleza.
En un rizoma no hay
puntos o posiciones, como se les encuentra en una estructura, un árbol, una
raíz. No hay más que líneas.
- Principio de
ruptura asignificante: contra los cortes demasiado significantes, cortes que
separan las estructuras, o que atraviesan una. Un rizoma puede ser roto,
quebrado en cualquier parte, vuelve a brotar siguiendo tal o cual de sus líneas
y aún otras líneas. Todo rizoma comprende líneas de segmentariedad, según las
cuales es estratificado, territorializado, organizado, significado, atribuido,
etc., pero también líneas de
desterritorialización por las que huye sin cesar. Hay ruptura en el rizoma cada
vez que líneas segmentarias exploten en una línea de fuga, si bien esta forma
parte del rizoma. Estas líneas no dejan de remitirse las unas a las otras. Es
por esta razón que nunca se puede dar un dualismo o una dicotomía. Se produce
una ruptura, se traza una línea de fuga, no obstante, siempre se corre el
riesgo de volver a encontrar en ella organizaciones que reestratifican el
conjunto, formaciones que devuelven el poder a un significante.
El rizoma es una
antigenealogía.
- Principio de
cartografía y de calcomanía: un rizoma no responde a ningún modelo estructural
o generativo. Es tan ajeno a toda idea de eje genético como a la de estructura
profunda. Toda la lógica del árbol es una lógica del calco y de la
reproducción. Consiste en calcar algo que se da completamente hecho a partir de
una estructura que sobrecodifica o de un eje que soporta. El árbol articula y
jerarquiza calcos, los calcos son como las hojas del árbol. Otra cosa es el
rizoma: mapa y no calco. El mapa no reproduce un ICC cerrado sobre sí mismo.
Contribuye a la conexión de los campos y a levantar el bloqueo de los cuerpos.
El mapa es abierto, es conectable en todas sus dimensiones, desmontable,
reversible, susceptible de recibir constantemente modificaciones, puede ser
roto, invertido. Puede ser uno de los caracteres más importantes del rizoma,
tener siempre múltiples entradas. Un mapa tiene entradas múltiples,
contrariamente al calco que vuelve siempre a lo mismo.
Sin embargo ¿no
estamos restaurando un simple dualismo oponiendo lo mapas al calco, como un
lado bueno y un lado malo? ¿No es lo propio del mapa que pueda ser calcado? ¿No
es lo propio de un rizoma cruzar raíces? ¿Confundirse a veces con ellas?
Cuando un rizoma es
interceptado, arborificado, se acabó, nada sucede ya con el deseo: porque es
siempre por rizoma como el deseo se mueve y produce.
El árbol o la raíz
inspiran una triste imagen del pensamiento que no cesa de imitar lo múltiple a
partir de una unidad superior, centro o segmento. Los sistemas arborescentes
son sistemas jerárquicos que comprenden centros de significancia y de
subjetivación, autómatas centrales como memorias organizadas. Los canales de
transmisión están preestablecidos: la arborescencia preexiste al individuo que
se integra en ella en un lugar preciso. Tal es la estructura del poder. A estos
sistemas centrados, los autores oponen sistemas acentrados, redes de autómatas
finitos donde l comunicación se hace de un vecino a cualquier otro, donde los
tallos o canales no preexisten, donde todos los individuos son intercambiables,
se definen únicamente por un estado en un momento, de tal manera que las
operaciones locales se coordinan y que el resultado final global se sincronice
independientemente de una instancia central.
El psicoanálisis no
solamente en su teoría sino también en su práctica, somete al ICC a estructuras
arborescentes, a grafos jerárquicos, a órganos centrales. Sobre una concepción
dictatorial del ICC funda su propio poder dictatorial, el poder de los
psicoanalistas sobre los psicoanalizados. El margen de maniobra del PSA está
así muy limitado. Por el contrario, tratando al ICC como un sistema acentrado,
es decir, como una red maquínica de autómatas finitos (rizoma) el
esquizo-análisis accede a un estrato completamente distinto del ICC.
La cuestión es
producir el ICC y con él nuevos enunciados, otros deseos. El rizoma es esta
producción del ICC mismo.
El árbol-raíz, y el
rizoma-canal no se oponen como dos modelos: el uno actúa como modelo y calco
trascendentes aunque engendre sus propias fugas, el otro actúa como proceso
inmanente que invierte el modelo y bosqueja un mapa, aunque constituya sus
propias jerarquías, aunque suscite un canal despótico. Se trata del modelo que
no cesa de erigirse y de desmoronarse y del proceso que no cesa de alargarse,
romperse y recomenzar.
Resumamos los
caracteres principales de un rizoma:
A diferencia de los
árboles o de sus raíces, el rizoma conecta un punto cualquiera y cada uno de
sus trazos no remite necesariamente a trazo de la misma naturaleza.
El rizoma no se
deja reducir ni a lo Uno ni a lo múltiple. No es el Uno que se convierte en dos
ni tampoco que se convertiría directamente en tres, cuatro o cinco. No es un
múltiple que deriva del Uno.
No se compone de
unidades sino de dimensiones.
Constituye
multiplicidades lineales de n dimensiones sin sujeto ni objeto.
Por oposición a una
estructura que se define por un conjunto de puntos y posiciones, relaciones
binarias entre los puntos y relaciones biunívocas entre las posiciones, el
rizoma sólo está compuesto de líneas: líneas de segmentariedad, de
estratificación, como dimensiones, pero también líneas de fuga o de
desterritorialización como dimensión máxima según la cual, sigiéndola, la
multiplicidad se metamorfosea cambiando de naturaleza.
Por oposición al
árbol, el rizoma no es objeto de reproducción.
El rizoma procede
por variación, expansión, conquista, captura.
El rizoma remite a
un mapa que debe producirse, construirse, siempre desmontable, conectable,
invertible, modificable, con entradas y salidas múltiples.
El rizoma es un
sistema acentrado, no jerárquico y no significante, definido únicamente por una
circulación de estados.
Llamamos planicie a
toda multiplicidad conectable con otras por tallos subterráneos superficiales
para formar y extender el rizoma.
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