El pronóstico se realiza en base al diagnóstico. Se tienen en cuenta los
siguientes ítems:
- 1. Estructura de la personalidad: Según Bleger, es el esquema o pauta típica de relaciones del individuo con el medio, que se expresa según el objeto y el vínculo, las defensas y fenómenos predominantes.
- 2. Manejo de la crisis adolescente: En tanto la orientación vocacional abarca la toma de decisiones respecto de la asunción de roles ocupacionales adultos, el análisis de la crisis adolescente en el entrevistado, permitirá pronosticar su posibilidad de adaptación tanto al proceso de orientación vocacional, como a las exigencias del mundo adulto en términos de estudio o trabajo.
- 3. Historia escolar: Da cuenta del tipo de vínculos con las situaciones de aprendizaje (rendimiento, relaciones interpersonales). Permite pronosticar cómo será el desempeño del adolescente en la universidad, en cuanto a cómo encarará la situación universitaria siguiendo patrones identificatorios adquiridos a su paso por el secundario.
- 4. Historia familiar: Permite pronosticar tanto los sistemas de valor-actitud frente a carreras y profesiones derivadas de la clase social a que pertenece, como los tipos de identificaciones familiares y lo que atañe a la elección de carreras.
- 5. Identidad vocacional y ocupacional: Su descripción y diagnóstico son la vía para trazar una estrategia y una técnica en el proceso de orientación vocacional.
- 6. Madurez para elegir: Es difícil de definir, pero puede ser pesquisada a partir del momento que atraviesa (selección, elección, decisión), la situación (predilemática, dilemática, problemática o resolución), la deuteroelección y las fantasías de resolución, especialmente el vínculo transferencial (mágico, paterno-filial, autoconfiado o de aspiración), que determinan su actitud ante el proceso de orientación vocacional.
Teniendo en cuenta estos seis ítems, se elabora el pronóstico con
respecto a la “orientabilidad” del consultante.
Orientabilidad es la posibilidad de adecuarse al encuadre de trabajo
de la modalidad clínica y que tiende a prevenir malas identidades vocacionales
y ocupacionales, o resolver los conflictos entre identidades ocupacionales
contradictorias.
El pronóstico
permitirá al psicólogo decidir no sólo cuál será su estrategia, sino si va a
encarar o no la orientación vocacional de ese adolescente. Esta última depende
de factores ambientales y profesionales.
· Factores ambientales
Factores familiares: La familia apoya, rechaza, es indiferente al proceso de orientación, tal como lo propone el psicólogo
Factores institucionales: Si el profesional trabaja en forma independiente, en una institución privada o pública, gratuita o paga, etc.
·
Factores profesionales: La capacidad y
experiencia del psicólogo para atender un caso específico. Pero el factor
fundamental es su propia identidad profesional.
Los tests en
orientación vocacional
Los tests tienen un
rol instrumental en la tarea clínica. Son valiosas cuando el psicólogo tiene
conciencia de su empleo, o en trabas en el ejercicio de su rol cuando deposita
en ellos la tarea reparatoria o preventiva.
La selección de la
batería a emplear presupone un prediagnóstico, ya que cuanto más claras sean
las preguntas que se espera conteste el test, más ajustada será la evaluación
del mismo.
El hecho que los
tests proporcionan información objetiva y comparable a un conjunto de aspectos
de la personalidad del examinado, no justifica que sea a partir de ahí que
comienza el proceso de orientación vocacional propiamente dicho, sin o que éste
comienza en la primera entrevista y la aplicación de pruebas se integra a él si
el psicólogo lo considera necesario, y sólo con el fin de contar con
información más rica.
En definitiva: los
tests son instrumentos que sirven al psicólogo, pero no a quien consulta (como
una radiografía a un médico).
Algunos significados
que el test puede asumir para el sujeto
v Puede ser un objeto idealizado, por lo tanto esperado, y en
el momento de su aplicación convertirse en un objeto persecutorio que invade y “roba” al sujeto (fantasías “de la bola de cristal” y “del detector de mentiras”).
v En otros sujetos, las
fantasías persecutorias pueden estar acompañadas de leves sentimientos de
despersonalización, en los que el test es considerado como “una caja fuerte, donde el psicólogo tiene guardadas cosas mías”.
v Puede visualizarse
como un acompañante contrafóbico, según que el objeto fobígeno sea el futuro
(“si el test dice que puedo seguir lo que me gusta, quiere decir que elegí
bien” = “fantasía de pitonisa”) o el
psicólogo (“estoy de acuerdo con lo que usted dice de las entrevistas, pero ¿me
va a tomar un test por las dudas?”= “fantasía
del andador”).
Fantasías, de las
cuales el test puede ser depositario para el psicólogo
a) Acompañante
contrafóbico, que le permite tomar distancia del adolescente (lo que más teme
es la confusión y la racionalización típica es “quiero ser objetivo”)
b) Un “puente” que le
permite establecer un vínculo con el adolescente para “poder entender”
Cuando la “batería”
se convierte en un verdadero ritual, se trataría de los déficit en la identidad
profesional y el mecanismo defensivo, tendientes a su recuperación.
Palabras
finales sobre la orientación vocacional clínica
Más importante que
llevar a término la elección de una carrera es llevar a buen término la
elección de un futuro (sea estudio o trabajo). La diferencia radica en el
aprendizaje de cómo elegir (objetivo
fundamental de la orientación vocacional).
La orientación
vocacional perseguirá dos tipos de objetivos:
1. Uno observable: la definición de una carrera o un trabajo
2. Uno no observable: Referido a la deuteroelección, en el sentido de que la orientación vocacional
permite al adolescente aprender a elegir, y por otro a la promoción de la identidad vocacional y, por lo tanto, de
su identidad personal.
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